CORRILLOS

CORRILLOS

No hay saludo

El candidato a alcalde por el PRI, Manuel Añorve Baños, enfrentó ayer a un enojado Jesús Bernal, quien a gritos le negó el saludo, porque “no hubo negociación”, cuando el primero se dirigía a un encuentro con cetemistas en el Vips de la Gran Plaza.

SI NO HUBO NEGOCIACIÓN

Resulta que Añorve iba con su equipo, acompañado del candidato a síndico, Fermín Alvarado Arroyo, y al llegar saludó de mano a quienes encontró a su paso. En una mesa estaba el ex presidente del PRI y ex diputado local Jesús Bernal, acompañado de la delegada del comité estatal priísta, Irma Ferrusca. El candidato se acercó y quiso saludarlos, pero Bernal Román lo dejó con la mano extendida: “¡No hay saludo, si no hay ni hubo negociación”. Luego golpeó la mesa y gritó lo mismo varias veces. El incidente quedó sólo en eso. Añorve permaneció impávido, con cara de enojo, mientras Alvarado no sabía qué hacer, con el susto reflejado en el rostro; luego, ambos se retiraron. Bernal, molesto todavía, contó a quienes quisieron saber el descontento por la integración de la planilla que el PRI presentó en la lucha por la alcaldía.

ZIHUATANEJO, PRD POR PRI

El sábado pasado, Eduardo Domínguez Magaña, director de Seguridad Pública de José Azueta –municipio gobernado por el PRD– estuvo personalmente vigilando el tráfico vehicular en la comunidad de Agua de Correa. La razón: su madre, Enriqueta Magaña, dirigente perredista local, recibía en su casa tinacos, láminas, botes de pintura, para repartirlos con fines proselitistas. Quienes estén pensando culpar al candidato del PRD del reparto que Enriqueta Magaña hacía, cometerán un error. Dicen en Agua de Correa que el beneficio era para el candidato del PRI, Alejandro Bravo Abarca, quien fuera director del Fibazi y es amigo cercano de la familia Domínguez Magaña. Lo curioso es que a Magaña se le ha visto muy cercana al candidato perredista Silvano Blanco Deaquino cuando éste gobernó el municipio.

MONGE, LA AYUDA

Dicen en la Tierra Caliente que alguien ayudó a Pascual Monge a escapar del asedio de los militares en días pasados. Es decir, que no se trató de la habilidad fantástica de un rambo guerrerense, sino de la solícita colaboración de alguien con poder suficiente para vestirlo de soldado y hacerlo pasar frente a la tropa sin ningún problema. ¿La razón? Nadie la sabe, pero cuentan en la zona que el presunto eperrista en realidad tiene mucha ascendencia en la comunidad. Quizá más allá, inclusive.

http://www.lajornadaguerrero.com.mx/2008/08/22/index.php?section=opinion&article=004a1pol