sábado, 4 de agosto de 2012

Pasa desapercibido el 19 aniversario del Museo Regional de la Costa Grande


Critica el promotor González la nula cultura e identidad de los azuetenses; nadie se acordó, lamenta Abarca, cuidador de la sala

Pasa desapercibido el 19 aniversario del Museo Regional de la Costa Grande

HERCILIA CASTRO (Corresponsal)
Zihuatanejo, 3 de agosto. El promotor cultural Cristian González Ambario lamentó que el 19 aniversario de la creación del Museo Regional de la Costa Grande pasó de largo ante los azuetenses, lo que atribuyó a la nula cultura e identidad.
“No hay cultura en este lugar, por más que uno trata, sólo 18 personas asistieron al aniversario del museo siendo un lugar tan importante y con tanta cultura de Zihuatanejo”, reprochó.
Por su parte, el encargado del Museo Regional de la Costa Grande, Raúl Abarca Guevara, contó que fue una celebración muy triste: “¿Qué te digo?, me duele, porque toda mi vida he trabajado aquí, vive uno tantas cosas y ves que la gente no responde, me duele hasta el alma”.
El encargado recordó que el museo regional fue fundado el 31 de julio de 1993, durante el sexenio del ex gobernador José Francisco Ruiz Massieu y en ese año se adaptaron las instalaciones de lo que desde 1947 (antes de la fundación del municipio de Azueta) eran oficinas de gobierno, también conocido por los lugareños como la Casa de Piedra.
“Tuvimos una pequeña celebración ese día, un desayuno entre nosotros los trabajadores, después por la tarde presentaron un libro, pero nadie se acordó del museo”, recalcó.
Abarca Guevara expresó que lleva una década de laborar como encargado y guía de visitantes: “los guío a las seis salas, tenemos cosas tan bonitas que ver que le duele a uno que no las vean, no las valoren”.
Mientras el anciano prosigue, llegó un grupo de estudiantes provenientes de Morelia a preguntar qué culturas predominaron en la región de Zihuatanejo y se le iluminan los ojos a Abarca Guevara y responde con alegría: “Pasen muchachos, pasen, miren, dejen les explico que aquí hubo cuitlatecas, pantecas, purépechas, amuzgos”.
La tristeza se le va de la mirada y concluye: “puedes venir cuando quieras, vuelve, ésta es tu casa”.

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