Oda al macho
Hercilia Castro
Siento la mirada lasciva sobre los
senos,
Esa que no se busca, esa que no
se desea,
La noche palpita y mis piernas
son recorridas,
Enfermos mentales, los hombres.
Y me pregunto si como macho me
respetarían, si cual macho tendría ese lugar que siempre se busca, el respeto.
Reniego de mi sexo porque odio menstruar, odio ser objeto de deseo, odio
esa turba de mujeres moralinas que han
sido mal educadas.
Vivo en la falocracia, odiando el
feminismo por sus incongruencias machistas, vivo repensando a cada instante el
cómo cambiaría todo con otra cultura, repensando si la mujer de verdad quiere
ser libre o es solo típica pantomima hormonal.
Reniego de mi sexo y acepto tener
envidia del pene, a los machos se les respeta sean inmorales o no, se les
enseña a ser fuertes, y pienso cuándo dejaran las mujeres de darles ese rol,
ellos también suelen ser débiles.
Mi sexo me limita, me debilita
ante todos, mi sexo ha tenido trabajo muchas veces porque le miran las piernas,
mi sexo descubrió hasta los 18 que los hombres buscan los senos y entendí, que
el sexo maneja la sociedad, mi sexo aceptó no hay calificación de 10 si no
tienes 90-60-90.
Mi sexo despertó un día
criticado, porque no había tenido “sexo” y eso era anormal, mi sexo comprendió
que en la escuela te enseñan reglas y una de ellas es que la mujer no debe
pensar aunque lo haga, no es aceptable.
Mi sexo comprendió que los
hombres machos por más de izquierda que sean, temen la libertad de la mujer así
sean escritores, poetas, periodistas o
intelectuales, mi sexo entendió que decir 69 en público es mal visto desde la
urbe hasta el campo, mi sexo lloró cuando los violadores eran “compañeros” de
izquierda.
Mi sexo escucha que ya no tiene
contrato laboral porque cuestionó las clausulas de la empresa, y fue despedido
por la misoginia del macho y la hembra, esa, que dicen, debe ser respetada y es
mezquina con la misma mujer la mayor parte del tiempo.
Mi sexo soñó que existía el compañerismo y fue
atacado de nuevo por un “compañero”, mi sexo entendió que las historias no
importan, se venden al final al mejor postor, mi sexo vio que la mujer habla
mucho, pero los dueños de los medios, todos, son hombres.
Mi sexo entiende te ayudan más si
te ven indefensa, mi sexo ha visto mujeres manipular hombres y ser igual de
esclavistas que ellos, mi sexo sabe no podría ser lesbiana pues no hay derechos
así con más reformas que haya, es inaceptable, mi sexo grita es bisexual pero
se sabe en un mundo dónde no se puede
dar amor a muchos sexos aunque se desee entregar.
Mi sexo observa gimoteos y
pataletas de las mujeres por la igualdad, pero no las ve atreverse a no usar brasier
ni rebelarse al billé o las reglas absurdas de la sociedad domada por el imperialismo, mi sexo ve que los
hombres-machos las prefieren calladas así tengan título, mi sexo sabe no se
habla de sexo por muy liberales se digan, qué espanto dicen a mi sexo.
Mi sexo defendió mujeres
violadas, niñas mancilladas, y vio también como una misma mujer dejaba libre al
violador, a sabiendas era culpable, mi sexo ha observado a las mujeres romper
sentencias y liberar corruptos, mi sexo sabe
el rostro de la maldad también se viste con tetas.
Pero mi mente sabe que el sistema
no va a cambiar, no cambia más si hay educación, mi mente sueña con que a mi
sexo lo respetaran y se hará respetar por fin la mujer.
Mi mente se pregunta si
siendo macho obtendría contratos laborales duraderos en este mundo esclavista,
mi mente vuela, nada, corre y sueña, las mujeres dejaran algún día de ser misóginas
y machistas, que dejaran de prostituirse para obtener un cargo público, que ya
no morirán durante el parto, que ya no venderán a sus hijos e hijas por usos y
costumbres.
Pero también sabe el deseo
mujeres y hombres adoran al mismo hombre.
Mi cuerpo se desdibuja en la
letra, persigue mariposas durante la noche como gato sobre el tejado en su
correría, se corre imaginando sueños de amor y libertad, mi cuerpo despierta
caminando y cuando siente, el sexo, el sexo ha sido buscado y mancillado con la
mirada del macho.
Penumbra que no termina, odio de
la mujer que sigue atada a prejuicios y tabúes, me pregunto si me iría mejor
siendo hombre, y el deseo de serlo, se queda atrapado en la mente mientras el
sexo “débil” repite la incultura de la oda al hombre-macho…
Mi ser entiende que sólo es libre
en el/la mar
2 comentarios:
Realmente me gusta lo que escribes, gata, es una oda al sexo de todas nosotras que vivimos a través de tus palabras. Besos.
Y aunque tu cuerpo y tu sexo reclamen al mundo la injusticia de existir en esta sociedad, aún hay quienes reconocen lo que valen, no por las rebajas que deben hacer para avanzar, si no por la magnificencia de su ser, dadores de vida, corazon invencible, sentimiento poderoso, y belleza absoluta. Aunque disfrutes traspasar la realidad soñando ser hombre, enorgullecete de ser mujer pues como ustedes no existe ningún otro ser.
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