martes, 16 de diciembre de 2008

En la búsqueda de su hijo, Cecilio Molina sólo halla apatía oficial

Denuncia que comandante intenta criminalizar a las víctimas
En la búsqueda de su hijo, Cecilio Molina sólo halla apatía oficial

A seis meses de la desaparición, no hay ningún avance en el caso

ROBERTO RAMIREZ BRAVO, II Y ULTIMA

Durante seis meses la exigencia del dirigente de la sección 25 del Sindicato Nacional de Redacatores de la Prensa, Cecilio Molina Martell, por que se investigue la desaparición, a manos de presuntos policías ministeriales, de su hijo Erick Issac y de tres jóvenes que lo acompañaban, sólo arrojó un dato: que en julio se iniciaron dos averiguaciones previas, pero hasta noviembre, en un reporte que la PIM entregó a la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, se hace constar que no hay absolutamente ningún avance.

Inclusive, relata en entrevista, el encargado de las indagatorias, el comandante Prédix Luna Simón, le reclamó que haya denunciado que fueron policías quienes los detuvieron y desaparecieron, e intentó criminalizar a las propias víctimas de su desaparición, al señalar que las jovencitas María Guadalupe Tolentino Pérez y Diana Edith Sotelo Ramírez, detenidas y desaparecidas con Erick Issac Molina García y Roberto Terrazas Quintero, “son unas fichitas”.

Por ello, responsabilizó “de cualquier atentado” en su contra o de sus familiares, por hacer estas denuncias, al gobernador Zeferino Torreblanca Galindo, al procurador Eduardo Murueta Urrutia, al director de la Policía Ministerial, Erit Montúfar, y a los comandantes involucrados.

La madrugada del 14 de junio los cuatro jóvenes fueron detenidos al parecer por ministeriales –según varios testimonios– al salir de un bar en la avenida Costera.

Molina Martell, al enterarse de la desaparición de su hijo, comenzó, junto con las familias de los otros tres, su propia investigación y recorrido ante las autoridades. Acudió a la Coddehum, a la PGR, se entrevistó con el procurador Murueta y gestionó en vano una audiencia con el gobernador Torreblanca, pero el resultado fue sólo uno: no hay ningún avance.

Relató que tras enterarse que los muchachos fueron detenidos por un grupo armado que antes revisó la camioneta de Roberto Terrazas, concluyó que sólo podían ser policías, por lo que acudió a la PGR y presentó una denuncia ante el titular de delitos diversos, Alfonso González Zamora, donde se presentaron los testimonios sobre la detención. La PGR, sin embargo, más tarde se declaró incompetente y turnó el caso al fuero común.

En el Ministerio Público volvieron a comparecer los testigos, quienes reiteraron lo que ya habían dicho ante la PGR

“Fuimos a ver al procurador, éste cambia a Jaime Ramírez (el primer encargado de la investigación), y me manda con Prédix Luna, y entonces éste señor, en las primeras oportunidades me dice: oiga, pero usted está señalando a los ministeriales; y digo: es que para mí así es, porque ustedes no me dan respuesta. Es que estamos investigando, usted no agradece –responde–, aquí tenemos datos ya de las muchachas; esta muchacha, María Guadalupe Tolentino Pérez, es estudiante, pero ni sabe la fichita que es; esta otra, Diana Edith Sotelo Ramírez, está casada, tiene un hijo, y ni sabe la fichita que es. Le digo: yo no los conozco, pues si usted sabe, dígame, pero investigue primero. Eso fue el 19 (de junio), y de ahí me empiezo a dar cuenta de que hay una especie de proteccionismo para los ministeriales”, relata Molina.

A través de la Coddehum, el periodista demandó a la PGJE la creación de un grupo investigador especial, y que se le den informes sobre las investigaciones. El grupo, pese a que la excitativa fue aceptada, no se creó, y el 11 de noviembre pasado el fiscal especializado para la protección de los derechos humanos de esa dependencia, Manuel Saavedra Flores, presentó como “avances” el informe de la PIM del 19 de junio, con el que se iniciaría la averiguación previa por el caso de Issac; del 24 de junio, por Roberto Terrazas, y un oficio por las dos muchachas, en el que no consta que haya habido ninguna diligencia respecto a ellas.

“Es decir, de los cuatro comandantes Jaime Ramírez no llevaba ninguna investigación, únicamente manda a traer a los testigos; y el de Rena atiende el caso de Roberto Terrazas; el de El Coloso atiende el de Diana Edith y el de la Jardín atiende el caso de María Guadalupe Tolentino Pérez, pero para ellos estas son las investigaciones que han hecho, es lo único que tienen, no hay más”, dice Molina Martell.

http://www.lajornadaguerrero.com.mx/2008/12/16/index.php?section=sociedad&article=007n1soc

2 comentarios:

Anónimo dijo...

mira mi hermano los conoci te digo terrazas vendia droga , erik pues drogadicto, lupita putita con diana pues las encontra pedas en varios bares y siempre salian con weyes asi pues que le buscan son putas y drogadicctos asi dejenlo ya no creen ya no hagan escandalo

Hercilia Gato dijo...

Hola...Me puedes informar mas al respecto? hscb_78@yahoo.com.mx

es mi correo usual ...

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