sábado, 15 de agosto de 2009

Judith Reyes Canta La tragedia de la Plaza de las Tres Culturas

( 2 de octubre de 1968)

El dos se octubre llegamos
Todos pacíficamente
A un mitin en Tlatelolco
Quince mil en la corriente

Año del sesenta y ocho
Que pena me da acordarme,
La plaza estaba repleta
Como a las seis de la tarde

Grupos de obreros llegaron
Y el magisterio consciente
Los estudiantes lograron
Un hermoso contingente.

De pronto rayan el cielo
Cuatro luces de bengala
Y aparecen muchos hombres
Guante blanco y mala cara

Zumban las balas mortales
Rápido el pánico crece
Busco refugio y la tropa
En todas partes aparece

Alzo los ojos al cielo
Y un helicóptero miro
Luego sobre Tlatelolco
Llueve el fuego muy tupido

Que fuerzas tan desiguales
Hartos tanques y fusiles
Armados los militares
Desarmados los civiles
Doce años tiene un chiquillo
Que muerto cae a mi lado
Y el vientre de una preñada
Cómo lo han bayoneteado.

Hieren a Oriana Falacci
Voz de la prensa extranjera
Ya conoció la cultura
Del gobierno de esta tierra.

Ya vio que vamos unidos
Estudiantes con el pueblo
Contra un sistema corrupto
Y la falacia de un gobierno.

Recordara a los muchachos
Contra la pared su cara
Las manos sobre la nuca
Y su derecho entre las balas

Jóvenes manos en alto
Con la V de la Victoria
V de Vallejo me dicen
Los de la preparatoria

Piras de muertos y heridos
Solo por una protesta
El pueblo llora su angustia
Y el gobierno tiene fiesta

Que cruenta fue la matanza
Hasta de bellas criaturas
Como te escurre la sangre
Plaza de las Tres Culturas

Y por que en esto murieron
Mujeres y hombres del pueblo
El presidente le aumenta
Al ejercito su sueldo


Más de Judith Reyez

http://www.geocities.com/yellymar/index.html

CARTONES DE LA JORNADA




Sugerencias para colaborar con una persona ciega

Con la recomendación del Lic.Jorge Horacio Raíces Montero Psicólogo Clínico infopsicologia@ ciudad.com. ar http://www.egrupos. net/grupo/ salud_mental http://www.egrupos. net/grupo/ infopsicologia dejo estas sugerencias que todos debemos atender. Por el fomento de una Nueva República con cultura incluyente y participativa (Das~~~)

inv

· Si le entrega dinero, agrupe el mismo por su valor.
· Si convive con ella, procure que las puertas y ventanas permanezcan total­mente abiertas o cerradas, informe de los cambios que se produz­can en la ubicación de los muebles.
· No modifique su modo de hablar para evitar ciertas palabras y ex­presiones como "ciego" o "ver": hable naturalmente.
· Cuando acompañe a una persona ciega, procure mantener conversación y avísele cuando se marche.
· Para indicarle donde sentarse, lleve la mano de la persona ciega al respaldo del asiento, sa­brá sentarse por sus propios medios.
· Cuando entre o se retire de una habitación donde se encuentre una persona ciega, indique su presencia o anuncie su ausencia.
· Si se encuentra con un/a conocid* cieg* o disminuid* visual, debe presentarse por su nombre, no pretenda que adivine con quien habla.

jueves, 13 de agosto de 2009

CARTONES DE LA JORNADA











Soldados intentan vestir de mujer a activista en un retén en Tecpan

Segunda denuncia en dos días contra pelotón militar que opera en el municipio
Soldados intentan vestir de mujer a activista en un retén en Tecpan

Hasta que se identificó como miembro de la Remodiseg dejaron de hostigarlo, acusa

Llevaba en su vehículo prendas que se utilizaron en la movilización del 1º de agosto

RODOLFO VALADEZ LUVIANO (Corresponsal) 

Tecpan, 11 de agosto. Uno de los miembros de la Red de Movimientos en Pro de la Diversidad Sexual y Equidad de Género (Remodiseg) se quejó de que en un retén militar los soldados intentaron obligarlo a ponerse los trajes de baile que usan las bailarinas y que él portaba en la cajuela de su automóvil.

Apenas el lunes vecinos de la colonia Emiliano Zapata denunciaron ante el Ministerio Publico (MP) y la Coordinación Regional de la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos (Coddehum) la irrupción de militares en sus casas, quienes los agredieron físicamente, causaron daños y robaron.

El socio de la Remodiseg –quien pidió omitir su nombre– narró que regresaba a Tenexpa, donde vive, cuando en un retén instalado a la entrada del camino que lleva a la población los soldados le ordenaron detenerse. Al hacerlo, le pidieron que descendiera del coche, para revisarlo.

Minutos más tarde le pidieron que abriera la cajuela del vehículo, y al encontrar los vestidos que usaron lo miembros de la Red en la marcha del 1º de agosto en Acapulco –en su mayoría del tipo de los que usan las artistas de teatro de burlesque– le ordenaron que se los pusiera, “eso me avergonzó mucho y me negué a hacerlo”.

El rechazo molestó a los soldados, quienes repitieron el intento, con el mismo resultado.

Dijo que la presión finalizó cuando les mostró una credencial de la Remodiseg, lo que permitió que se retirara del lugar.

En entrevista añadió que “si esto se los hacen a alguien que no tiene nada de qué sentirse avergonzado, que otras cosas le harán a la demás gente indefensa”.


http://www.lajornadaguerrero.com.mx/2009/08/12/index.php?section=sociedad&article=004n1soc

Piden periodistas de Acapulco justicia en el caso de Carmen S. Hernández (Carta)

Piden periodistas de Acapulco justicia en el caso de Carmen S. Hernández (Carta)


C. C.P. ZEFERINO TORREBLANCA GALINDO,
Gobernador Constitucional del Estado de Guerrero;

C. LIC. HECTOR VICARIO CASTREJÓN,
Presidente de la Comisión de Gobierno del H. Congreso del Estado;

C. LIC. NAPOLEÓN ASTUDILLO MARTÍNEZ,
Presidente de la Comisión de Derechos Humanos del H. Congreso del Estado;

C. LIC. EVODIO VELÁZQUEZ AGUIRRE,
Presidente de la Comisión de Justicia del H. Congreso del Estado;

C. PROFA. IRMA LILIA GARZÓN BERNAL,
Presidenta de la Comisión de Equidad y Género del H. Congreso del Estado;

C. LIC. EDUARDO MURUETA URRUTIA,
Procurador General de Justicia del Estado;

A LA CIUDADANÍA EN GENERAL:

En días pasados, compañeros y compañeras comunicadoras de Chilpancingo nos enteraron de un caso más de esa violencia intrafamiliar que sigue siendo parte de la vida diaria en las siete regiones de Guerrero y de las típicas actitudes mentales retrógradas de un hombre, protegido por un pariente con cargo político, en contra de una mujer.

La compañera CARMEN SANTIAGO HERNÁNDEZ fue salvaje y peligrosamente golpeada por su pareja sentimental Rubén Ramón Mora Peralta al grado tal de que le ha causado daños sicológicos y físicos que la han puesto al borde la muerte y que, de sobrevivir, le acarreará graves secuelas de por vida para su salud mental.

Carmen, quien padeció diversas fracturas por la tremenda golpiza de la que fue objeto, fue atendida en la clínica del ISSSTE en Chilpancingo cuyo responsable es el seudo médico Dorio Mora Tapia, pariente del golpeador y quien ocultó el caso a las autoridades ministeriales a pesar de que el asunto reunía todas las características propias de la violencia intrafamiliar extrema.

Luego de varios días de estar desaparecida, Carmen fue encontrada por los diversos compañeros trabajadores de Comunicación Social y de varios medios de comunicación que diariamente conviven con ella. Gracias a ese hallazgo se pudo descubrir la atrocidad de la que fue víctima no solamente por su golpeador sino por quien debió de haber asumido la responsabilidad, como profesional de la medicina, de denunciar los hechos.

Gracias a las presiones que pusieron sus compañeros, compañeras, amigos y amigas de Carmen, se logró que la Procuraduría General de Justicia del Estado aceptara la integración de la averiguación previa SEIDSSVI/027/2009 por los delitos de privación ilegal de la libertad, lesiones agravadas, omisión de cuidados y los que resulten contra el sujeto golpeador quien, sin embargo, fue puesto en libertad sin que se conocieran exactamente los fundamentos legales.

Ante esa situación, desde Acapulco los compañeros, compañeras, amigos y amigas de Carmen exigimos su inmediata intervención para el cumplimiento de los siguientes puntos:

1.- Que la Procuraduría General de Justicia del Estado le dé cabal seguimiento al caso para que se castigue conforme a Derecho y evitar que caiga en la impunidad tanto por parte de su golpeador como de quien lo protegió con argucias legaloides y evadió su responsabilidad como médico para denunciar hechos que debieron considerarse como delictivos.

2.- Que el Honorable Congreso del Estado intervenga para que se haga un exhorto al C. Gobernador del Estado, C.P. Zeferino Torreblanca Galindo para que a través de la Procuraduría General de Justicia se logre la reaprehensión del sujeto golpeador porque representa un peligro, no solamente para nuestra compañera Carmen Santiago Hernández, sino para la sociedad guerrerense ya que se adjudica profesionalmente como un maestro de educación física.

3.- Que el Honorable Congreso del Estado haga un formal exhorto al Director General del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado, C. Lic. Miguel Ángel Yunes Linares, para que sea separado de su cargo el C. Dorio Mora Tapia, quien protegió abiertamente a su pariente para evadir la acción de la justicia utilizando indebidamente las instalaciones de esa institución para cubrir un delito y que sea puesto a disposición de las autoridades ministeriales correspondientes.

4.- Que el gobernador del Estado, como titular del Poder Ejecutivo del Estado, garantice a los únicos familiares de Carmen –su padre Francisco Santiago que es una persona de la tercera edad y con discapacidad física evidente así como su hijo de apenas cuatro años de edad— tengan un espacio en las instalaciones del DIF para su cuidado, que el gobierno del Estado cubra los gastos médicos que ello implica además de que los derechos laborales, como empleada estatal, sean respetados mientras atraviesa esta situación peligrosa para su vida.

5.- A los presidentes de las diversas comisiones que tienen que ver con la seguridad, justicia y equidad de género también les exigimos su inmediata intervención a fin de que el asunto no se torne en uno más de la violencia intrafamiliar que ya debió de haberse superado en estos tiempos del siglo XXI.

Estamos ciertos que debemos de propugnar, tanto el gobierno como la misma sociedad guerrerense, por impulsar más acciones que reviertan ese pensamiento machista que ha provocado diversas manifestaciones de violencia en contra de las mujeres y de los menores de edad.

En espera que esta formal y respetuosa petición sea cumplida a cabalidad, les reiteramos nuestras consideraciones.

Acapulco, Gro., 11 de agosto de 2009.

Atentamente

Abel Torres Pérez, Interdiario Primera Plana.
Adriana Covarrubias Sandoval, Diario 17.
Adriana García, Soy Guerrero.
Ángeles Rodríguez Ortega, Diario 17.
Arturo Parra Ochoa, periodista independiente. 
Carlos Eduardo Ortiz Moreno, Sol de Acapulco.
Ciro Suástegui, Siga Noticias.
Crispín Matuz Loaeza, Editorialista.
Daniel Velázquez Olea, El Sur.
Eduardo Flores Salgado, Novedades de Acapulco.
Felipe Salinas Galván, Radio Centro.
Filiberto García Aguilar, Radiorama Chilpancingo.
Gaby Carmona Astudillo, Novedades de Acapulco.
Héctor Nájera Apátiga, Enfoque Informativo.
Hugo Pacheco León, El Sur.
Irving González, Novedades de Acapulco.
Jaime Irra Zamora, Agencia de Noticias IRZA.
Javier Sánchez Navarrete, De Frente a la Noticia.
Javier Soberanis Estrada, Novedades de Acapulco.
Javier Trujillo Juárez, Línea por Línea.
Jesús del Ángel Ambriz, MVS Radio.
Jorge Valente Nava Nava, Expresión Acapulco.
Jorge Velez Jacinto, MVS Radio.
Juan Carlos Serrano Hernández, El Imparcial.
Juan José Guadarrama, Ovaciones.
Julio Zenón Flores, Novedades de Acapulco.
Karina Contreras, El Sur.
Karina Gómez Adame, Enfoque Informativo.
Karla Galarce Sosa, El Sur.
Lourdes Cobos Bautista, Siga Noticias.
Lucila Peláez Clavel, Sol de Acapulco.
Magdalena Esparza, Radiorama Chilpancingo.
Manuel Díaz Balderas, Soy Guerrero.
Manuel Tello Zapata, Editorialista.
Mar Horacio Ramos, Diario 17.
María del Rocío Luna Castro, Comunicación Social Acapulco.
Mariana López Labastida, El Sur.
Maribel Helguera Sánchez, MVS Radio.
Maricarmen Ayala Zaragoza, Comunicación Social Acapulco.
Martha Casas García, Radio Fórmula Acapulco.
Miguel Ángel Mata Mata, Diario 17.
Nereo Galindo Hernández, Noticieros Televisa Acapulco.
Omar Chávez Aquino,
Ossiel Pacheco Salas, La Jornada Guerrero.
Ricardo Castillo Díaz, El Sur.
Roberto Ramírez Bravo, La Jornada Guerrero.
Rolando Aguilar, Grupo Imagen.
Salomón García Gálvez, Columnistas
Teresa Luviano D labra, Soy Guerrero.
Tonantzin Yei Beltrán Cortes, Radio 13.
Vanesa Hernández, El Sur.

Víctor Robles Mújica, Sol de Acapulco.

http://www.periodistasdeacapulco.blogspot.com/

miércoles, 12 de agosto de 2009

CARTONES DE LA JORNADA











Serie :Ataques en La Impunidad:Zaachila, Oaxaca a 1 año y 2 meses







Para la memoria histórica dejamos el video de la entrevista que hicimos a la compañera Patito desde Guerrero a Zaachila, Oaxaca hecha el 21 de Junio del 2008 donde relata el ataque perpetuado por ordenes de Ulises Ruíz, gobernador de ese estado...

El olvido sí tiene memoria:Mario Benedetti

Realización: Krammer
Entrevistador: Hercilia Gato
Entrevistado:Patito Mago
Radio: La nueva República
Producción: The 5to Beatle

http://radio.larnr.org

Agradecemos la difusión a radio la nueva república y a tod*s los compañeros del staff...

HUEHUETLAHTOLLI EL CONSEJO DE LOS ANCIANOS.

Huehuetlahtolli el consejo de los ancianos.

Programa 24
Tema: análisis del allanamiento del ejército golpista de honduras, a las instalaciones de la universidad nacional autónoma de honduras y sus posibles consecuencias.



:: Democracia Ya, Patria Para el Humillado, Por el bien de todos Primero los pobres. Apoyando al Presidente Legitimo de México LIC. ANDRES MANUEL LOPEZ OBRADOR, Resistencia Civil Pacifica MÉXICO 2009::

Publicado por TONATIUH MALDONADO.

martes, 11 de agosto de 2009

CARTONES DE LA JORNADA







Se quejan de precios altos en programa oficial para viviendas

Duplican costo de material de construcción
Se quejan de precios altos en programa oficial para viviendas

FRANCISCA MEZA CARRANZA (Corresponsal) 

Zihuatanejo, 10 de Agosto. Campesinos de diferentes comunidades se inconformaron con el programa Vivienda Rural de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso) federal, porque los precios que les ofrecen para el material de construcción de sus hogares son superiores a los de casas materialistas.

Unos 15 campesinos llegaron esta mañana a la Coordinación de Desarrollo Social para exponer al titular, Jorge Allec Maciel, la inconformidad que hay con los precios, sin embargo no obtuvieron respuesta porque, según el funcionario, el programa es federal.

El delegado municipal de El Guayabal, Ignacio Cortés, explicó que meses atrás personal de Sedeso en el municipio les fueron a ofrecer un programa de 20 de pies de casa con un costo por paquete de 40 mil pesos, que incluía el material para poder hacer una casa una recamara, comedor y baño.

Dijo que en ese momento la oferta fue atractiva, por eso muchas personas de otras comunidades también aceptaron por eso son más de 200 los afectados.

Luego de solicitar el apoyo la semana pasada, les llegó la respuesta, sin embargo el paquete que les llegó fue de 20 mil pesos en material lo cual, dijo, no les alcanza ni para hacer las paredes.

Además, señaló, el material que viene presupuestado en el documento cuesta más que si lo compararan en algún negocio externo.

El bulto de cemento de 50 kilogramos, detalló, cuesta en las casas materialistas 110 pesos mientras que en los paquetes del programa cuesta 200.

Asimismo, la grava, arena, varilla y tabicón sobre pasan el costo comercial, a decir de Cortés Treviño, hasta en 200 pesos.


http://www.lajornadaguerrero.com.mx/2009/08/11/index.php?section=sociedad&article=009n3soc

Denuncian colonos de Tecpan a militares ante la Coddehum y MP

Patrullajes nocturnos de soldados con el rostro cubierto causan temor en la zona
Denuncian colonos de Tecpan a militares ante la Coddehum y MP

Desde julio instalan retenes en la Emiliano Zapata y otros sitios, acompañados por marinos

RODOLFO VALADEZ LUVIANO (Corresponsal)


Tecpan, 10 de agosto. Habitantes de la colonia Emiliano Zapata acusaron de robo y agresiones físicas a soldados que irrumpieron la noche del viernes pasado en varias casas de ese lugar. Los vecinos informaron que ya presentaron las denuncias correspondientes en el Ministerio Publico así como a la Coordinación Regional de la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos (Coddehum).

En los últimos días se ha incrementado la presencia de los militares en la cabecera municipal, quienes hacen recorridos por las orillas del río y en las noches detienen y revisan a las personas que encuentran en la calle, lo que originó temor entre la población, pues recorren las calles a pie, con los rostros cubiertos y con armas de alto calibre.

Entrevistados en el asentamiento, que se localiza frente al cementerio, al sur de la ciudad, los colonos informaron que además de los daños causados el viernes pasado, días los militares también cometieron allanamientos. Sin permiso ingresan a las casas para registrarlas, pero dijeron que hay temor de denunciar por miedo a las represalias.

Una de las afectadas mostró la denuncia que levantó en la agencia del Ministerio Publico, la cual originó la averiguación previa número GALE-02/326/2009 por allanamiento de morada, robo y lesiones contra el Ejército, y agregó que la misma acusación fue hecha en la coordinación de la Coddehum.

La mujer detalló que en la primera incursión, el miércoles 5 de agosto, los militares llegaron con violencia en busca de su hijo, “y al no obtener respuesta, se metieron a la casa y revisaron todo, hasta que pusieron la casa de cabeza, pero cuando se fueron me percaté que se habían robado las joyas que tenía en mi ropero”.

Otros habitantes hicieron acusaciones similares; aseguraron que no es la primera vez que esto sucede, ya que desde el mes pasado se ha visto continuamente a militares recorrer las calles de las colonias ubicadas en la periferia de la cabecera municipal.

A principios de julio, de acuerdo con la queja que presentó el ex comisario municipal Orlando Lucas Cipriano, los habitantes de El Súchil, cerca de Tecpan, denunciaron hostigamiento de militares, quienes con violencia se metían a las casas para buscar cosas ilícitas, lo que causó temor entre los pobladores, sobre todo porque en la entrada de la localidad fue colocado un retén que revisaba de forma minuciosa a todo automóvil que pasaba.

Desde esa fecha los soldados, e incluso efectivos de la Marina-Armada de México, colocan puestos de revisión en las entradas norte y sur de la ciudad, ya sea en la gasolinera de la colonia Las Tunas, en la preparatoria 6, en el panteón o en la entrada a la comunidad El Cerrito. Los retenes permanecen dos o tres horas y después se retiran, para regresar dos o tres días después.

http://www.lajornadaguerrero.com.mx/2009/08/11/index.php?section=sociedad&article=005n1soc

Audio GhatosPrados 100809

Programa de Ghatos Pardos en lucha del día 10 de agosto de 2009, el receunto y los audios a dos meses que entró el ejército a la comunidad de las Ollas y Las Palancas‏, Guerrero, Méx.

lunes, 10 de agosto de 2009

CARTONES DE LAJORNADA







Destino

Destino
Rosario Castellanos





Matamos lo que amamos. Lo demás
no ha estado vivo nunca.
Ninguno está tan cerca. A ningún otro hiere
un olvido, una ausencia, a veces menos.
Matamos lo que amamos. ¡Que cese ya esta asfixia
de respirar con un pulmón ajeno!
El aire no es bastante
para los dos. Y no basta la tierra
para los cuerpos juntos
y la ración de la esperanza es poca
y el dolor no se puede compartir.



El hombre es animal de soledades,
ciervo con una flecha en el ijar
que huye y se desangra.



Ah, pero el odio, su fijeza insomne
de pupilas de vidrio; su actitud
que es a la vez reposo y amenaza.



El ciervo va a beber y en el agua aparece
el reflejo de un tigre.
El ciervo bebe el agua y la imagen. Se vuelve
-antes que lo devoren- (cómplice, fascinado)
igual a su enemigo.



Damos la vida sólo a lo que odiamos.


domingo, 9 de agosto de 2009

ABUSO SEXUAL: LA DESMENTIDA

Este ensayo está publicado en la Revista Número 2 del Ateneo Psicoanalítico: Subjetividad y propuestas identificatorias: problemáticas sociales y clínicas.

Buenos Aires, Directora de la Revista: Lic. Isabel Monzón

 

ABUSO SEXUAL: VIOLENCIA DE LA DESMENTIDA  

 

Isabel Monzón

www.isabelmonzon. com.ar

imonzon@fibertel. com.ar 

 

 

 *: el uso del asterisco esta implementado para evitar usar el genérico masculino. La @ tampoco es conveniente en estos términos, ya que implica una derogada dualidad genérica y además es difícil leer por programas utilizados por personas ciegas o ambliopes... .....

 

 

Abuso sexual y psicoanálisis: historia de una desmentida: 

   

"La historia de la infancia es una pesadilla de la que hemos empezado a despertar hace muy poco", dice Lloyd deMause. Su libro Historia de la Infancia es un trabajo de investigación en psicoanálisis aplicado, en el que el autor relata las aberrantes violencias que los adultos han cometido contra l*s niñ*s a lo largo de los tiempos. El abuso sexual es una de esas violencias. Coincido con deMause cuando habla de la pesadilla de la que hemos empezado a despertar, agregando que toda la comunidad, incluida la psicoanalítica, tiende a oscilar entre el reconocimiento del abuso y esa especie de adormecimiento por el cual se descree la existencia del abuso o se le resta gravedad. Es que, como una paradoja, para salir de esa pesadilla primero tenemos que adentrarnos en ella, conociendo todo su horror. 

  En la Antigüedad se consideraba natural tomar a l*s niñ*s como objetos sexuales. En la Roma Imperial primero se castraba a los pequeños varones "en la cuna" y luego se los llevaba a lupanares para que los hombres abusaran de ellos sodomizándolos. Hoy, la pornografía y la prostitución infantil hasta navegan impunemente por Internet, (los especialistas en informática saben que el producto más consumido del espacio cibernético es la pornografía, incluida la infantil).

  En la Edad Media, se creía que l*s niñ*s ignoraban toda noción de placer y dolor, creencia que aún perdura. Según Lloyd deMause la idea de que l*s niñ*s son, desde su inocencia, inmunes a la corrupción, es un argumento defensivo utilizado con frecuencia por quienes abusan de ell*s para no reconocer que con sus actos les hacen daño. 

  Mientras que en el Renacimiento comenzó a reprobarse la manipulación infantil con fines sexuales, en el siglo XVIII empezó a castigarse a l*s niñ*s que se masturbaban. Los más severos castigos consistían en la circuncisión, la infibulación y la clitoridectomí a. Actualmente también esas prácticas persisten, disfrazadas de rituales sociales y religiosos o aduciendo razones de higiene. Desangradas o infectadas por la clitoridectomí a, mueren miles de niñas en los países islámicos. Las que sobreviven, quedan mutiladas en sus posibilidades de alcanzar el placer sexual. 

  Tanto por considerarla asexuada como por estar pecaminosamente presa de su sexo, la criatura es castigada arbitrariamente por el adulto. Con su peligroso imaginario, él invade violentamente el cuerpo y el alma del/la niñ*, sin reconocerle ni privacidad ni identidad propia y diferente.

  Haciendo un breve recorrido histórico en torno del abuso sexual también podemos comprobar cómo las ideas que en otros tiempos se consideraban naturales y no se cuestionaban, aún siguen presentes en la mentalidad de los abusadores y de los que, al minimizar la gravedad de esa terrible invasión al cuerpo y al alma del/la niñ*, se transforman en cómplices. Pero, mientras que los castigos corporales todavía son justificados por muchos padres, madres y educador*s como necesarios para la educación infantil - es muy común la frase "un buen sopapo dado a tiempo..." - siempre que el abusador sexual violenta al/a la niñ* con su conducta lo hace en secreto, a escondidas y a sabiendas de que se trata de un acto delictivo.

  Llegando a fines del siglo XIX, recordemos que la primera paciente del psicoanálisis, Anna O., a fines del siglo XIX bautizó a la terapia catártica que Joseph Breuer usaba con ella de "talking cure". La "cura por la palabra" tenía un viejo antecedente, la "cura del alma". Ésta surgió a fines del siglo XVIII en las comunidades de los reformistas protestantes y era una derivación de la práctica de la confesión, "ligada al más absoluto secreto", con un sacerdote. Es precisamente en este contexto que surge la idea del secreto patógeno: el alma padece por causa de un secreto abrumador enterrado en ella y la cura llegará cuando ese secreto se devele. El primer médico que sistematizó científicamente el conocimiento del secreto patógeno fue el vienés Moritz Benedikt, que en una serie de publicaciones aparecidas entre 1864 y 1895 demostró que la causa de numerosos casos de histeria y otras neurosis reside en un secreto angustioso, perteneciente la mayoría de las veces a la vida sexual. Proclamando la necesidad de la psicoterapia, Benedikt también publicó cuatro casos de histeria masculina ocasionados por malos tratos sufridos en la infancia. Este sensible médico afirmaba que muchas personas, sobre todo mujeres, tenían una vida secreta que escondía un secreto patógeno, insistiendo que éste se relacionaba con algún aspecto de la vida sexual. Su confesión hacía desaparecer los problemas de la paciente. Al mismo tiempo Charcot, en Francia, hablaba de la histeria traumática, acercándose bastante al nódulo del problema. Sigmund Freud, que conocía los estudios de Benedikt, se había beneficiado con sus enseñanzas acerca de la importancia de la segunda vida (ensueños, deseos suprimidos, ambiciones) y del secreto patógeno.

  Por otra parte, cuando el padre del psicoanálisis estuvo en Francia entre 1885 y 1886, estudió junto a Charcot y Paul Broardel, éste último profesor de la cátedra de medicina legal de París. También tuvo la oportunidad de concurrir a la morgue y de leer los textos de Ambroise Tardieu, quien había antecedido a Broardel. Tardieu, médico forense, escribió en 1860 un Estudio médico-legal de la crueldad y malos tratos infligidos a l*s niñ*s en donde se refiere a 32 casos de niñ*s brutalmente golpeados, la mayoría por sus progenitores y de una niña que, además, fue sexualmente abusada por su padre. Los relatos de Tardieu son de una triste actualidad y el solo leerlos implica entrar en una pesadilla. Refiriéndose a los padres que abusan de sus hijas, decía en 1878:

 

"Lo que entristece aún más es ver que los lazos de sangre, en lugar de constituir una barrera para esas tendencias imperdonables, con harta frecuencia sólo sirven para favorecerlas: los padres abusan de sus hijas, los hermanos de sus hermanas".

   

Asimismo, en 1913 Freud escribe una frase sumamente significativa: 

 

"Cuando en 1885 yo residía en París como discípulo de Charcot, lo que más me atrajo, junto a las lecciones del maestro, fueron las demostraciones y dichos de Brouardel, quien solía señalarnos en los cadáveres de la morgue cuántas cosas dignas de conocimiento para el médico había, de las cuales la ciencia no se dignaba anoticiarse" . 

 

Teoría de la seducción:

   

  Desde que el psicoanálisis nació hasta hoy que cumple su primer siglo de vida, los psicoanalistas hemos oscilado entre reconocer la realidad del abuso sexual contra niños, niñas y jóvenes, haciendo una multiplicidad de ricos aportes a la comprensión de este problema y, paralela o posteriormente, negar su existencia.

  Breuer y Freud publican sus Estudios sobre la histeria en 1895. En dos historiales clínicos, Sigmund Freud afirma que sus jóvenes pacientes enfermaron a raíz del abuso sexual sufrido en los primeros años de la pubertad. En ambos casos, dice, eran sus tíos quienes, además de "asediarlas sexualmente" , las amenazaban con castigarlas si ellas hablaban. Uno de esos historiales es el de Katharina, que en el momento de la terapia tenía dieciocho años y el otro es el de Rosalía. Pero en 1924, Freud agrega al historial clínico de Katharina una nota a pie de página en la que dice: 

"Después de tantos años, me atrevo a infringir la discreción antes observada y a indicar que Katharina no era la sobrina sino la hija de la hospedera. Vale decir que la muchacha había enfermado a raíz de unas tentaciones sexuales que partían de su propio padre. Una desfiguración como la practicada por mí en este caso debería evitarse a toda costa en un historial clínico".

 

Igualmente, en la nota al pie de página del breve historial de Rosalía, Freud agrega: "También aquí era en realidad el padre, no el tío".

 

  Como consecuencia de esa incipiente tarea psicoterapéutica con sus histéricas y de todo lo que había aprendido de sus maestros, Sigmund Freud elaboró la teoría de la seducción según la cual el recuerdo de los abusos sexuales padecidos en la infancia por parte de adultos provoca neurosis. El 21 de abril de 1896 expuso su teoría en una conferencia dada en la Sociedad de Psiquiatría y Neurología de Viena, afirmando que dieciocho casos clínicos - seis hombres y doce mujeres - sustentaban su hipótesis. Katharina y Rosalía se encontraban entre ellos. Los abusos sexuales, afirmaba Freud, eran cometidos a veces por adultos extraños a las criaturas sin el consentimiento de ellas y con una secuela de terror inmediata a la vivencia. Otras veces, la persona adulta era cuidadora del niño. "Niñera, aya, gobernanta, maestro, y por desdicha también, un pariente próximo". Sus oyentes en aquella conferencia, todos varones y todos expertos en patología de la vida sexual, se mostraron escépticos e incrédulos. Unos días después, Freud le escribe a Fliess, su mejor amigo en aquel entonces: "La conferencia tuvo una recepción gélida por parte de los asnos y un juicio singular por parte de Krafft-Ebing - el famoso sexólogo austríaco - quien, refiriéndose a la teoría de la seducción, dijo: 'Suena como un cuento de hadas científico'". El resultado fue que, a pesar de sus ironías, el creador del psicoanálisis se sintió marginado y muy preocupado por no recibir nuevos pacientes. En septiembre de 1897, en otra carta a Fliess, le expresa que no puede seguir sustentando la teoría de la seducción. Ya no creo más en mi neurótica, escribe, y fundamenta su descreimiento en la "imposibilidad de acusar al padre de perverso", inclusive al suyo, y en que considera poco probable que la perversión contra l*s niñ*s esté tan difundida. Piensa ahora que el relato de sus pacientes se apoya en un falso recuerdo, producto de sus fantasías. Poco tiempo después, elabora la teoría del complejo de Edipo, en la cual el seductor/* pasa a ser el/la niñ*. Uno de los padres es objeto de amor y el otro, el rival, objeto del odio infantil en el conocido y popular triángulo edípico. Los celos y el sentimiento de exclusión dominan la escena. A pesar de esto, en 1924 también decía que no todo lo que había escrito sobre el abuso de niñ*s merecía rechazo y que la teoría de la seducción tenía una cierta significación para la etiología de las neurosis.

  Varias cosas llaman la atención del texto que Freud escribiera entre 1893 y 1895, cuando empezaba a nacer el psicoanálisis. Una es el haber disfrazado, tanto en el caso de Katharina como en el de Rosalía, a un padre de tío. Si de encubrir datos reales se trataba, para evitar que su paciente fuera identificada, el creador del psicoanálisis sabía cómo hacerlo. Encubrir es, como él mismo lo sugiere, cambiarle de nombre al monte donde la paciente vivía o decir que era una campesina cuando en realidad podía tratarse de una dama perteneciente a la sociedad vienesa. Pero cambiar a un padre por un tío es una distorsión que trastoca el significado de los hechos, y Freud lo sabía. Por eso, en 1924 agregó en los dos casos clínicos el dato real, aunque sin explicar el por qué de su "error" anterior. Según Jeffrey Masson, autor del libro “El asalto a la verdad”, la renuncia de Freud a la teoría de la seducción, tal distorsión fue el recurso utilizado por Freud para convencer a Breuer a publicar conjuntamente los Estudios, ya que a éste le repugnaba la tesis freudiana de que la histeria fuese causada por seducciones sexuales sufridas en la infancia. Hasta es posible que Freud no haya querido identificar al padre de Katharina por un expreso pedido de Breuer. Pero también podría pensarse que había caído preso de su propia desmentida. Aún siendo acertada la hipótesis de Masson, es innegable que en Freud se sumaba su propia resistencia, que también queda al descubierto en la misma teoría de la seducción, por la cual lo traumático no es el abuso sufrido durante la niñez sino su recuerdo durante la adolescencia, idea que minimiza la gravedad del abuso como una situación traumática. Situación traumática que marca al psiquismo infantil en el mismo momento en que ocurre. Por otra parte, en la nota a pie de página al historial de Katharina, el creador del psicoanálisis utiliza la palabra "tentación", sugiriendo así que la hija se sentía atraída por el padre y desestimando la propia palabra de la paciente, quien decía haber sentido asco y temor. Es que también para Freud, como para tantos de nosotros, debía ser conflictivo el cuestionamiento de la mítica "santa" paternidad. Por otra parte, en los momentos que el psicoanálisis nacía, su creador estaba solo. La comunidad científica de esa pequeña Viena en la que todos se conocían rechazaba sus afirmaciones bautizándolas de "cuentos de hadas". Aunque Freud nunca terminara de renunciar a la teoría de la seducción, tampoco la reivindicó explícitamente, mientras los psicoanalistas dejaron, en su mayoría, de hablar de ella. Había que encontrar a Edipo a toda costa, aunque hubiera que forzar a las histéricas a entrar en un nuevo lecho de Procusto. 

  Cuando, años más tarde, en 1905, Freud publicó su Análisis fragmentario de una histeria, el no creer en la palabra de su paciente Dora fue aún más grave que en los casos de Katharina y Rosalía. Freud insistía una y otra vez en que Dora, que en el momento de la consulta tenía dieciocho años, estaba profundamente enamorada del Sr. K. Freud no pudo- o no quiso- reconocer que Dora, aunque ella lo afirmara claramente, había sido víctima de acoso sexual - el primero sufrido a los trece años - por parte de un hombre de la edad de su propio padre. "Él me ha entregado al señor K." decía, angustiada, Dora. En realidad se trataba de una recompensa por intermedio de la cual el Sr. K. toleraría la adúltera relación entre su esposa y el padre de Dora. Cabría preguntarse también por qué, con tanta tranquilidad, el padre de Dora se anima a llevarla al tratamiento con Freud. Él espera una complicidad de parte del maestro del psicoanálisis: calmar a su hija que se estaba poniendo demasiado molesta. 

  Aunque el psicoanálisis es, de todas las teorías psicológicas, la que posee mayor riqueza de conceptualizació n y aunque, según comprobamos, el tema del abuso surgió tempranamente en la misma teoría freudiana, los psicoanalistas cargamos todavía con una vieja cuenta pendiente en relación a nuestros pacientes abusados y a toda la comunidad. Cuenta pendiente que no terminamos de saldar por no ponernos de acuerdo. La historia de este desacuerdo comienza cuando Freud abandona su teoría de la seducción, y se repite una y otra vez en el lapso de estos cien años de vida del psicoanálisis. Otra evidente prueba de la conflictiva relación que los psicoanalistas han tenido con el tema del abuso sexual es la controversia entre Sándor Ferenzci y Sigmund Freud.

 

Confusión de lenguas entre el adulto y el niño:

 

  En 1932, el talentoso y creativo psicoanalista Sándor Ferenczi abrió el XII Congreso Internacional de Psicoanálisis con la ponencia “Confusión de lenguas entre los adultos y el niño”. El lenguaje de la ternura y el de la pasión. En este texto, bautizado de manera tan significativa, Ferenczi dice:

 

"Nunca se insistirá bastante sobre la importancia del traumatismo y en particular del traumatismo sexual como factor patógeno. Incluso l*s niñ*s de familias honorables de tradición puritana son víctimas de violencias y violaciones mucho más a menudo de lo que se cree. Bien son los padres que buscan un sustituto a sus insatisfacciones de forma patológica, o bien son personas de confianza de la familia (tíos, abuelos), o bien los preceptores o el personal doméstico quienes abusan de la ignorancia y la inocencia de l*s niñ*s".

 

  Más adelante, Ferenczi afirma que esos adultos con predisposiciones patológicas confunden los juegos y conductas de l*s niñ*s con los deseos de una persona sexualmente adulta, confusión que los lleva a abusar sexualmente de las criaturas. El/la niñ* puede intentar protestar, pero a la larga es vencido por la fuerza y la autoridad aplastante del adulto. Llevado por el temor y la indefensión, la criatura se doblega a la voluntad del agresor y lo introyecta, para poder seguir sosteniendo con él un vínculo de ternura. A este mecanismo de defensa mental lo llamará "identificació n con el agresor".

  Ferenczi murió en mayo de 1933, con la promesa de Ernest Jones de publicarle el trabajo en la International Journal of Psyco-Analysis. Poco antes de morir Ferenczi, Freud, repitiendo lo mismo que a él le hiciera Krafft - Ebing- o, como él mismo hubiera dicho, repitiendo activamente lo vivido pasivamente - le escribe a Jones una carta donde le dice que una paciente de Ferenczi, la señora Severn, parecía haberle provocado a su analista una pseudología phantástica. En junio, Jones le contesta diciéndole que la paranoia de Ferenczi se había puesto en evidencia "a la vista de su último articulo para el congreso" y que veía contraproducente publicar, ahora que él había muerto, su último artículo, ya que sería un perjuicio y un descrédito para el propio autor. Y agrega: "Sus postulados científicos y sus declaraciones sobre la práctica analítica no constituyen más que una sarta de errores que solamente sirven para desacreditar al psicoanálisis y dar pábulo a sus enemigos". El polémico y valioso trabajo en el que Ferenczi denuncia la frecuencia del abuso sexual en la infancia se conoció recién en 1949 gracias a Michael Balint. Parecía repetirse lo sucedido en aquella primavera vienesa de 1896, cuando Freud leía su trabajo sobre la etiología de la histeria ante la escucha desvalorizadora de sus colegas médicos. Es que, como dice Alice Miller, los dogmas no pueden rebatirse en tanto se alimentan del miedo de sus partidarios a ser excluidos del grupo que los sostiene. Quien, desafiando esos dogmas, se pone en actitud crítica, corre el riesgo del ostracismo.

 

Complejo de Casandra y pseudología fantástica:

 

  Un día que Casandra - hija de los reyes de Troya: Hécuba y Príamo - se quedó dormida en el templo, apareció Apolo. Entusiasmado por ella, le prometió enseñarle el don de la profecía con la condición de que yaciera con él. Después de recibir el don, Casandra se arrepintió de lo convenido. Pero consintió en darle a Apolo el beso que le pedía. Él, maldiciéndola, le escupió en la boca. Ya que, una vez otorgado, ni siquiera un dios puede quitar el don regalado, él consiguió con su maldición que nadie creyera nunca las profecías de Casandra.

  La psicoanalista junguiana Laurie Shapira compara a la histérica con Casandra. Como forma de enfrentarse con Apolo por los atropellos del dios hacia lo femenino, Casandra "primero obedecía y después renegaba". A través de su ambivalencia, expresaba el temor a ser una víctima más de las muchas otras mujeres maltratadas y abandonadas por el dios.  

  Así como no se tomaban como ciertas las proféticas palabras de Casandra, también se descree de las veraces denuncias que las Katharinas y las Rosalías hacen contra sus padres abusadores. Aunque Casandra hablara del futuro y las víctimas de abuso se refieran al pasado, en todos los casos el descreimiento lleva a la tragedia. Las criaturas abusadas denuncian, de una u otra manera, que los adultos les asesinan la infancia y que, como ellas no pueden confiar en los encargados de cuidarlas, el mundo se les derrumba. En los casos más leves desarrollarán una neurosis o síntomas psicosomáticos; en los más graves una psicosis. Cuando, ya adultas, concurran a consultar con especialistas en salud mental, algunos les hablarán de fantasías de seducción o de "seudología fantástica", sufriendo así una nueva victimización. También la voz de Sándor Ferenczi fue silenciada y no solamente por no haber cumplido Jones con la promesa de traducir su trabajo sobre “Confusión de lenguas....” Las ideas del creativo psicoanalista húngaro no se difunden, en general, en las instituciones psicoanalíticas y su nombre ni siquiera se menciona en las carreras de psicología de las distintas facultades.

 

Violencia de la desmentida:

 

  A pesar de la frecuencia con que, evidentemente, se producen estos hechos, llama la atención la falta de bibliografía psicoanalítica sobre el tema. También es significativo que la escasa existente no se conozca o que se explique el abuso diciendo que la víctima sedujo al victimario. A muchos psicoanalistas contemporáneos parece sucederles algo parecido a lo que le ocurrió a Sigmund Freud hace casi un siglo: no quieren aceptar la verdad de lo que escuchan. Como, por otra parte, no hay peor ciego que el que no quiere ver, muchas veces el analista de niñ*s ni siquiera reconoce que, detrás de los síntomas que su pequeño paciente presenta, se esconde el abuso. Y éste persistirá, porque no hay ni oyente ni interlocutor válido que lo detecte. El/la niñ* siempre denuncia el abuso, aunque no necesariamente con palabras que, a veces, por ser demasiad* pequeñ*, todavía ni siquiera sabe pronunciar. Su silencio, su juego, sus síntomas son su manera de hablar. Sabe que l*s encargad*s de cuidarl* no pueden cumplir con esa función y, además, suelen asustarl* con amenazas diversas. Otras veces, denuncia hablando pero, o no se le cree, como a Casandra, se le considera responsable del abuso. 

  Un psicoanálisis sin dogmas es sumamente rico para cualquier clínica, es decir para comprender, aliviar y elaborar cualquier dolor psíquico. Freud, aunque luego renegara de su propia teoría, fue pionero en el problema del abuso sexual contra la infancia y esto es reconocido por todos los autores, psicoanalistas o no, que se especializan en el tema. Siguiéndolos a Ferenczi y al mismo padre del psicoanálisis, algunos psicoanalistas de nuestros días no sólo estamos atentos al tema del abuso sino que, además, hemos comenzado a teorizar y a escribir acerca de él. Pero, al mismo tiempo, existe la complicidad con el abusador, no consciente si surge de la desmentida y absolutamente tendenciosa y consciente en algunos profesionales de la salud y de la ley. Estos hacen frente común con los abusadores, aunque se presenten como "especialistas" en abuso sexual de niñ*s y jóvenes. Lobos con piel de cordero, oportunistas que cobran altos honorarios de sus defendidos, mientras que los que trabajan con l*s niñ*s abusados lo hacen generalmente por muy bajos honorarios o hasta gratuitamente. L*s niñ*s no tienen recursos para defenderse, tampoco el del dinero.

  Una serie de viñetas nos permitirán ver mejor el accionar de este tipo de profesionales.

 

* Un pediatra recibe a su pequeña paciente de seis años. La madre, que está separada, le relata que la niña volvió, de una salida con el padre, con esa bombacha manchada de sangre que trae a la consulta. Sin hacer ningún examen de laboratorio, el médico dictamina que la sangre es de algún animal y que la criatura se debe haber sentado encima de ella. Tiempo después, la pequeña es llevada por la madre a una psicóloga que comprueba el abuso. La niña, escuchada a través de la hora de juego diagnóstica, se anima luego a dar detalles verbales de lo que el padre le hace.

 

* En un ateneo clínico, hace de esto veinte años, una psicoanalista presentaba en una institución el caso de una paciente de treinta y cinco años con mucho daño psíquico, que había sido víctima de abuso por parte de su abuelo desde los cinco hasta los quince años. El prestigioso psicoanalista que había sido invitado a discutir el caso dijo una frase incomprensible en ese momento para todos los presentes: "Se trata de un cuadro que la vieja psiquiatría diagnosticarí a como pseudología fantástica". Por ignorancia o complicidad nadie discutió el diagnóstico. Asimismo, precisamente fue, en parte, por un comentario así que Freud dejó de creerle a su neurótica. Recordemos lo que Krafft-Ebing le dijo el 21 de abril de 1896 al creador del psicoanálisis, mientras éste presentaba en la Sociedad de Psiquiatría y Neurología de Viena su teoría de la seducción. "Ese es un cuento de hadas científico".

 

A pesar del paso del tiempo y de todas las confirmaciones que nos da la clínica, sigue circulando con mucha fuerza la idea de que las víctimas de abuso mienten y que los profesionales que detectamos el problema y nos animamos a hablar de él solamente relatamos cuentos de hadas. Pero aprender a detectar el abuso es imprescindible. Para ello, es necesario no cerrar nuestra capacidad de escuchar a los otros ni a nosotros mismos, en tanto posiblemente de alguna manera pudimos haber sido también víctimas de abuso y/o violencia durante nuestra infancia. Es decir, es imprescindible trabajar con nuestra propia desmentida, con nuestra propia tendencia a no querer ver aquello que, por terrible y siniestro, preferimos decidir que no existe. Para los que trabajamos con la salud, la desmentida es mucho más peligrosa, en tanto denuncia que nuestro instrumento de trabajo, es decir nuestro propio psiquismo, tiene fallas.

 

Llamar a las cosas por su nombre

   

Es muy importante utilizar las palabras adecuadas cuando hablamos de estos temas, es decir adjetivar de manera precisa y acertada. En términos más cotidianos, es imprescindible llamar a las cosas por su nombre. Por eso y compartiendo las ideas de otros colegas, utilizo el término víctima para referirme a la niña o al niño abusado mientras que califico de sobreviviente a las adultas y adultos que, durante su infancia, cuando fueron víctimas, padecieron por abuso sexual. Sobreviviente apunta a remarcar todas las estrategias y recursos vitales que aquellas víctimas han tenido que movilizar para poder seguir estando vivas. Se trata, entonces, de "honrar lo que se ha hecho para sobrevivir" y valorar todo lo que se puede seguir haciendo para cerrar las heridas. Con las palabras victimario, ofensor o abusador designo a los que cometen el abuso. Para Judith Herman, los términos "víctima" y "victimario" determinan con claridad en quien reside la responsabilidad del agravio. Mientras el adulto victimario es el responsable de utilizar a l*s niñ*s sexualmente, las niñas y niños se encuentran en un estado de invulnerabilidad e impotencia. Se trata entonces de un adulto que falla en su deber de cuidar al/la niñ* y de un/* niñ* al que con el abuso se violan sus derechos a ser cuidado. Asimismo, considero imprescindible dejar de utilizar algunas palabras, muy frecuentes en el discurso sobre el abuso sexual, en tanto se instrumentan tramposamente para desmentir, desfigurar o encubrir tal delito contra la infancia. La palabra paidofilia, además de no estar en los dos diccionarios consultados, es frecuentemente usada para designar al abusador de menores. Paidofilia está compuesta por dos raíces griegas: "paido", que significa niñ* y "phileo" que se traduce como afición, amor. El término pederasta se origina en el griego "paiderastés" , compuesto a su vez de las raíces "paidós", niñ*, y "eratés", amante y sirve para definir tanto al hombre que comete abuso deshonesto con un niño como al invertido o sodomita. "Pederastía" figura también como: "Homosexualidad practicada con los niños y, por extensión, homosexualidad masculina". Sodomía señala una relación libidinosa entre dos personas, contraria a la naturaleza, y tiene como sinónimo a perversión sexual. También significa coito anal. Los diccionarios no hacen más que reflejar el significado que las palabras tienen en un determinado idioma y son influidos por los usos, las costumbres y la ideología social. La primera trampa que quiero señalar reside en que se hace un paralelismo entre el amor por los niños y el abuso sexual, de allí el uso de "paidofilia" y "pederastía". La segunda trampa consiste en confundir el amor o la relación sexual entre dos personas del mismo sexo con el abuso sexual hacia niños del mismo o del otro sexo. En otras palabras, el abusador no ama a los niñ*s, sino que, haciendo abuso de su poder, los utiliza sexualmente. Es indistinto que el ofensor cometa abuso contra una criatura de su mismo sexo o del otro. Lo que marca su particular subjetividad violenta y delictiva es que es un abusador.  

  También el uso de la palabra seducción conduce a algo engañoso. Como tiene dos significados tan contradictorios ¿desde cuál de los dos se usa cuando designa al abuso?. Uno de los significados es "persuadir a alguien con promesas o engaños a que haga cierta cosa, generalmente mala o perjudicial. Particularmente, conseguir un hombre, por esos medios, a una mujer". En un segundo sentido significa "hacerse una persona admirar, querer o, particularmente, amar intensamente por otra, ejemplo, seduce a todos con su simpatía". Un sinónimo sería fascinar, que también tiene significados muy contradictorios. Llamando a las cosas por su nombre, propongo repensar la "teoría de la seducción" y contruir una nueva teoría: la del abuso sexual contra la infancia. Asimismo, como las estadísticas nos hablan de porcentajes mayores en el caso de las niñas y los abusadores, en su mayoría, son varones, el tema de género se vuelve insoslayable en la construcción de tal teoría. Por otra parte, y en relación a las estadísticas mencionadas, en adelante usaré el género femenino para la sobreviviente y el masculino para el abusador

 

Adultas sobrevivientes al abuso sufrido en la infancia.

 

Quienes trabajamos con adultos sabemos que muy excepcionalmente la paciente que fue abusada durante su infancia o adolescencia solicite tratamiento por esta razón. Lo que motiva su consulta son problemas laborales, de pareja, sexuales, familiares. Cuando surge el tema es porque las circunstancias actuales de la vida movilizan el recuerdo, hasta ese momento totalmente inconsciente o, si la experiencia nunca fue "olvidada", es la situación terapéutica la que hace que la sobreviviente supere su silencio, causado por vergüenza y culpa, y se anime a hablar ante quien considera un interlocutor válido. En el mejor de los casos, la valiente mujer que se anima a nombrar algo que la sigue haciendo sufrir tanto, encontrará a ese interlocutor/ *. En el peor de los casos, se la revictimizará , considerándola responsable del abuso o culpabilizándola por no haberlo detenido. La pequeña niña tendría que haberse defendido de ese enorme adulto por el cual fue aplastada. Asimismo, el terapeuta que no puede creerle cuando su paciente relata el abuso, la hará una víctima más del ancestral diagnóstico de "pseudología fantástica".

  Los psicoanalistas que atendemos adultos también sabemos que, en general, no tenemos ocasión de conocer a los familiares de nuestros pacientes, excepto en situaciones muy especiales. Tampoco tenemos necesidad de comunicarnos con abogados o jueces, con la excepción de que atendamos a mujeres violadas o golpeadas. 

  Por otra parte, cuando la adulta relata su experiencia de abuso sexual sufrida en la infancia, el ofensor y los testigos hasta pueden estar muertos.. Los especialistas en adultos tampoco vemos niñ*s en nuestros consultorios, excepto que nuestra paciente que acaba de ser madre, venga con su bebé en brazos porque no tuvo con quien dejarlo o porque necesita, por alguna razón, que veamos en ese nuevo vínculo algo que ella con sus propios ojos no puede ver. Pero con lo que siempre un analista de adultos se encuentra es con la niña que la paciente fue en el pasado. Ciertas situaciones vividas han sido tan dolorosas, conflictivas y/o traumáticas que producen un revivir una y otra vez ese pasado que se presentifica permanentemente. Los analistas también sabemos que aquellas personas que fueron muy conflictualmente significativas ayer, permanecen en el psiquismo de nuestra paciente como si el ayer fuera hoy, manteniendo tan fuerte influencia que aún parece que le colonizaran el alma. Del mismo modo, cuando escuchamos a nuestra paciente adulta recordar el abuso, nos encontramos con esa niña aterrada, impotente, que se considera culpable, de manera similar a lo que nos relatan los terapeutas que atienden niños abusados. Sólo que ahora, en lugar de tener frente a nosotros a una criatura en su hora de juego, nos encontramos frente a una mujer que viene, desde lo exterior sola pero que siempre trae, en su interior, junto a la niña que ella fue, a todos los personajes internos que de alguna manera estuvieron en su vida durante el tiempo del abuso, fundamentalmente los padres y el abusador. Y tanto aquella niña que mi colega especializad* en niñ*s atiende, como la mujer a la que yo escucho, se sienten perdidas, confundidas, culpables; por eso, necesitan que se les recuerde una y otra vez cuánta fuerza vital tuvieron que movilizar para poder sobrevivir. 

  Esta adulta que nos consulta muchas veces se encuentra trabada en la posibilidad de librarse de su identificació n con el agresor y de juzgar al verdadero culpable del abuso, para poder luego, metafóricamente, matarlo y enterrarlo. Cuando esta paciente recuerda y narra tan sórdida historia, el abuso aparece como una experiencia particularmente dolorosa y humillante de la que es sumamente difícil hablar y a la que los terapeutas debemos abordar con la mayor prudencia y cuidado, para evitar que nuestro acercamiento sea vivenciado como una nueva intrusión abusiva. A veces, el relato se presenta de manera espontánea y hasta inesperada. Otras, el terapeuta puede inferirlo y detectarlo a través de sueños o de síntomas. En la experiencia clínica con adultas se confirma lo que expresan todos los autores que trabajan este tema: habitualmente el abuso se comete dentro del ámbito familiar: padres, tíos, abuelos, hermanos mayores, un amigo de la familia. Tal vez sea porque aparece mayormente en el ámbito de la "sagrada familia" que el abuso, aunque es un delito, por temor o por desmentida en general no se denuncia.

 

 Avatares de la memoria

   

Cuando la criatura abusada se vuelve adulta, con su desmentida logra convencerse, muchas veces, que el abuso no ocurrió. Pero no debe confundirse este proceso con una simple represión, porque con ésta el resultado es que un pensamiento, una imagen, un recuerdo permanecen inconscientes. En la represión la lucha es contra algo que proviene de uno mismo. En cambio, en el caso de la desmentida, la percepción que es dada por inexistente proviene de la realidad externa. Algo que existe no existe, algo que se ve no se ve, algo que sucede no sucede, algo que pasó no pasó. Cuando la desmentida se pone de tal manera en funcionamiento, el propio yo queda dañado, en tanto es atacada su capacidad de reconocer una percepción, de aceptar algo como existente, de discriminar como propia una sensación corporal. Este mecanismo psíquico es útil en algunos casos. Todas las defensas lo son, según el grado, el momento y la frecuencia con que nuestro yo las use en las diferentes etapas de nuestras vidas, en tanto nos ayudan a enfrentar ansiedades y conflictos cotidianos. Pero, si alguno de esos mecanismos se utiliza en demasía, el psiquismo se daña. La amnesia de acontecimientos traumáticos, fenómeno vinculado con la desmentida, se presenta a posteriori de un traumatismo psíquico y es común entre los sobrevivientes de guerra, campos de concentración, violación sexual, atentados terroríficos, abuso sexual, etc. 

Las personas que han estado expuestas a situaciones traumáticas pueden tener síntomas de disociación (sonambulismo, alteraciones de la memoria) y signos de stress postraumático (imágenes retrospectivas, alteraciones del sueño, pesadillas). También puede suceder que estas personas se replieguen y aíslen y/o que se depriman. A veces tienden a restarle importancia a las realidades dolorosas del presente o están como insensibles o con sentimientos de vacío. Pero, como bien puntualiza el terapeuta David Calof, citado por Bass y Davis en su libro El coraje de sanar, "a diferencia de las personas sobrevivientes de desastres públicamente reconocidos, las personas que han sido abusadas sexualmente durante su infancia, no saben por qué se sienten así. Frecuentemente sus recuerdos del trauma o están fragmentados en desconcertantes mosaicos o no existen en lo absoluto". Estas personas son "veteranas de guerra muy particulares" , guerras que han tenido lugar, por ejemplo en la cama de su propia habitación o en la casa del vecino, con una secuela de heridas que tal vez nunca hayan sido ni vistas ni curadas por nadie. Además, rara vez existen testigos. En el escenario del abuso sólo se encuentran la pequeña víctima y el victimario.

  "La calidad siniestra y el efecto traumático devastador de la violencia familiar y política - reflexiona Carlos Sluzki - son generados por la transformació n del victimario de protector en violento, en un contexto que mistifica o deniega las claves interpersonales mediante las cuales la víctima podría reconocer o significar los comportamientos como violentos". En el caso del abuso sexual, la criatura también es privada de su capacidad de disentir o consentir. E incluso, frecuentemente, el acto de violencia es descalificado como tal por el victimario, que le dice al niño: Esto lo hago por tu propio bien, no te puede doler tanto, te va a gustar, vos me provocaste. Es así que a la desmentida usada por la criatura para defenderse se agregan mensajes por parte del ofensor que caracterizan la comunicación de doble vínculo. Si la familia o cualquier otra persona ante la cual el menor denuncia el abuso no le creen o no advierten, por otras señales, que tal abuso está sucediendo, agregan, con su desmentida, un nuevo acto de violencia sobre el psiquismo de la criatura. Para que una conducta pierda su efecto traumático debe ser calificada de tal. Una paciente relata la experiencia de abuso - ella tenía seis años - diciendo que su tío era "un joven calenturiento" . La analista, llamando a las cosas por su nombre, señala: "Ese fue un tío abusador".

  Por otra parte, aunque el abuso haya sido aislado, se instala en el aparato psíquico con la fuerza de los que han sido reiterados, porque la víctima generalmente ha sufrido otros episodios de violencia: maltrato físico, psíquico y otras experiencias sexuales traumáticas muy comunes, sobre todo en la vida de las niñas: miradas obscenas, encuentros con exhibicionistas y frotters, etc. 

  Freud también fue pionero en conceptualizar, cuando el psicoanálisis nacía, la muy clásica y a la vez actual teoría traumática. Un trauma es un "acontecimiento de la vida del sujeto caracterizado por su intensidad, la incapacidad del sujeto de responder adecuadamente y el trastorno y los efectos patógenos duraderos que provoca en la organización psíquica", sintetizan Laplanche y Pontalis.

 

* Clara, una amiga de Susana, por una situación circunstancial, le informa a la terapeuta de Susana que ésta había sufrido de chica un abuso sexual por parte de su padrastro. Una tía muy querida de Susana se lo había contado a Clara. La terapeuta se ve obligada a comunicarle a su paciente esta información, ignorando si era o no verídica. La paciente, que en el momento de la consulta tiene cuarenta años, reacciona enojándose por el disparate inventado por su amiga, entre otras cosas porque su padrastro, que sustituyó a su padre ausente, había sido un hombre buenísimo y muy respetuoso de su intimidad. Días más tarde, Susana llega a una sesión muy angustiada, con miedo a estar volviéndose loca. Es que al estar cerca de la ventana de su habitación ha visto que un gato caía desde un piso superior. Está segura que no se trata de su propio gato, que ronronea por ahí. Va hasta la planta baja y le pregunta al portero si vio algo, recorriendo con él el lugar donde supuestamente el animal habría caído. No encuentra nada. De pronto, también tiene pesadillas que no recuerda, se enfurece contra su madre, está en general muy angustiada y no quiere salir de su casa más que para ir a sus sesiones. La terapeuta le dice que cree oportuno que converse con esa tía tan querida, para constatar si su amiga inventó o no la historia del abuso y qué fue concretamente lo que la tía le relató. A partir de ahí, durante dos semanas, Susana debe ir todos los días a sesión. La historia era cierta y el impacto fue enorme. La tía confirma que existió el abuso cuando la joven tenía quince años, pero que se trataba del amante de la madre, no del padrastro. Los recuerdos vienen por retazos y entre Susana y su analista construyen el rompecabezas. Susana había tenido que "olvidar" porque hubo un doble trauma: a veces ella acompañaba a su madre a los encuentros con el amante. La madre le era infiel a su querido padre adoptivo con un hombre que, además, abusaba de ella. Un día pudo contárselo a su protectora tía, que tomó cartas en el asunto y el abuso cesó. También se habría puesto fin a la relación de la madre de Susana con el abusador.

 

Otras señales y efectos del abuso en la subjetividad de las sobrevivientes

   

En los adultos neuróticos, el abuso sexual sufrido en la infancia aparece, como antes dijimos, en síntomas y sueños, no solamente en relatos. En la psicosis el abuso o el maltrato aparecen disfrazados de delirios.  

 

* Schreber, el paciente más famoso del psicoanálisis, denunciaba con sus delirios claramente el maltrato que había sufrido de parte de su padre.

 

* Una adolescente esquizofrénica ocultaba a la vez que develaba, a través de su delirio, la violación por parte de su padre, diciendo que una voz la obligaba a matar a su pequeño hijo, producto de esa violación.

 

  También se puede detectar el abuso cuando nos relatan sensaciones o acciones que, por extrañas, llaman mucho nuestra atención. 

 

* Una mujer relata que siente a veces por la noche un peso que se apoya en su colchón y lo hunde. Otra, siempre tiene que dejar una luz prendida a la noche cuando se va a dormir. En ambos casos, el abusador había sido el padre. 

 

  Otros síntomas o patologías que, a veces, denuncian al abuso, son dificultades para dormir, fobias, anorexia y bulimia, depresión, alcoholismo, drogadicción, disfunciones sexuales. Estos síntomas simbolizan un escudo que protege contra la violación, una frontera para impedir la invasión a la intimidad, invasión propia de toda violencia. Cuando el abuso es en edad muy temprana, no hay aparato psíquico capaz de poder simbolizarlo en palabras, aparecen llantos y temores que luego se trasforman en actos y juegos infantiles. También es muy frecuente que se presente desconexión con los propios sentimientos o con sensaciones corporales: sentir que la mente se desprende del cuerpo, anestesiarse ante estímulos habitualmente dolorosos o ansiedades persecutorias que no siempre se corresponden con las situaciones vividas en el presente. Cuando se produce desconexión de las experiencias displacenteras, también hay un desensibilizació n en relación a las placenteras (anhedonismo) .

 

* Eva tenía cincuenta años cuando pudo comenzar a conectarse con el abuso que sufrió desde muy pequeña y hasta su adolescencia por parte de un tío. Siempre hablaba de esa experiencia - de la que sólo poseía imágenes aisladas - con total indiferencia. Como su médico le había indicado un análisis de V.I.H., estaba en su sesión con el sobre, sin poder abrirlo para así enterarse del resultado. Su terror y angustia eran enormes. La analista le señaló que probablemente ella creía que en ese sobre estaban encerradas situaciones relacionadas con experiencias sexuales muy dolorosas, situaciones que mantenía tan en secreto que ni ella misma quería enterarse. Movilizados sus afectos, pudo entonces abrirse ante sí misma. Podía recordar y hablar del abuso de su infancia y de experiencias sexuales de su adultez, que recién ahora podía reconocer como violaciones. Ella no había sufrido solamente abuso sexual durante su infancia sino que era la sobreviviente de muchas otras violencias, habiendo quedado desde muy pequeña totalmente desamparada. Por eso era muy difícil para ella cerrar estas heridas. Su personalidad quedó tan fuertemente quebrantada. que Eva decía: "Me destrozaron el alma". 

 

  Viene otra vez a nuestra memoria Daniel Paul Schreber, que en su delirio denunciaba el asesinato del alma. Es frecuente que los sobrevivientes de maltrato y abuso utilicen esta expresión. Se trata de un proceso del que un tal Strindberg ya había hablado en 1887, refiriéndose a "una política de destrucción del ser humano a quien -con el fin de dominarlo mejor- se le quita su principal razón de vivir". (Maud Mannoni: De un imposible al otro). En 1832 el juez alemán Anselm von Feuerbach, acusó a los dos padres adoptivos de Kaspar Hauser de “asesinato del alma”. El niño había sido criado en la oscuridad total y privado de casi todo contacto humano durante 17 años. Lo que presenta el aspecto más repugnante del crimen cometido con él es la iniquidad cometida contra su naturaleza espiritual. El hecho de que haya sido excluido de todo intercambio con seres humanos. Haberle retirado toda la nutrición que hace que la mente humana crezca y florezca es una invasión criminal a la propiedad más sagrada y más peculiar del hombre: la libertad y el destino de su alma". (Louise Kaplan: Perversiones femeninas)

 

* Adriana, treinta años, comenzó a ser abusada por su cuñado cuando tenía seis. Su padre, al que recuerda como cariñoso y protector, había muerto y su hermana mayor y el cuñado se mudaron a la casa en donde ella vivía con su madre y otros hermanos también chicos. Cuando Adriana le contó a su madre lo que el cuñado hacía, ella contestó que necesitaban del dinero que él aportaba. El abuso, por supuesto, persistió. Adriana empezó a trabajar desde muy chica A los quince años ganaba lo suficiente como para que se pudiera prescindir del dinero aportado por el cuñado. Entonces le dijo a su madre: "Ahora decile que se vaya".

  La sobreviviente del abuso en general está más enojada con su madre que con el abusador. Cree que su madre es cómplice. Espera de ella todo el cuidado, deposita en ella su confianza. Necesita que su madre le crea, aunque en realidad muchas veces ésta la acusa de mentirosa o, como sucedió con Adriana, no es protegida. De alguna manera su enojo tiene sentido porque, como dice Graciela Bianchi, se necesitan cómplices para desmentir. 

 

* Clarita pudo relatar en su análisis, por primera vez y siendo adulta, que, cuando sus padres la dejaban desde pequeña con el abuelo, él abusaba de ella. Esto sucedió desde los cinco hasta los quince años. Cuando, motivada por el proceso analítico, quiso relatar lo sucedido ante la familia, su madre, su tía y su hermana contaron que ellas, de niñas, también habían sido víctimas de este hombre. Y todas habían callado hasta ese momento. Se trataba de una típica familia patriarcal en la que el abuelo desempeñaba el rol principal manejando todo con su dinero, incluso al padre de Clarita, un hombre muy sometido a su suegro. 

 

Revisitando el mito de Edipo

 

  En un encuentro clínico realizado en el Ateneo Psicoanalítico durante el año 1998, junto a un grupo de colegas hicimos una presentación de un caso de abuso sexual. Decíamos allí: "En las formulaciones de Freud sobre el Edipo queda en primer plano el desborde pulsional de Edipo -el incesto con Yocasta y el parricidio hacia Layo- quedando en segundo plano que Layo había abusado de Crísipo, hijo del rey Pélope. Éste había nombrado a Layo preceptor de Crísipo. Cuando Pélope se entera del abuso, lanza a Layo su anatema: 'Que nunca tengas un hijo y que, si llegas a tenerlo, sea el asesino de su padre y despose a su madre'. La profecía del oráculo hacia Layo 'tu hijo te matará y yacerá con su madre' repite la maldición de Pélope y conduce a Layo a su conducta filicida. El parricidio de Edipo es un efecto del abuso y del filicidio". En esa ocasión también citamos una reflexión de Haydée Fainberg: "No he encontrado ninguna interpretació n psicoanalítica sobre el mito de Edipo que acordase un lugar preeminente al secreto de la genealogía de Edipo. En gran parte, el filicidio ha sido igualmente desatendido por los psicoanalistas y para comenzar por Freud mismo". A las reflexiones de Fainberg agregamos que, como el abuso sexual contra menores también ha sido desatendido en la clínica psicoanalítica con niños, adolescentes y adultos, no se menciona a Layo como abusador ni a la maldición de Pélope como su venganza por el abuso. 

Un relato en primera persona

 

  Por resguardar su identidad, en general no se tiene la ocasión de poder citar textualmente el relato de una sobreviviente hecho en primera persona y confesando su nombre verdadero. En esta ocasión, sin embargo, me animo a hacerlo, en tanto la autora de estas palabras, Virginia Wolf autorizó que fueran publicadas luego que ella muriese: “Recuerdo el contacto de su mano debajo de mis ropas, avanzando firme y decidida cada vez más abajo. Recuerdo que yo esperaba que se detuviese de una vez, que me iba poniendo más tensa, que me retorcía a medida que la mano iba aproximándose a mis partes más íntimas. Pero no se detuvo. Su mano exploró también mis partes más íntimas. Recuerdo que me sentí ofendida, que no me gustó. ¿Cuál es la palabra para un sentimiento tan callado y conflictivo?”

 

  Con estas palabras la talentosa escritora inglesa describe el abuso sexual sufrido cuando tenía seis años. El abusador fue Gerald, su medio hermano, de diecisiete años, es decir once mayor que ella. Víctima de su antigua depresión, Virginia Wolf se suicidó en la primavera inglesa de 1941. Dos meses antes le escribía a otra amiga: “Todavía me estremezco de vergüenza al recordar a mi hermano... explorando mis partes más íntimas”.

 

Abuso sexual y género.

 

  En este punto quisiera relatar dos viñetas clínicas con la finalidad de hacer notar las particulares maneras que, a diferencia de las mujeres, tienen los varones para describir y tramitar en su adultez el abuso que padecieron en la infancia

 

* Alberto, de cuarenta y nueve años, relata: "Mi primera experiencia con un hombre fue de terror. Mi papá, que sospechaba que yo pudiera ser gay, le encomendó a un tipo amigo de él que me hiciera debutar con una mina. Pero debuté con él. Yo tenía catorce años. Él me tenía amenazado: si yo contaba algo él iba a decir que yo era puto". Este párrafo es representativo de cómo los hombres suelen relatar un abuso, disfrazándolo de "debut". Él no debutó con el amigo del padre, sino que fue abusado y en este caso la amenaza consistió en contar acerca de su condición de homosexual. 

 

  También podemos pensar que cuando el padre del protagonista de esta historia lo manda a "debutar con una prostituta", hace lo propio de muchos padres que fuerzan a su hijos, homosexuales o no, a vivir situaciones sexuales traumáticas, como puede llegar a ser, para un púber o un adolescente, cuándo de él no surge la demanda, la "iniciación sexual" con una prostituta.  

 

* Ricardo y su mujer se reprochan mutuamente, una vez más, durante una sesión de terapia de pareja. Mientras, según él, ella siempre se niega a hacer el amor, ella siente, cuando está durmiendo, los acercamientos de él como violaciones. La terapeuta percibe una actitud compulsiva por parte de Ricardo. Cuando, en su terapia individual, él relata este episodio, las asociaciones lo llevan a recordar que, cuando tenía unos nueve o diez años, unos muchachos abusaron de él. No se lo contó a nadie, es la primera vez que lo hace. Años más tarde, en su adolescencia, él quiso repetir esa experiencia con un niño pero perdió la erección. Durante mucho tiempo, ante chicas de su edad o prostitutas, él permanecía impotente, hasta que pudo hacer el amor con una novia que lo quería mucho. Ricardo y su analista acordaron que había sido una suerte para él y para el chico del que intentó abusar que él perdiera la erección, porque sino él hoy sería un abusador, como esos muchachos de los que él fuera víctima. Seguramente algo de esa temprana experiencia se le filtraba con su esposa en sus acercamientos compulsivos nocturnos. Ricardo tuvo una transitoria identificació n con el agresor, como forma seguramente de asegurarse que no había perdido su virilidad. 

 

  Mientras las mujeres, cuando reviven el abuso, se sienten avergonzadas y culpables por creer que con su conducta incitaron al abusador, los hombres abusados lo suelen califican de "debut" o se avergüenzan por creer que perdieron la virilidad, como en el caso de Ricardo. Recordamos en este punto al personaje que Nick Nolte protagoniza en la película El príncipe de las mareas y su humillación al tener que relatarle a una mujer de la que se está enamorando, la experiencia de abuso sufrido en su infancia.

 

  Dice Jean Baranes: "El reconocimiento de la realidad de ciertas violencias es para la psique un anclaje necesario y enteramente indispensable para la eficacia del trabajo del análisis, que no consista en la pura reproducción de la desmentida de la realidad de la que el paciente ya ha sido objeto".

 

Respetar el silencio  

 

¿Por qué los pacientes no quieren hablar de esos temas? Quizás porque, como ya vimos, en su momento hablaron y nadie los escuchó. Quizás porque sienten que ahora es demasiado tarde, que ya aprendieron a convivir con esa experiencia dolorosa tan temprana y que revivirla es como volver a transitar la situación traumática. ¿Se transforma ahora el analista en una especie de abusador de ese psiquismo que se defendió como pudo para poder sobrevivir? ¿Se trata de situaciones tan traumáticas que son, a veces, inelaborables? Como toda herida, el abuso deja una cicatriz, que con sólo rozarla se vuelve otra vez dolorosa. Tal vez, como con los pacientes que sufrieron torturas, sólo debamos trabajar con los síntomas, respetando que necesiten silenciar el hecho traumático. Trabajar con ese síntoma y con los propios límites en cuanto a la posibilidad de conectarse con zonas muy dolorosas de su existencia, es una forma más que tendrá el paciente de poder adueñarse de su vida y de poder animarse a vivir de manera más plena. Además, cuando un paciente que ha sufrido abuso empieza a saberse dueño de sí, aprenderá a protegerse y a proteger a otros -por ejemplo, a sus hijos- de otras posibles situaciones abusivas . 

 

Subjetividad de los abusadores. 

 

¿Por qué el abuso se produce con tanta frecuencia?. ¿Por qué la mayoría de los abusadores son varones?. ¿Por qué la mayoría de las abusadas son niñas? Para dar estas respuestas es insoslayable, como ya dijimos, considerar la perspectiva de género Sabemos que las mujeres y los niños son los oprimidos mientras los varones son los opresores. El abusador usa la sexualidad como un instrumento de poder y de dominio sobre su víctima. Ella, por necesitada e impotente, no tiene otra salida que la de someterse. Igual que el exhibicionista, que el violador y el golpeador, al que comete abuso contra una criatura no lo mueve Eros sino el deseo de poder. 

 

El abusador en general no consulta. Algunos especialistas en el tema afirman que no se rehabilita. Aunque muchas veces no presenta una patología evidente, sin duda la tiene. El DSM IV describe dos cuadros que pueden adecuarse: trastorno antisocial de la personalidad y paidofilia, o lo que propongo denominar ofensa sexual. El hecho de considerar que el abusador está enfermo no debe ser utilizado como un argumento para desculpabilizarlo. En primer lugar, porque él sabe lo que está haciendo. En segundo lugar, porque cada uno es responsable de sí mismo, aún de su enfermedad y de sus síntomas. En tercer lugar porque el abusador es peligroso, en tanto puede repetir el abuso. Él cosifica a su víctima. No la considera un ser humano. Como la criatura abusada no es para él su semejante, no siente empatía hacia ella. Sabemos que frecuentemente ellos también fueron víctimas de abuso.

 

Son adecuadas las para mí muy ricas reflexiones del psicólogo Robert Lifton en relación a la conducta de los médicos nazis que participaron en el Holocausto. Lifton quería comprender cómo estos hombres podían matar y torturar a seres humanos, a través de lo que ellos llamaban "experimentos médicos", cómo podían elegir a quiénes iban a morir o a vivir y cómo podían después irse a sus casas, asistir a misa y jugar con sus hijos. Para explicar esta conducta inconcebible, pensó en el mecanismo del desdoblamiento, defensa disociadora que permitía a los médicos cometer actos atroces y mantener, a la vez, una posición "respetable" en la sociedad. El desdoblamiento fue, dice Lifton, el vehículo psicológico que permitió a los "fáusticos médicos nazis establecer un pacto con su entorno diabólico, entorno que les otorgaba el privilegio psicológico y material de una adaptación privilegiada a cambio de su participación en el Holocausto". Lifton también cree en la responsabilidad. "Somos los únicos responsables morales de los pactos fáusticos que establezcamos, tengan estos lugar de manera consciente o inconsciente" . 

 

Créale otra vez a su neurótica , doctor Freud

 

Créale otra vez a su Neurótica, doctor Freud, que, como dicen Ruth y Henry Kempe, "los niños no inventan historias relativas a actividades sexuales a no ser que hayan sido testigos oculares de las mismas. Y, por supuesto, han sido testigos de los abusos sexuales cometidos contra ellos". Por otra parte, el mismo creador del psicoanálisis decía, a raíz del caso Juanito: "El niño no miente sin razón, y en general, se inclina más que los adultos hacia el amor por la verdad.(...) Liberado de su opresión, comunica a borbotones lo que es su verdad interior".

 . Todos, psicoanalistas, abogados, pediatras, educadores, jueces, la comunidad toda, tendríamos que animarnos a creerle a la Neurótica de Freud. Así tal vez habría menos niños abusados y más sobrevivientes que se animarían a dejar el refugio, cárcel de su neurosis.

 

RESUMEN

 

La autora centra el desarrollo del trabajo en poner de relieve cómo el psicoanálisis, desde sus inicios hasta nuestros días, de manera oscilante se ha enfrentado con el problema del abuso sexual contra menores y lo ha desmentido. Esta desmentida provoca una nueva violencia en los niños víctimas de abuso y en sus sobrevivientes. Violencia que, al ignorar la frecuencia del abuso y las graves consecuencias que en el psiquismo provoca, se suma a la de la familia y la sociedad que no cumplen con la obligación de proteger a la infancia. En el trabajo también se hacen algunas hipótesis acerca de las huellas del abuso en la subjetividad de sus víctimas y sobrevivientes y de los motivos que pueden impulsar a que alguien cometa tal aberrante delito. 

 

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