jueves, 19 de septiembre de 2013

Conmovedoras experiencias relatan sobrevivientes en la zona Centro

Sus historias hablan de desesperación, abandono, impotencia, esperanza...

Conmovedoras experiencias relatan sobrevivientes en la zona Centro

En la mayoría de los casos se trasluce la falta de interés real de las autoridades en la gente
CORRESPONSALÍA ( )
Chilpancingo, 18 de septiembre. Las lluvias de los pasados tres días dejaron miles de historias que han conmovido, no sólo a Guerrero, sino a otros estados del país, algunas casi inverosímiles, y otras demasiado apegadas a la realidad.
Una de estas historias es la de Las Joyitas, municipio de Leonardo Bravo, donde “hay 300 personas atrapadas por las lluvias, debido a que el río que pasa por el pueblo creció, y no pueden salir”, dijo Jacoba Rivera Peralta, vecina de ese poblado ubicado en la Sierra Madre del Sur.
Sin duda, se puede conocer miles de testimonios: “no tienen qué comer, no hay agua, luz, ni teléfono. Urge que se envíe un helicóptero a ese lugar, porque el cerro se les vino encima. Los niños y las mujeres están en el cerro, al igual que dos mujeres embarazadas. También los pobladores de pueblos como El Balsamar y Soledad están en la misma situación”, insistió doña Jacoba.
Marco Antonio Ríos, secretario general de la Central de Organizaciones Campesinas y Populares (Cocyp), narró otra: “se desbordaron los cerros que van del municipio de Tecpan de Galeana al ejido de El Balcón, Fresnitos, y Puerto Rico, en la Costa Grande, y que comunican con el municipio de Ajuchitlán del Progreso, en la Tierra Caliente, que están incomunicados y sin alimentos”.
“En toda esa zona hay 100 viviendas destrozadas, principalmente de comunidades del municipio de Ajuchitlán del Progreso; en total son más de mil 200 personas afectadas, que no han recibido ayuda ni del Ejército mexicano, ni del gobierno estatal”, añadió.
En tanto, en la carretera federal México-Acapulco, en el kilómetro 190, construida en 1927, en la cañada de El Zopilote, la misma que transitaron en distintos momentos el naturalista y explorador alemán Alexander Von Humboldt, el novelista francés Julio Verne y el revolucionario cubano José Martí, que prácticamente quedó destrozada, en el tramo que va del poblado de Mezcala a la cabecera municipal de Zumpango de Neri, se escucharon otros relatos.
Cerca de la desviación a Filo de Caballo, en la zona de la sierra, Osvaldo Inés Navarro, de 23 años, minero de la empresa canadiense Gold Corp, ubicada en el poblado de Mezcala, narró una historia inverosímil: “venía circulando de sur a norte, como a las 4:30 de la madrugada de hoy, cuando de pronto perdí el camino y me vi a orillas del río cuando mi carro cayó unos cuatro metros, y no me pasó nada, es un milagro”.
Dijo que desde el domingo Mezcala está incomunicado porque a un lado lo atraviesa el río Balsas: “se inundó la escuela, la iglesia, y quedó afectado el puente de la carretera federal México-Acapulco porque el río invadió dos cuadras del poblado; los soldados no dejan pasar, pero el problema es que no llegó ningún tipo de ayuda”.
Lidio Reyes Baylón, campesino de Venta Vieja, poblado aledaño a la carretera federal, dijo lo mismo que todos los afectados: “no hemos tenido ayuda, se perdieron los sembradíos de frijol y maíz, en unas 4 hectáreas. Unas 120 personas están incomunicadas. Con decirle que la corriente arrastró a cuatro carros; uno era taxi de Iguala. Lo mismo que en el pueblo de Plan de las Liebres, en donde un vehículo quedó atrapado por el río de la Cañada del Zopilote, y en el interior hay cuatro personas muertas”.
“Si usted viera, más delante de aquí desaparecieron unos 800 metros de la carretera federal México-Acapulco; hay que verlo”, dijo el campesino.
Otro labrador, que recogía troncos de madera en el río de la Cañada del Zopilote, relató que en el poblado de El Naranjo, municipio de Xochipala, 90 pobladores abandonaron el lugar, “pero hay muchos desaparecidos. Y en la cabecera municipal, en el punto conocido como El Llano, se perdieron las cosechas de maíz y fríjol”.
Encarnación Salgado, joven campesino de Las Milpillas, ubicado a unos metros de la carretera, en tono triste expresó: “con mi papá perdimos de las cinco hectáreas, el 98 por ciento de la cosecha de jitomate. Pensábamos tener una ganancia de 200 mil pesos, porque le invertimos 300 mil pesos. Fueron cuatro meses de trabajo, con el apoyo de 10 trabajadores, que dejan en la orfandad a sus familias; no tenemos seguro”.
Al llegar a la capital, Chilpancingo, otra persona proveniente de Omitlán, municipio de Tierra Colorada, afirmó que mucha gente desapareció, pero no precisó el número.

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