La reinstalación de Añorve tras su derrota a la gubernatura marcó la vida política porteña
2011, uno de los años más críticos en la historia de Acapulco
Destacan la narcoviolencia, los sismos, la crisis económica y el adiós al Tianguis Turístico
El 10 de febrero de 2011, el ex candidato de la coalición Tiempos mejores para Guerrero, Manuel Añorve Baños, fue reinstalado en el cargo en funciones de presidente municipal, casi seis meses después de solicitar licencia para contender por la gubernatura, aun sin concluir oficialmente el proceso electoral, como criticó el líder perredista Misael Medrano Baza.
La derrota ante Ángel Aguirre el 30 de enero, impulsado por los partidos de izquierda integrados en la coalición Guerrero nos une, representó para el priísta y los suyos una derrota dolorosa y un complicado regreso a una alcaldía sumida en crisis y carente de liderazgos, en un gabinete de por sí sostenido con agujas tras la sorpresiva victoria de Añorve en la elección municipal que llevó al Revolucionario Institucional de regreso a “Palacio Papagayo”, el 5 de octubre de 2008.
Las consecuencias no se hicieron esperar, los enroques en su equipo de trabajo surtieron efecto: titulares de secretarías clave como Turismo, Desarrollo Social, Saneamiento Básico, Seguridad Pública, Mercados y Gobernación, fueron removidos y varias decenas de trabajadores dados de baja, antes de decretar un recorte en la nómina que afectó a más 500 personas a lo largo del año.
Empezaban los movimientos telúricos o más bien siempre estuvieron presentes, de manera paralela al Servicio Sismológico Nacional –que hasta el 27 de diciembre de este año registraba 763 sismos en Guerrero, 87 de ellos con epicentro en Acapulco–, que orillarían al puerto a vivir uno de los años más “críticos” en su historia.
Mientras que al menos 900 edificios de interés social construidos antes de 1985 requieren arreglos para mantenerse en pie ante un sismo de gran intensidad, el paso elevado Bicentenario, inaugurado para engrandecer la figura de Añorve en campaña, el 20 de noviembre de 2010, se convirtió en escenario de macabras imágenes de cuerpos colgados o decapitados, como ocurrió un viernes 22 de julio al atardecer, cuando hombres desconocidos abandonaron sobre la magna obra dos cadáveres decapitados y sus cabezas colgadas desde las alturas, suspendidas sobre la avenida Cuauhtémoc.
Adiós al Tianguis
El Tianguis Turístico, organizado por 36 años en el municipio, fue arrebatado por la Secretaría de Turismo. La débil defensa esgrimida por la administración municipal, más basada en frases y arrebatos mediáticos que en hechos concretos de mejoramiento de imagen y percepción, de poco sirvió ante la arremetida de la inseguridad regional y poderosos empresarios que clamaban por un sitio más seguro y organizado para albergar el Tianguis Turístico, que por última vez fue recibido en Acapulco a finales de marzo de este año.
Mientras que en la colonia Zapata, un centro comercial de renombre nacional, Comercial Mexicana, y un tianguis popular Acatianguis, fueron calcinados en su totalidad la madrugada del 4 de abril, cuyo humo negro ascendía al cielo ante la mirada de padres que iban a dejar a sus hijos a clases; además de cientos de muertes –880 según la cifra oficial–, maquilladas ahora con el argumento de no pertenecer al rango de “asesinatos producto del crimen organizado”, ejecuciones masivas, cuerpos desmembrados y decenas de cartulinas con mensajes de venganza y advertencias fatales, representaron un motivo para decretar que la feria turística por excelencia del puerto se convirtiera en itinerante.
Todo ello, un preludio en el primer cuatrimestre del año. Como ave de mal agüero, horas después de arrancar el operativo vacacional de atención al turista en el verano, dos civiles fueron baleados a sangre fría en el restaurante El Zorrito, el 16 de julio, poco después de la medianoche.
“Vivimos momentos exageradamente difíciles entre junio y septiembre”, aceptó Laura Caballero Rodríguez, líder de comerciantes establecidos, quien recordó que los horarios de funcionamiento se redujeron, pues “ni los acapulqueños salían a comprar. Vivíamos agazapados, escondidos”.
La ocupación hotelera en dicho lapso promedió entre 15 y 35 por ciento. Producto de la crisis de violencia, entre septiembre y octubre se registraron cinco marchas masivas en la avenida Costera Miguel Alemán, organizadas por el magisterio institucional y disidente para exigir mayores medidas de protección, ante la ola creciente de secuestros, extorsiones y homicidios.
Las movilizaciones colectivas, provocadas por la angustia e intereses políticos, en opinión de algunos, representaron una inconformidad que el gobierno no ha podido borrar y sigue vigente hasta diciembre.
Para el vocero de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (ceteg), Roymán Meynardo López Pachuca, 2011 fue un año con escasos vestigios de bondad que fueron sepultados por la delincuencia organizada y los altos índices delictivos, cuya puntilla final fue la represión del 12 de diciembre contra estudiantes de la escuela normal rural de Ayotzinapa.
En el caso de Acapulco, reflexionó que las bajas ocupaciones son un castigo de la sociedad por la mala percepción generada por la violencia.
En la recuperación del Tianguis Turístico, sostuvo que la industria hotelera y los sectores afines a la prestación de servicios, deben trabajar como iniciativa privada que son, para recobrar su brillo, e invertir para renacer, sin depender del gobierno.
Advirtió que aún existe temor entre la ciudadanía porque la aparente tranquilidad que ha traído el operativo Guerrero Seguro, implementado el 8 de octubre, sea pasajera, pues consideró que existe una especie de tregua entre grupos criminales que en cualquier momento puede terminar, además de que los casos de criminalidad, puntualizó, se siguen presentando.
El 18 de julio, la secretaria de Turismo municipal, Erika Lührs Cortés, llegó a manifestar su desesperación por la situación de zozobra en el puerto, en un acto público en la plaza Heroica Escuela Naval, en el que subrayó que “en Acapulco hay la mayor seguridad que podemos brindar a los visitantes”.
Aunque su percepción llegó a cambiar en diciembre, como lo manifestó en un acto en cabildo al señalar ante padres de familia que los horóscopos auguraban tiempos de bonanza para Acapulco en 2012, y cuya vestimenta morada así lo reflejaba en la parte trasera de algunos camiones urbanos de la Costera, hasta que fue retirada por órdenes de Añorve Baños, que entre líneas y rumores, ha manifestado que piensa en volver a contender, ahora por una senaduría.
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