Hogar de las jaibas y santuario de aves
por: Hercilia Castro/GUERRERO
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Ubicada entre Zihuatanejo y Petatlán, Barra de Potosí, formada por una salinera y una laguna, es puerta a mar abierto en la Costa Grande de Guerrero.
Todos los fines de semana convergen ahí familias de los lugares más cercanos como Zihuatanejo, Petatlán, incluso visitantes de Michoacán que cada fin de semana llega a disfrutar de este espléndido lugar.
Los niños entran seguros a la laguna de Barra mientras las señoras caminan a lo largo de la playa o tratan de atrapar las famosas jaibas de la laguna y los señores se meten a tirar la tarraya o adentrarse en lancha a pescar un cazón (tiburón pequeño).
¡Ah! Pero hay que llegar temprano para alcanzar alguna enramada donde los encargados de los pequeños restaurantes familiares de los mismos pescadores del lugar nos sirvan a tiempo la talla (pescado asado a las brasas), las gorditas (especie de tortillas pequeñas y gruesas de maíz colmadas de algún guisado), los camarones al ajo, un buen ceviche o unas tiritas (cortes muy del gados de pescado cocido en jugo de limón) mientras se disfruta de un coco frío o unas cervezas bien heladas.
El sol cae y envuelve en tonos rojizos el cielo del atardecer mientras los tábanos empiezan inician su ataque a los paseantes. Hora de irse, aunque los chavos quieran seguir surfeando.
Mientras, cruzamos la barra para recorrer todo el manglar que termina hasta alcanzar otro lugar maravilloso, Barra de San Valentín, pero de él hablaremos en otra ocasión.
Y aunque los niños se resisten a marcharse, sabemos que el próximo domingo, Barra de Potosí con su santuario de aves y exóticos reptiles estará ahí, esperando la visita.
http://www.magazinemx.com/bj/articulos/articulos.php?art=10738
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