martes, 11 de junio de 2013

A sus órdenes señor presidente

A sus órdenes señor presidente

PARA FESTEJAR  INTERIOR 1.1Arturo de Dios Palma/
Remitente: redacción de un periódico editado en la capital del estado, Chilpancingo.
Mensaje: “No mandes notas del alcalde de Chilapa en ningún sentido. Gracias”.
Destinatario: su corresponsal en este municipio.
Después de varios días de que no le publicaron ninguna nota informativa  donde el centro del texto era el alcalde, el priísta Francisco Javier García González, el reportero recibió este mensaje que despeja cualquier duda: el convenio no se pondrá en riesgo.
La información de los días anteriores, estaba basada en las primeras acciones de la actual administración, a través de opiniones de los opositores, de los pocos opositores de este gobierno y de su propia defensa de los nombramientos y ratificaciones que hizo para la integración de su gabinete. No hubo ningún trabajo de investigación que evidencie la corrupción que se vive dentro del ayuntamiento.
Pese a esto, la redacción en Chilpancingo, optó por una decisión definitiva: el reportero no cubrirá ninguna información que se genere en torno el alcalde. Ni para bien, ni para mal.
Antes, el reportero identificó que en las notas que publicaban en el diario, sobre todo, en las que el alcalde se encontraba en una situación incómoda, los editores retiraban del texto el nombre del edil, así, sin aviso, sin nada. Como si el ayuntamiento de Chilapa, por criterio periodístico de un diario, se desligara, de pronto, de la cabeza de su alcalde. En pocas palabras, para este diario, el presidente municipal es intocable. No se toca en ninguna circunstancia.
Y de otra forma, este reportero no podrá enviar, mucho menos informar, si una organización civil, un grupo de comerciantes o militantes de partidos políticos distintos al que encabeza el gobierno, critica, señala, acusa, evidencia y un largo etcétera, al presidente municipal de Chilapa. Pero tampoco lo podrá hacer si alguien lo halaga o lo adule. Nada. Del presidente municipal nada, ni bueno ni malo. Punto. Ahora, a meses de la llegada de ese mensaje, en el diario sólo se publican los boletines del gobierno municipal, como una forma de justificar el convenio.
Este diario, tiene como política de financiamiento establecer convenios publicitarios con el gobierno estatal y con los ayuntamientos de la región, sin importar que la línea editorial [si algún día la hubo] y el criterio periodístico de sus reporteros quede sometido al designio del poder gubernamental. Gran parte de sus páginas, incluida la portada, están dedicadas a la clase política, a los gobernantes. El director de este diario apareció en la lista de los pagos que la dirección de comunicación social del gobierno del estado hace mensualmente a reporteros, columnistas, directores y medios de comunicación de todo el estado. 30 mil pesos como pago recibe, dicta la lista.
-¿Qué onda porqué no me ha publicado nada del tepache?, pregunta el reportero a uno de los integrantes de esa redacción de donde salió el mensaje, al finalizar un acto del gobernador Ángel Aguirre Rivero en el municipio.
-Es que tenemos que cuidan las relaciones. Es que estás con ellos o en contra de ellos. Si estás con ellos se portan muy bien, pero sino se te van con todo, explica el directivo del diario al reportero, donde sin duda interpuso el interés comercial al informativo. ¡Al diablo con los lectores!, conclusión.
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En la región de la Montaña baja [Chilapa, Zitlala, Atlixtac, José Joaquín Herrera y Ahuacuotzingo] el periodismo aún es rudimentario, en su ejercicio y en su presentación. Y su relación con el poder, en lo general, primitiva, complaciente, cómplice.
En los cinco municipios que integran la región no hay un sólo medio de comunicación que presente solidez, ni periodística ni empresarial. Éstos, se concentran en Chilapa, el municipio, además de tener el presupuesto más alto, 300 millones de pesos anules aproximadamente, es el que presenta en su cabecera municipal mayor desarrollo. Pero también es el municipio con el mayor número de electorado [en este último proceso electoral local votan más de 46 mil, que representaron alrededor del 60 por ciento del total de las personas que pudieron hacerlo].
Ahí, la combinación [presupuesto-electorado] que atrae a reporteros [si así se le puede llamar porque en ocasiones no se sabe dónde reportan lo que sucede en Chilapa], de los medios de la capital.
La presencia de los medios y reporteros en la región, tiene dos fuentes, la de los locales y los provenientes de la capital.
Los provenientes de la capital se apersonan en eventos, esencialmente, de corte oficial: cambios de gobierno, informes de gobierno, festejos de fechas importantes para estos municipios, aperturas y cierres de campaña [aquí la presencia varia, según la “buena relación” que tengan con el candidato o el partido político] y las giras del gobernador por la región o de algún funcionario federal. En otro aspecto de la vida de la región es muy difícil que estos “reporteros” se paren por acá para tratar de informar sobre lo que pasa. Narcotráfico, pobreza, indigenismo, marginación, no son sus temas, la corrupción gubernamental, ni pensarlo.
Pero la presencia periodística de los medios y reporteros locales no varía mucho. La mayoría, con una marginal excepción, no dudarían en vender sus almas por ejecutar los recados del poder, como lo señala el escritor sueco Henning Mankell, en su novela La falsa pista.
La razón, la falta de profesionalización, en algunos casos, y en otros, la atracción que tienen con el poder.
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-Una encuesta publicada en un periódico indica que vas 16 puntos arriba del candidato del otro partido, ¿Qué opinión tienes de eso?, pregunta el reportero al candidato a la alcaldía, durante una conferencia de prensa donde presentaron a un dirigente municipal del partido contrario como último refuerzo a su campaña. Al final el refuerzo sirvió de poco.
Una mesa larga es la única que separaba, materialmente, a los periodistas de los políticos. De un lado, la comitiva de políticos estaba encabezada por el candidato a la alcaldía y candidato a la diputación local. De otro, estaban más de 15 reporteros, de la capital y locales. Y dos más detrás de los políticos, esencialmente, de los candidatos.
Mientras los reporteros que están enfrente de los políticos los cuestionan, los de atrás hacen un enlace radiofónico, o simulan hacerlo [en todas las conferencias, estos reporteros se enlazaban a una cabina de radio, sin importar la hora y el día. Esta conferencia se realizó un domingo].
A cercaban los teléfonos celular a los candidatos bajo un criterio: si la pregunta que venía de los reporteros de enfrente, era “amable” para los político, y si no, los reporteros, los de atrás, hacían comentarios a la persona que estaba del otro lado del auricular.
En esta conferencia, todo parecería normal, si estos reporteros no hubieran organizado la conferencia y si el periódico donde se publicó la encuesta no lo editará uno de ellos.
Durante este último proceso electoral, reporteros de la capital se convirtieron en asesores en marketing político de los dos principales candidatos a la alcaldía, el del PRD, Jorge Casarrubias Vázquez y el del PRI, Francisco Javier García González.
Redacción de boletines, organización de conferencias de prensa, gacetas y, por supuesto, la guerra sucia, fueron sus actividades centrales de los reporteros de la capital en Chilapa. Informar, analizar, reflexionar y la confrontación de las propuestas, quedaron para otro momento, que nunca existió.
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En Chilapa, municipio donde se concentran la mayoría de los medios de comunicación de la región, la política editorial de estos es práctica, no confrontar el poder y, mejor, disfrutar de él.
Si en una mesa colocáramos un mapa político-partidista de Chilapa, todos los periodistas serían ubicados claramente en una posición, con un partido y con un grupo. Muchos, o casi todos, los reporteros que ejercen en el municipio han estado como jefes de prensa del gobierno o de algún candidato a presidente municipal, a diputado federal o a legislador local. Y si no lo han estado lo buscan serlo. Todo lo anterior, sin descontar los favores que desde los medios intercambiaron con los políticos.
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En esta nueva administración municipal la relación gobierno-prensa se consolido, se institucionalizó. El gobierno municipal lanzó el Programa de Apoyo a Comunicadores (PAC) con el que a través de una tarjeta los reporteros y trabajadores de diversos medios podrán obtener “beneficios”, según les prometió el alcalde
El pasado 27 de febrero, el presidente municipal, Francisco Javier García González; el síndico procurador, Javier Meza Chino y los regidores, Óscar Silva Abarca [PAN]; Guillermo López García [PVEM]; Roberto Parra Carranza [Panal]; Maricruz Tapia López y Edith Suastegui García [PRI], así como Ignacia Rendón Casarrubias [Movimiento Ciudadano], se reunieron con los periodistas y trabajadores de medios de comunicación, que casi todos se aglutinan y laboran, en la Organización de Periodista Independientes de la Montaña [OPIM] y en la televisora local CHTV 11, respectivamente.
En ese momento, el alcalde les ofreció una gama de beneficios, que en pleno desconocimiento parecieran privilegios, pero no lo son. De entrada, García González, les ofreció descuentos, servicios y prestaciones, que cualquier gobierno está obligado hacerlo, pero no sólo a los periodistas, sino con cualquier ciudadano.
Sin embargo, la reunión tenía dos objetivos. Uno. El encuentro se trató simplemente de una reacción, ante la cascada de errores que tuvo el gobierno municipal, por la denuncia de la agresión que sufrieron los reporteros, Luis Daniel Nava y Eduardo Yener Santos, por parte de policías viales, cuando hacían su trabajo reporteril. [Por cierto ninguno de los reporteros y trabajadores de los medios de comunicación que asistieron a la reunión se solidarizó públicamente con ellos, mucho menos, condenó la agresión].
Antes de la reunión, el gobierno municipal denostó a los reporteros agredidos por los tránsitos en lugar de dar una disculpa e iniciar una investigación para sancionar a los agentes. Prefirió salir a los medios de comunicación, a través de un comunicado, de forma hostil. Hasta que intervino la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos en el estado, la Coddehum, fue cuando ofrecieron la disculpa.
Y dos. Con esa reunión comenzó el proceso de institucionalidad [imposible entre reporteros que intentan hacer un periodismo independiente, crítico y responsable] entre la prensa y el gobierno municipal.
Esta relación es peligros y engañosa.
Peligrosa porque el origen de la prensa es la representación de un contra poder ante los ya establecidos, sobre todo, ante los que su decisiones [por la aplicación de recursos públicos] influyen en la vida cotidiana de los ciudadanos, como los gobierno municipales.
En este caso, este sector de la prensa no sólo dejó de ser un contra poder [si es que algún día lo fue] para convertirse en el brazo comunicacional de gobierno. A partir de ahora, los mensajes del gobierno municipal [de por sí son tendenciosos, por lo general los boletines sólo informan “las cosas buenas”] estarán perfecta y permanentemente colocados en esos medios. Pero la relación también es peligrosa no sólo porque se controla a un reportero más, sino porque a la sociedad se le anula la posibilidad de tener un reportero libre, que pueda informar y ponerle luz a la oscuridad que reina en las administraciones municipales.
Pero esta relación también es engañosa. De entrada porque el gobierno ofreció a los reporteros y trabajadores medios que asistieron a la reunión, beneficios que en esta administración se ofrecerán de forma normal, como privilegios para sus “amigos comunicadores”. El internet, las consultas médicas, los descuentos en la farmacia, son servicios que se ofrecen a los ciudadanos en general. Pero en el caso de no ser así: ¿Por qué un periodista debe tener privilegios por encima de un obrero, o un chofer, o un comerciante? El periodista de un gobierno sólo debe tener la garantía para ejercer la profesión. No más.
Los “beneficios” que ofreció el gobierno municipal, son una obligación de las empresas [medios de comunicación] ante sus trabajadores. Como en cualquier otro tipo de empresa, el trabajador [el reportero] debe acceder a la seguridad social: atención médica y medicamentos gratis [no con descuentos]; cotizar para un crédito de vivienda; vacaciones; y, sobre todo, un sueldo digno, que no permita la mercantilización de la información, el chayote pues. Entonces resulta imposible [engañoso también] que dueños o directores de medios hayan ido a pedir “beneficios” ante el presidente municipal cuando es su obligación garantizarlos.
Y por otra parte, si el gobierno municipal, de verdad quiere [pero es predecible asegurar que no, por sus hechos] tener una prensa libre, independiente, objetiva y “veraz”, debería cumplir con su papel de regulador de las relaciones sociales, incluidas las laborales. Es decir, si se quiere una buena prensa y beneficiarla de verdad, buscaría, por lo menos, la normalidad laboral y contractual de los reporteros. Dando migajas nunca se logrará.

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