El problema es el SAT

Francisco Gómez Maza en su columna ANÁLISIS A FONDO de RazonEsdeSer

· El fisco no capta porque sus encargados son unos inútiles
· Sólo a alrededor de diez de 43 millones les cobran impuestos

El eterno cuento de las autoridades hacendarias. No tienen dinero para completar el gasto y vaya que el gobierno gasta infinitamente más, pero no en lo estricto sino en lo superfluo, en lo que los expertos llaman “gasto corriente”, ese que no es productivo. En contraste, millones de familias no tienen el dinero para completar el gasto para lo estricto. ¡Ya van a estar pensando en lo superfluo! Ah, pero los economistas del sistema tributario se defiende, argumentando sofisticadamente que si no recaudan no podrán con las catervas de pobres que han creado con su política económica concentradora del ingreso y la riqueza. Impresionantes los datos de la firma consultora fiscal Ernst & Young: De los 43 millones de individuos que integran lo que se denomina población económicamente activa (PEA) en México (es decir, los que están ya en edad de trabajar), sólo, únicamente – una verdadera aberración – el 20 por ciento está en la base de contribuyentes activos. Y de estos, muchos no cumplen porque evaden el pago de impuestos o lo eluden, mediante mañosadas que muchos contadores tienen en sus archivos para utilizarlos precisamente a favor de sus clientes y burlarse de los fiscalistas gubernamentales. Además, Hacienda hace mal, o tramposamente, sus cuentas del total de contribuyentes cautivos. De acuerdo con la citada empresa consultora fiscal, sólo hay que tomar en cuenta el padrón activo de (verdaderos) contribuyentes. Con esta consideración, aparece el peine: el empadronamiento ronda entre 8.6 y 9 millones, lo que contradice a Hacienda, que afirma que el padrón es de 24 millones, pero lo que no aclara es que ese padrón lo están integrando con el padrón fiscal, el del Instituto Mexicano del Seguro Social y del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, cuyas participaciones ciertamente no van al erario público. No son impuestos, sino ahorros que los trabajadores hacen obligadamente para recibir diversos servicios como el de salud, préstamos personales e hipotecarios y su pensión por invalidez o su pensión por jubilación. El padrón activo está conformado sólo por los contribuyentes que pagan impuestos; que ad ovum presentan su declaración correspondiente ante el Servicio de Administración Tributaria (SAT).

Ese dos por ciento, aunque no lo entiendan los economistas del Fondo Monetario Internacional, de Chicago, de Manchester, de la Secretaría de Hacienda será una carga muy pesada para los consumidores. Muchos millones tendrán que abstenerse de comer, tendrán que ayunar a fortiori. Y muchos más seguirán muriendo de hambre. Ese dos por ciento es altamente inflacionario. Y la inflación es el impuesto más tremendo que pagan los pobres. Que otros países industrializados están aumentando impuestos. Bueno, allá ellos. No podemos comparar a este México de nuestra corrupción y nuestra impunidad con tales naciones. Acá vivimos aún en la los inicios de la era cuaternaria. Habemos muchos Nearthentalis hominis. Si no tengo razón, miren a un microbusero, o a un borracho que burla el alcoholímetro a las tres de la madrugada y va por el Eje Central como alma que lleva el diablo. Ojalá que los priístas sean congruentes con sus dichos, porque luego critican acremente y terminan aceptando como verdadero lo que criticaron. Este martes, si no me equivoco, los líderes del tricolor se reunieron y coincidieron en que al país ciertamente le urge –no me gusta eso de urgir, porque los únicos que tienen prisa son las ambulancias de la Cruz Roja, las bombas de los bomberos y los pendejos – una verdadera política fiscal que, pero que no le ponga más cargas a los contribuyentes que cumplen, sino que amplíe la base gravable, es decir, el número de personas que deben pagar sus impuestos, que son millones, y se acabe con los paraísos fiscales. Y como esto no se puede lograr de la noche a la mañana, los muchachos de Beatriz Paredes acordaron trabajar en una reforma fiscal profunda, para ver si se puede aprobar el año entrante, que está ya a la vuelta de la esquina. Uf, cuántas veces he escuchado esto. … le urge una reforma fiscal a fondo… etcétera....

De acuerdo con que los términos del paquete económico que presentó a la Cámara de Diputados el Secretario de Hacienda a nombre del Poder ejecutivo no son aceptables – cómo van a ser aceptables si son excluyentes, impulsores de la concentración del ingreso y de la riqueza y no contribuyen más que a agravar la crisis - desinversión, no producción, desabasto y, de ribete, alta inflación - y además proponen cambios en el Código Fiscal, que caen en la figura del terrorismo fiscal, porque condenan a los consorcios empresariales a la quiebra financiera en menos de un semestre, porque a la Secretaría de Hacienda se le otorga un papel inquisidor superior al que tiene la Procuraduría General de la República (PGR). Los priistas analizan ya los niveles de recorte en salarios a la alta burocracia creada por los gobiernos panistas y la disminución de recursos destinados a las delegaciones estatales en las entidades federales, donde los militantes del tricolor consideran que se generan gastos innecesarios.

Bueno, pues la base de toda esta perorata de Análisis a Fondo es la siguiente:

5. CONTRIBUCIÓN PARA EL COMBATE A LA POBREZA (CPCP)
5.1. Ley de la Contribución para el Combate a la Pobreza

Se propone crear un nuevo impuesto, cuya principal característica es gravar con el 2% a las actividades de: enajenación de bienes; prestación de servicios independientes; otorgamiento del uso o goce temporal de bienes e importación de bienes o servicios.

El nuevo impuesto se causa al cobro efectivo de las contraprestaciones, y se determina considerando prácticamente la misma estructura de la Ley del IVA; en cuanto a traslado, acreditamiento, plazo de entero, entre otros.

Un aspecto relevante, es que se gravan todas las actividades de enajenación, prestación de servicios y el otorgamiento de uso o goce temporal de bienes, que conforme a la Ley del IVA están actualmente a la tasa del 0%; excepto la venta de los bienes señalados en el inciso h) de la fracción I, del artículo 2-A de la referida Ley, cuya enajenación estará exenta (oro, joyería, orfebrería, entre otros). Y como dijera aquel conductor de televisión, “aún hay más”…

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