miércoles, 9 de noviembre de 2011

La PGR “sólo nos da atole con el dedo”, reclama hermana de un desaparecido

Si quisieran dar con los restos, lo harían, señala Garrido

La PGR “sólo nos da atole con el dedo”, reclama hermana de un desaparecido

RODOLFO VALADEZ LUVIANO (Corresponsal)
Atoyac, 7 de noviembre. “Los trabajos que realiza la Procuraduría General de la República (PGR) en el ex cuartel militar de esta ciudad, son sólo para darnos atole con el dedo, porque si ellos quisieran darían con los restos de los que fueron desaparecidos en esa época, pero se rehúsan a hacerlo a pesar de que ellos saben dónde están”, aseguró María del Refugio Galindo Romero hermana de Julio Galindo Romero, detenido y desaparecido durante la guerra sucia.
“De acuerdo a lo que he leído en libros que me han prestado, con testimonios de varios de los que fueron víctimas de esa época, yo creo que los detenidos y desaparecidos están en el mar, algunos posiblemente están aquí, pero la mayor parte yo siento que están en el mar; el gobierno sabe dónde están, pero nada más nos están sobrellevando y nos hacen creer”, abundó.
Además de su hermano, quien fue sacado de su casa por militares el 4 de diciembre de 1977, acusado de participar en la guerrilla del profesor Lucio Cabañas Barrientos, la afectada, originaria de Los Valles, en la sierra del municipio, platicó que también su hermano Benjamín fue detenido por los soldados y trasladado al ex cuartel militar, “ahí lo torturaron durante una semana; le enterraban agujas en medio de las uñas de la mano, le rociaban tehuacán en la nariz o le metían la cabeza en un tambo con agua, hasta terminar en el hospital general de Acapulco, según nos contó”.
Todo eso lo hacían, continuó, con el propósito de sacarle información “y que dijera que andaba con el profesor Lucio, cuando (a éste) jamás lo vimos por el pueblo, y eso provocó que todos los hombres de la localidad se fueran a otras partes a trabajar y dejaran solas a las mujeres, las cuales tuvimos que lavar ropa ajena, trabajar de sirvientas o vender pan u otras cosas para sacar adelante a los niños”.
A consecuencia de las torturas, “a mi hermano le salió cáncer y no ve con un ojo”.
Luego de que desaparecieron a uno de sus hermanos y a otro lo detuvieron y torturaron, contó, la comunidad quedó abandonada, los hombres se fueron de ahí y se trasladaron a vivir a otros pueblos en Coyuca de Benítez y otros municipios, “y las mujeres tuvimos que irnos a otras localidades, en mi caso, constantemente estaba vigilada por los soldados”.
María del Refugio recordó que “pareciera que el pueblo era el destacamento de los soldados, y los que más lo resintieron fueron los niños, porque los militares los hacían llorar constantemente, uno de ellos fue mi hijo, Víctor Cardona Galindo –escritor e historiador de Atoyac–, quien sufrió mucho con la presencia de esa gente en la localidad”.
A más de 30 años de haber perdido a su hermano, exhortó al gobierno federal a citar a los militares para que digan en dónde están los cuerpos, “y que se dejen de darnos atole con el dedo”.

http://www.lajornadaguerrero.com.mx/2011/11/08/index.php?section=politica&article=003n2pol

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