domingo, 13 de febrero de 2011

En el sexenio luctuoso Monumento a “los daños colaterales”

 En el sexenio luctuoso
Monumento a “los daños colaterales”.


Adrián Ramìrez

La guerra es un hecho,
no es un discurso, no es la patria
no es nuestra guerra, y la padecemos
la guerra son nuestros muertos.

La guerra es un monstruo
que entra en nuestras casas
que se mete en nuestras fiestas
y que en un instante, deja la risa ensangrentada.

La guerra es un discurso en un día soleado,
en Campo Marte en el que el verde ya no es vida,
el verde del campo se tiñe de militar,
y la arenga se convierte en 35 mil vidas cegadas.

No hay opción, dicen los políticos,
la guerra es necesaria así nos lo hacen creer,
la guerra hay que encararla con decisión
a pesar de los daños colaterales, es la única solución,
así lo dice el Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas.

La guerra avanza y los discursos más,
los homenajes a los caídos se multiplican,
las disculpas y las víctimas también
y los oradores exaltan sus dotes para conmover.

Y así, la guerra llega un día sin ser invitada,
se mete a la fiesta y 18 jóvenes son masacrados
no es el ejército, no son las policías, son sicarios.
no son delincuentes, son jóvenes, son equivocaciones,
son daños colaterales, son bustos conmemorativos a la impunidad.

Nos cambian justicia por discursos.
nos truecan la justicia por monumentos
nos quitan el empleo, la educación, la salud
por balas, por metralletas, granadas y el verde de nuestro campo,
por el verde militar teñido en sangre y lavado con lágrimas.

La guerra no es nuestra,
nosotros ponemos el dolor, el de los nuestros
los hijos de nuestro pueblo ejecutados,
son militares, policías, sicarios, o estudiantes; son los nuestros,
nosotros ponemos los muertos, ellos sacan las ganancias
de una guerra que no es nuestra.

Nosotros somos los daños colaterales
de un gran negocio que se llama: la guerra,
la ahora innombrable, que los eufemistas
se niegan a mencionar,  pero todos sabemos
que esto que padecemos se llama GUERRA.

Ustedes se preocupan porque la Guerra no aleje
a los inversionistas, el turismo, los negocios,
nosotros nos preocupamos porque no haya un muerto más.

Sabemos que en el sexenio luctuoso
se construye un inmenso monumento de impunidad
que se erige en memoria de nosotros los ignorados,
los “daños colaterales” y  por los que se decretará,
ya no un día de luto nacional, como el de los niños ABC,
un día ya no es suficiente,
todos los días de este sexenio son de luto nacional.

Gracias al “Sr. Presidente”, que renunció a serlo
para convertirse en Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas.
y convertir la muerte de personas en cifras y estadísticas,

¿Cómo retener el nombre de los 18 jóvenes de Salvárcar y, más allá, de los casi 35 mil?
¿Cómo recordar los nombres de todos los desaparecidos o de los lesionados?
¿Cómo recordar los nombres de los miles de presos injustamente?
Lo mejor, según el gobierno, es un gran monumento a los daños colaterales,
un monumento que se construye con impunidad.

¿Cómo hacer un discurso para hablar de nuestra patria
y decir que esta guerra no es nuestra guerra?
¿Cómo decir que deseamos la paz,
sin tener que aceptar sus condolencias y discursos?
porque queremos la paz en vida y no un “descanse en paz”.


EN MEMORIA DE LOS 18 JÓVENES MASACRADOS EN SALVÁRCAR, CIUDAD JUAREZ, CHIHUAHUA, 30 DE ENERO 2010.

*Adrián Ramírez-Presidente de la Liga Mexicana por la Defensa de los Derechos Humanos (LIMEDDH)*

No hay comentarios.:

Piden hospital de tercer nivel trabajadores de Azul Ixtapa

  Piden hospital de tercer nivel trabajadores de Azul Ixtapa   Hercilia Castro   Zihuatanejo, 1 de mayo de 2024. Trabajadores de los...