lunes, 10 de junio de 2013

Barrer, “trabajo preciosísimo que valora la la sociedad y no comprende la autoridad”

Jesús Zúñiga, con 20 años como barrendero de Azueta, describe carencias y riesgos del empleo

Barrer, “trabajo preciosísimo que valora la la sociedad y no comprende la autoridad”

HERCILIA CASTRO (Corresponsal)
Zihuatanejo, 8 de junio. Jesús Zúñiga tiene más de 50 años; desde que le tomó amor a su labor como afanador tiene un sueño, que él y sus más de 100 compañeros de trabajo tengan una casa digna para vivir y sus compañeras barrenderas no tengan que arriesgar más su vida mientras limpian las calles de la ciudad en la madrugada.
“Mi sueño es que Servicios Públicos tenga un área donde todos estuviéramos ahí juntos, por qué, para que hubiera también el transporte para los barrenderos porque ellos entran a las tres de la mañana, a deshoras de la noche andan trabajando”, dijo.
Zúñiga contó que los trabajadores de limpieza han sido a veces asaltados y golpeados, ya que realizan la faena por las calles solos, y la mayoría de los barrenderos son mujeres.
Manifestó que por ese motivo es que han pedido al gobierno municipal les asigne un terreno a los más de 120 trabajadores, “aunque se lo vayamos pagando, podemos pagarlo nosotros los de Servicios Públicos”.
Lamentó que han sido excluidos de los programas federales de vivienda y si los han tomado en cuenta les ponen muchas trabas “para nosotros nos dicen es que ustedes ya tienen un terreno y nos niegan la vivienda”.
Aseguró que la mayoría de los afanadores, barrenderos y recolectores de desechos trabajan por la noche y viven en zonas alejadas del puerto, como son las comunidades de Pantla, Los Achotes, Coacoyul, Barrio Viejo o Los Almendros, y carecen del servicio de transporte.
Comentó que desde hace ocho años, los trabajadores de limpieza han querido conformar una colonia exclusivamente para ese gremio “desde el gobierno de Silvano –Blanco Deaquino-, pero nomás nos dijeron que sí y no nos han incluido, no se ha hecho nada”.
“Un área de Servicios Públicos, de puros trabajadores de Servicios Públicos, donde estemos juntos porque somos los que más tenemos la frecuencia de asaltos, de que los vándalos vienen bajando a esas horas de la madrugada y si estamos en una sola área tendremos seguridad como trabajadores”, dijo.
En 20 años de laborar como barrendero, a Zúñiga le ha tocado ver de todo tipo de gobiernos municipales: “unos buenos, unos buenos que se hacen malos, unos no tan malos que salen peor, y así, todo es el mismo gobierno”.
“Solamente yo sé que mi trabajo es digno, de una persona pacífica que sirve a la sociedad y pues nosotros somos los carroñeros, los que trabajamos con la basura, con los microbios”, dijo.
Sobre su perspectiva de cómo los ve la sociedad, dijo que a veces los ciudadanos los halagan y comprenden, “pero somos incomprendidos por las autoridades, porque ellas no nos dan material, nosotros lo llevamos, tapabocas, palas, el uniforme, hasta donde podemos alcanzar”.
Lamentó que ser afanador es no tener tampoco seguridad en salud, ya que si se enferman, el gobierno municipal les da la ayuda, pero “lo toman como apoyo no como responsabilidad, te vas al centro de salud porque para ir a un hospital te toca poner de tu salario”.
“Mi trabajo es preciosísimo, tengo 20 años trabajando, entré un primero de enero de 1991”, cerró.

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