sábado, 24 de enero de 2009

Recibe el campesino ecologista nuevas amenazas del Ejército y de Rogaciano

Recibe el campesino ecologista nuevas amenazas del Ejército y de Rogaciano
Mariana Labastida Después de haber escapado de sus captores y haber regresado con temor a su comunidad, La Morena, donde tiene su hogar, el campesino ecologista Javier Torres Cruz denunció nuevas a menazas por parte de efectivos del 19 batallón del Ejército mexicano y el ex alcalde de Petatlán, Rogaciano Alba. “Ya no nos van a perseguir para agarrarnos y meternos presos, resulta que nos quiere perseguir para matarnos; sería como una pena de muerte que tenemos por andar señalando que el Ejército nos ha agredido y en verdad sí nos ha agredido”, expresó Javier durante la conferencia de prensa. En la conferencia estuvieron presentes representantes de la CNDH, Coddehum, Taller de Desarrollo Comunitario (Tadeco), Colectivo Contra la Tortura e Impunidad (CCTI), Red de Organizaciones Ambientalistas de Zihuatanejo (Rogaz) y de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG), demás de la familia de Javier.También manifestó que tienen la impresión que la inconformidad que tiene el gobierno contra ellos es porque en dos ocasiones han detenido los trabajos en una mina de oro, plata y uranio que se encuentra dentro del ejido El Camalote, que pertenece a la comunidad de La Morena. Las amenazas comenzaron hace 15 días, fecha desde la que se dice han visto a Rogaciano Alba nuevamente en el municipio de Petatlán; desde entonces evitan pasar tiempo en sus casas como medida de protección para sus familias, “que siquiera la familia quede para que siga viviendo”, es el pensamiento de los hombres de la familia Torres Cruz, por lo que Javier, sus hermanos, padre y abuelo duermen a la intemperie, protegidos por los árboles y animales que habitan en la parte alta de la Sierra.Las amenazas de muerte para la familia Torres Cruz llegaron a ellos por medio de habitantes de otras comunidades, lo dicho por los elementos de Ejército “salió del mismo cuartel la versión”; mientras que sobre Rogaciano Alba comenzó a rumorarse en cuento se empezaron a ver vehículos con hombres armados en los que iba el ex presidente municipal de Petatlán.“Amenaza con que va a venir para quitarse esos problemas que él tiene con nosotros”, comentó Javier, quien reiteró que el problema que tiene el ex presidente municipal con él es por la denuncia que hiciera contra al alcalde en el 2007 acusándolo de ser el asesino intelectual de Digna Ochoa, además de oponerse desde hace décadas a la tala de árboles en la Sierra.Y aunque la madre de Javier le había pedido que ya no continuara denunciando las amenazas, “que ahí la dejara, de ese tamaño”, no le hizo caso “porque si nos van a matar sin hacer nada, que nos maten por una lucha justa; es lo que yo pensé, hay que morirse con lucha no sin lucha, por algo que sea, no porque uno no deba nada”. Agregó que sabe que los están vigilando y que solamente están esperando que alguno de los hombres de la familia baje a otras comunidades para matarlos, porque tienen conocimiento de que Rogaciano Alba tiene personas vigilándolos; algunas de esas personas solamente suben a dar rondines por la sierra, otros ya se infiltraron en las comunidades y viven en ellas.Quienes los vigilan se acercan a cinco o seis kilómetros de La Morena, mientras que ellos se han limitado solamente a bajar a sus casas a comer, sin salir a otra comunidad; por lo que nuevamente hizo responsable de cualquier cosa que le pase a él y a su familia a Rogaciano Alba “es el enemigo más peligroso que tenemos”.Comentó que ha mandado a matar a más de 20 personas en la Sierra, quemado casas y algunos han salido huyendo de sus comunidades ante las amenazas que han recibido de Rogaciano Alba. Javier, que en algún momento rechazó que se le haya dado protección de las autoridades, ahora está pidiendo que se le ayude para que el ejército no los persiga; dijo que por lo menos si éste no apoya a Rogaciano Alba y deja de amenazarlos a ellos, podrán estar más tranquilos porque solamente tendrán el acoso de uno.Reiteró que la amenaza de los elementos del batallón 19 es porque él los señala de ser quienes lo detuvieron en un retén de San Luis la Loma; porque las personas que se lo llevaron vestían uniformes y armas militares, por lo que dijo que si no fueron ellos, les corresponde investigar quienes fueron y deslindarse de las acciones que se hagan en contra de ellos y su familia, pero con pruebas de que no son los responsables. Precisó que no quieren la protección del gobierno estatal, porque si el Ejército cometió atropellos con ellos, “el gobierno estatal sería menos confiable, me imagino”, sin embargo. Consideró que en dado caso que el gobierno quisiera apoyarlos para su seguridad, tendrían que analizar cuál será la protección que les darán y “que autoridades nos protegerían”.Cuperquín, la empresa de la discordiaEn la década de los 70 los campesinos de la sierra de Petatlán impidieron que continuaran extrayendo materiales de la mina ubicada en su ejido a cinco kilómetros río abajo de la comunidad La Morena, “Cuperquín”, principalmente porque los gases que eran emitidos de este yacimiento estaba ocasionando la muerte a los animales.“Ellos estaban trabajando de manera clandestina”, recordó Rosendo Torres, abuelo de Javier, quien fue uno de los primeros que impidió que se aprovecharan de los recursos naturales de la región sin dejar ningún beneficio para la misma y sus pobladores. Mencionó que los primeros que empezaron a trabajar en la mina (con un permiso de cateo, mas no de trabajo), era personas extranjeras que salieron de la región enojados con los habitantes.Esta es una de las razones por lo que la familia Torres Cruz, cree que han sido acosados por el gobierno, que es como llaman al Ejército mexicano; porque incluso el año pasado nuevamente intentaron reanudar los trabajos en la mina, mismos que impidieron.Agregó que según saben actualmente la “persona que está metida en la mina es el empresario, Carlos Slim”, pero que no permitirán que sigan extrayendo metales porque “sólo se los están robando”, lo cual no permitirán.Recalcó que ellos no son enemigos del gobierno, que lo único que están haciendo, como en el caso de la mina, es defender los recursos de la región; mismos que deberían ser también defendidos por el gobierno ya que el mismo gobierno es la patria y ellos no pueden estar en contra de eso.Visita La Morena la CNDHPor más de una hora, en privado, los visitadores de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), quienes por primera vez subieron a la comunidad La Morena, se entrevistaron con Javier Torres. El objetivo fue hacerle preguntas en relación a las quejas que ha interpuesto en dicho organismo. Alrededor de las dos y media de la tarde José Luís Especia Sandoval y Luís Alberto Palomeque López, le solicitaron a Javier una entrevista de manera individual; misma que le explicaron era confidencial, que nadie más podía escuchar lo que ellos tres conversarían. Entrevista que fue grabada en su totalidad, al igual que las otras reuniones del día.Pasada una hora, luego de mostrarle documentos a Javier y que éste hiciera algunos ademanes como explicando lo que estaba diciendo, terminó la conversación, negándose los visitadores a dar cualquier declaración al respecto a los medios de comunicación, con el argumento de que no estaban autorizados.Sobre esta reunión Javier sólo comentó que le habían preguntado en relación a las denuncias hechas en ese organismo. Que insistieron en aclarar que si él había puesto esas quejas y que si lo que decía era verdad.A su llegada a la comunidad el personal de la CNDH fue recibido por el padre de Javier, el señor Narciso Torres Rosas, quien se presentó y les informó que en unos minutos vendría su hijo; luego los invitó a pasar a su casa, también fue él quien señaló el lugar para la reunión y acomodó no sólo a los representantes de la Comisión, sino también a los representantes de las otras organizaciones. Solicitudes de la comunidadEn la reunión con las organizaciones no gubernamentales la familia Torres Cruz comentó sobre las principales necesidades que tienen en su comunidad, entre las que destacaron peticiones en cuanto a salud y comunicación.Javier les preguntó a los representantes si le podrían ayudar a poner un teléfono satelital en la comunidad; sobre la necesidad de contar con energía eléctrica, porque consideró más importante tener un medio de comunicación para poder avisar de manera inmediata si nuevamente los militares suben a sus casas.También comentó sobre la posibilidad de contar con un médico cercano a la comunidad, porque si bajan “allá nos curan ellos, ponen el remedio a la enfermedad”, dijo Javier en relación a que no pueden ir a Petatlán, donde los está esperando gente de Rogaciano Alba.El representante de Tadeco, Carlos Monroy, refrendó el compromiso con la familia Torres Cruz de estar con ellos aunque no sea de manera permanente, porque no pueden ir constantemente a visitarlos debido a la distancia y las condiciones del único acceso vehicular que existe.También se comprometieron a dar a conocer la problemática que existe con la familia Torres Cruz y la comunidad de La Morena, con el propósito de iniciar acciones que paren la militarización de la zona.Continúa el miedo de los Torres CruzAl terminar la visita a la casa familiar de Javier encontramos sobre el cristal del vehículo que nos llevó hasta la comunidad de La Morena, escrito sobre el polvo, la palabra “muerte”, misma que había sido escrita por los niños de la comunidad, quienes comprendan o no el significado de este vocablo, principalmente los más pequeños, están familiarizados con ella.“Hay que rezar para que no le pase nada a mi papá, que no lo vayan a matar”, es lo que le pide la pequeña María a su madre Adela, esposa de Javier, quienes en cuanto se oculta el sol, toman camino para el monte; sin decir el rumbo a seguir como medida de protección para las mujeres ni niños de la familia. “Cuando no está no comemos a gusto”, dijo la pequeña María sobre la ausencia constante de su padre y es que no solamente a la hora de la comida los niños de la familia Torres Cruz, están intranquilos.Tanto las mujeres, como los niños más grandes, viven en la constante zozobra por no saber si los “hombres” se encuentran bien, porque “hay días que bajan a comer otros que ni se aparecen”, comentó la señora Martha madre de Javier; situación que le parece inaceptable, principalmente porque “nosotros no estamos en contra del gobierno, para que el gobierno persiga a mis hijos, ellos están para cuidar la nación no para destruirla”.Esto refiriéndose a la incursión que hicieran soldados del Ejército mexicano a la comunidad el pasado 13 de noviembre del 2008, cuando revisaron sus casas y se llevaron documentos importantes de la familia como los certificados de las tierras con las que cuentan.Desde entonces los niños de la familia, entre los cuales están los seis hijos de Javier, tres hermanos menores de 12 años y sus sobrinos, “en cuanto escuchan un carro corren para acá gritando que alguien viene, algunos corren a esconderse debajo de la cama”, comentó doña Martha. “Se sienten atemorizados”, por esa razón algunos ya no quieren asistir a la escuela, incluso; también se están arriesgando al permanecer en su comunidad porque ni a los mandados a las comunidades quieren ir, por temor a que puedan encontrarse con algún soldado o persona que los pueda agredir.Pero no sólo los niños ya no quieren salir de la comunidad, las mujeres, que son las encargadas de hacer las compras y llevar lo que necesitan para sobrevivir, también tienen miedo de bajar, “si nos tienen identificadas”, mencionó la señora Martha; explicó que “ellos” saben quiénes son las que pertenecen a la familia Torres Cruz, porque sus tres hijas que viven en Petatlán son constantemente vigiladas, al igual que ella, su hija o nueras cuando bajan a cobrar su apoyo de Oportunidades.El miedo que sienten ha ocasionado que algunas hayan abandonado a sus esposos, como le pasó a Alejandro, hermano de Javier, su esposa (quien no era de este municipio) le avisó que iría a visitar a su familia, que regresaría en un mes, pero al pasar este le dijo que no regresaría por el miedo que siente de vivir con las constantes amenazas. Aun con el miedo las mujeres tratan de que el día pase de manera normal, en cuanto ven llegar a un visitante, sin pensarlo entran a la cocina a ver qué se les puede ofrecer para comer; sin importar si ellos cuentan con suficiente comida para el resto de la semana.Mientras, los niños se entretienen jugando con los animales que se crían para alimentarse. Salen y entran de la casa con fruta que fueron a cortar, los más grandes están al pendiente de los pequeños para que no se vayan a alejar mientras sus madres se encuentran distraídas।
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