domingo, 20 de diciembre de 2009

Juicio Arbitrario, Condena Absurda

A Karina la acusan y condenan por secuestro y tortura. Por un lado, nunca estuvo en el lugar donde permaneció Olivetto ni fue reconocida por testigo alguno. Por otra parte, el mismo empresario detalló que jamás sufrió agravio alguno, y sí refirió el respeto con el que fue tratado durante su estadía en el lugar. La acusan de participar en “banda armada”. Nunca fue encontrada arma alguna. La acusan de “asociación ilícita” cuando diversos testimonios dan cuenta de su paso circunstancial por el lugar donde fue detenida.

Antecedentes del caso: una "causa armada" en Brasil

El 1 de febrero de 2002, un grupo de revolucionarios latinoamericanos fue detenido en la localidad de Sierra Negra, Sâo Paulo, Brasil, acusados de participar en el secuestro del multimillonario brasileño Washington Olivetto.

Se trata de Mauricio Hernández Norambuena, militante del FPMR (Frente Patriótico Manuel Rodríguez), de Alfredo Canales Moreno y Marco Rodríguez Ortega, militantes del MIR-EGP (Movimiento de Izquierda Revolucionaria-Ejercito Guerrillero de los Pobres), de los compañeros colombianos Marta Urrego Mejía y William Gaona Becerra, y de la compañera argentino-española Karina Germano López.

Luego de su detención, todos fueron torturados. En primera instancia, los condenaron a 16 años de prisión, reconociendo el tribunal el carácter político de los hechos. Pero en noviembre de 2003, bajo la presión de la derecha, el Tribunal Superior de Sâo Paulo negó el carácter político de la acción y aumentó las penas a 30 años de prisión y un régimen excepcionalmente severo. A pesar de que el compañero Norambuena expresó ante los jueces que Karina y otros tres compañeros sólo se encontraban circunstancialmente en la casa donde fueron detenidos y que no tuvieron ninguna participación en el secuestro; a pesar de que no fue hallado ni huella ni elemento probatorio alguno que implique a Karina Germano en el sitio donde estuvo secuestrado Olivetto, la “justicia” de Brasil los condenó con la máxima severidad, y a todos por igual.

Al mismo tiempo, es tal el encarnizamiento de la derecha brasileña que organizaciones políticas y sociales latinoamericanas impulsan, en estos momentos, una campaña para exigir el término del régimen carcelario inhumano que vive el compañero chileno Mauricio Hernández Norambuena. Él está alojado en una celda de 3 por 2 metros, con una cama y baño incluido; sólo tiene 2 horas diarias de salida, solo, a un patio pequeño; ningún acceso a diarios, TV, radio, etcétera y ningún contacto con otros presos entre otras medidas inhumanas que debe padecer.

http://lagalle.wordpress.com/2008/02/29/3-antecedentes-del-caso-una-“causa-armada”-en-brasil/

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