sábado, 17 de diciembre de 2011

Normalista narra cómo vio morir a su mejor amigo en la autopista

Normalista narra cómo vio morir a su mejor amigo en la autopista

MARGENA DE LA O
Mientras corría de norte a sur sobre el asfalto de la carretera de cuota, entre la trifulca, Espíritu Olmedo se agachó para esquivar los tiros que pasaban sobre su cabeza, al levantarse sintió cómo entró una descarga eléctrica de lado derecho de su cuerpo, debajo de la axila.
Siguió corriendo para huir de los tiros, pero se le dificultó respirar, algo le oprimía el pecho, y no precisamente era la adrenalina y el cansancio. Bajó la mirada, vio que salía en abundancia sangre del costado de su pezón derecho, se dio cuenta que la sensación caliente en su cuerpo fue un balazo que vino del puente de Liverpool, donde estaban los policías ministeriales.
Giró su cuerpo hacia el lado izquierdo, y con las manos en la herida, gritó a los uniformados federales que también participaron en la represión contra Ayoyzinapa, para decirles que lo habían herido, y les pidió ayuda.
–Me dieron –les dijo.
–Vete a la verga –le contestó uno ellos.
El normalista del tercer grado, giró nuevamente para regresar a su posición anterior, y vio a Jorge Alexis Herrera Pino tirado a sus pies, muerto por las balas que venían de la misma dirección que lo hirieron a él; quiso agacharse y tocarlo: era su mejor amigo, con quien había compartido los últimos tres años de su vida en el internado, pero las detonaciones seguían y le indicaron que tenía que salir de ahí.
Corrió y gritó nuevamente, se cubrió de los disparos tras uno de los autobuses que sus compañeros atravesaron en la autopista para bloquearla, en exigencia de que el gobernador Ángel Aguirre Rivero, el primer gobernante en entrar a la normal de Ayotzinapa en septiembre pasado, con el compromiso de mantener el diálogo permanente con ellos, publicara la convocatoria para elegir al nuevo director, porque esta ocasión pretendían que los maestros no intervinieran en esa decisión. Desde hace casi dos meses, los docentes pararon clases porque no aceptaron su propuesta de nombrar a Eugenio Hernández Martínez.
Sus compañeros vieron que sangraba, y lo auxiliaron hasta una urvan que tiene rotulado el nombre y el escudo de la normal rural. Uno de ellos condujo el vehículo; como pudo salió de la escena del crimen, y tomó todo el encauzamiento del Huacapa hasta llegar a las instalaciones Subsecretaría Protección Civil y Bomberos, de donde pidieron una ambulancia que lo llevó a la clínica del ISSSTE.
Todavía al llegar al área de urgencias con voz quebrada por el dolor, él mismo llamó por celular a su papá, Anselmo Espíritu.
–Papá, tuve un accidente, estoy en la clínica del ISSSTE de Chilpancingo –le dijo.
Enseguida fue llevado hasta terapia intensiva, para eso ya habían pasado unos 40 minutos de que lo hirieron. A las 23:00 horas de ese mismo día, lo estaban interviniendo quirúrgicamente porque los pulmones se colapsaron por la sangre que se acumuló en ellos a causa del disparo que floreó parte del pecho. Los médicos pudieron restablecerlo, pese a su gravidez, que incluso provocó rumores de su muerte.
Posteriormente fue trasladado al cuarto 136 del primer piso del ISSSTE. Al ver a su mamá entrar ahí, Miriam Olmedo Ramos –una maestra rural de 38 años que se ganó su plaza en examen de oposición apenas en 2010– lo primero que le dice fue: “¡Madre, mataron a mi amigo madre, yo lo vi cuando cayó cerca de mis pies!”. No lloró.
Desde la madrugada del martes, 2:00 horas con precisión, ministeriales han rondado la clínica y su cuarto. Ese día y a esa hora quisieron hacerle la prueba de rodizonato, pero los familiares se opusieron. Hasta hoy por la tarde, los ministeriales seguían insistiendo en verlo.
Edgar David Espíritu Olmedo, nació y creció en Renacimiento, Acapulco, en una casa sencilla del andador Laguna-Palapa y Mitla, aunque tiene orígenes costachiqueños, precisamente de Ometepec; ahí todos lo conocen como El nene. Pese a que es menor dos años que Víctor Anselmo, su hermano, en su casa es el que media y decide cualquier asunto familiar: “¡Cálmate cuija!”, suele decirle a su madre cuando cree que pierde el control.
Desde siempre quiso ser maestro, porque siempre, aun cuando no vive en su casa, admiró a su padre, que también es docente.

http://www.lajornadaguerrero.com.mx/2011/12/16/index.php?section=politica&article=003n2pol

No hay comentarios.:

Piden hospital de tercer nivel trabajadores de Azul Ixtapa

  Piden hospital de tercer nivel trabajadores de Azul Ixtapa   Hercilia Castro   Zihuatanejo, 1 de mayo de 2024. Trabajadores de los...