CARTA DIRIGIDA A QUIENES PARTICIPARÁN, A PARTIR DEL 12 DE
SEPTIEMBRE, COMO DELEGADOS EN LOS CONGRESOS DISTRITALES,
ESTATALES Y NACIONAL DE MORENA
Septiembre 11, 2012
Amigas y amigos:
Considero importante expresar a ustedes mi sentir sobre el proceso de
elección de consejeros y dirigentes del Movimiento Regeneración Nacional
(MORENA).
Pienso que, independientemente de lo que decidamos entre todos de
manera democrática en los congresos distritales, acerca de que si MORENA
se mantiene como asociación civil o se convierte en partido político,
debemos cuidar mucho la elección de quiénes serán, en todos los niveles,
dirigentes de nuestra organización.
MORENA como movimiento o como partido político tiene, y eso es lo
fundamental, el objetivo superior de transformar a México.
De modo que sea como fuere, debemos tener en cuenta que MORENA ha
sido, es y seguirá siendo, un instrumento de lucha al servicio de la sociedad.
Su labor consiste en ir creando las condiciones para lograr el triunfo de la
justicia sobre el poder; y al caminar hacia ese ideal, debemos seguir
concientizando, organizando y defendiendo al pueblo y a la nación.
Para el cumplimiento de esta gran tarea es imprescindible contar con buenos
dirigentes. Con mujeres y hombres sinceros, honestos, congruentes y
trabajadores; dispuestos a luchar por causas más elevadas que sus propios
intereses personales, por legítimos que sean.
De esto dependerá, en mucho, que MORENA mantenga y fortalezca su
autoridad moral y política. Recordemos que nuestra organización no se
mueve por la ambición al dinero ni por la búsqueda del poder por el poder. Quienes formamos parte de MORENA, debemos guiarnos siempre pensando
que venimos a este mundo a servir y no a que nos sirvan. Y que el poder solo
tiene sentido y se convierte en virtud, cuando se pone al servicio de los
demás.
MORENA es un espacio abierto para aquellos que busquen ser felices,
dedicando su existencia a procurar el bienestar y la felicidad de otros.
Por eso les pido de manera especial y respetuosa que, al elegir a quienes nos
representarán, lo hagamos con todo el cuidado que el caso amerita. No debe
importar la clase social a la que pertenezcan nuestros dirigentes. Hay
personas humildes con capacidad y de recto proceder, como también, no
todo el que tiene es malvado.
Tampoco debemos equivocarnos ante la simulación, la palabrería hueca o el
engaño de quienes se autodefinen de avanzada y solo buscan mejoría
económica o acomodo político, bajo la máxima de que se puede triunfar a
toda costa sin escrúpulos morales de ninguna índole.
Ser de izquierda, en nuestro tiempo y circunstancia, más allá de otras
consideraciones, es actuar con honestidad y tener buen corazón.
Y algo más: nada de caciquismo, amiguismo, influyentismo, nepotismo,
sectarismo, clientelismo, ninguna de estas y otras lacras de la política actual.
Afortunadamente llevamos tiempo juntos, nos conocemos y estoy seguro
que elegiremos como nuestros representantes, no solo a las mujeres y a los
hombres del más alto nivel moral, sino comprometidos y, subrayo,
entusiastas y trabajadores.
Les mando un fraternal saludo.
Andrés Manuel López Obrador
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