jueves, 20 de enero de 2022

Gatos Pardos



 

Gatos Pardos

Resistir es la consigna


Hercilia Castro

                                                 


Zihuatanejo, 20 de enero del 2022. Han pasado ya unos meses de mi última columna, y sí, también de mi decisión de dejar indefinidamente el periodismo, aunque confieso, me sigue siendo duro pensar en que debería estar publicando los casos pendientes que tengo. El problema es que en este país, en estados como Guerrero (y supongo en otras entidades de México) la paga es una mierda.


Obvio no es así para los compas de medios nacionales o los que tienen la suerte de ser amigos de los amigos de revistas grandes donde les pagan decorosamente un reportaje de investigación. O que tienen ya una editorial.


Pero ese no era el tema, por la mañana tuiteaba las cosas que ahora hago, ahora que no escribo como nuestro profeta Mahoma y Dios Satán nos mandan – sarcasmo, plis-, lo que estoy tratando de hacer para mantenerme. Promocionar mi obra plástica, rentar mis cuartos todos desvencijados de una casa que compite con la modernidad, con los hoteles de mis vecinos que tienen aire acondicionado y TV, vender ahora libros de segunda mano y tratar de que la gente se enamore de ellos. El problema será cuando ya se acaben los libros y que me encantaría alguien donara unas cajas, es mucho pedir, no?.


¿Por qué deje de reportear?



La verdad es que aunque ya lo he dicho muchas veces, va contra mis ideales el trabajar sin beneficios laborales, el ver que matan compas periodistas también, pero igual me desanima la división del gremio. Estoy en un grupo de periodistas, se habla del acoso, de los malos trabajos, del Mecanismo de Protección de la Secretaría de Gobernación (SEGOB), que no cumple con activistas, defensores de DH y mucho menos los periodistas. Pero la cuestión laboral, sigue siendo un tema inexistente entre los y las periodistas.


También influye esa decepción , si bien mi enojo es no hallar una editorial decente que respete los derechos laborales, también lo es ver la apatía ciudadana al no exigir mejores reporteros, mejores notas, más calidad. Y me refiero no sólo a los medios nacionales, sino al periodismo local.


La otra es que creo, además que no hay una regulación estricta de las empresas mediáticas ni sanciones (no sé qué carajos haga la secre del Trabajo, Luisa Alcalde), hay un desconcierto en reporteros que no somos lambiscones ni mercenarios, ni nos gusta el chayote o que nos metan a nómina como muchos compas que conocemos.


Hace unos días vino mi amigo Jaime, inevitable le preguntaba si aún escribe o ha mandado algo para el diario de los Salgado, me dijo que nel, respondí como él. Porque ahora, tal diario parece hace más boletines que esa línea crítica que teníamos en La Jornada Guerrero y que sí destacaba los problemas cruciales de la entidad. Ahora la gente vive en un soma fatal, el soma de Huxley los invade a los guerrerenses. Tampoco escribe en el diario que lo cobijó años, el desper de la costa, le adeudaban un buen de dinero, se conformó con lo menos y ahora al igual que yo, prefiere atender su camping Nómada en playa Troncones. Al igual que yo, que trato de remontar los cuartos pese a que el tiempo se me acaba y el padre del diablo vino a decirme que le gusta mi casa.


Pero ahí vamos, en esa decepción. Cristian me ha dicho que busque más editoriales, pero cuáles, si los reporteros chidos se vuelven elitistas, y neta, se olvidan de la banda aunque sepan tenemos buen material. Iván también piensa debo escribir aunque sea, por los 80 pesos, ya con 10 notas es un...¿mini varo?.


Prefiero escribir en mi blogsito que ya sé qué tengo abandonado y bueno, no oxidarme y empezar con más videos en YouTube, quien quita y me vuelvo influencer sarcasmo.


¿Are you feeling safe?



Hace dos días con la vendimia de los libros usados, ponemos con Iván una mesa en la puerta y esperamos pasen a verlos. Llegaron dos turistas estadounidenses a ver los títulos. Ambas sorprendidas de ver libros, porque, en esta cuadra nadie vende libros. Me preguntaron si Mujeres Maravillosas de Loeza valía la pena, o la de Gente Cretina de Virginia Leyva. Buscaban libros hechos por mujeres. Compraron ambos títulos. Platicamos y la pregunta obligada, a qué me dedico, como aún no deja mi subconsciente y mi piel el periodismo, respondí: I’m Journalist.


Y la más alta de ellas me pregunta con cara de asombro: ¿Are yo feeling safe?. La verdad mi sonrisa nerviosa se limitó a decir: A little. Al final les di mi blog y mis datos. El concepto que tienen de cómo vivimos los periodistas en alto riesgo en este país, es algo que por más que Adán Augusto y Alejandro Encinas o el presi traten de tapar, es inevitable. Las deplorables e inhumanas condicones que vivimos los reporteros de a pie, los de a de verás, son una mentada de madre.


***Maullidos***


Como saben, trato de exponer mi obra, la estaré subiendo a twitter para venderla, pero también quien quiera donarme libros, dígame por DM. Se aceptan sugerencias, mentadas y apoyos. Se les quiere.


Hercilia Gato 022’




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