opinion
La marcha de Los Zetas
Lydia Cacho*
No llevan capucha ni se molestan en cubrirse el rostro. Representantes
de Los Zetas entran en las oficinas de diversos diarios del país,
entregan las notas y con voz pausada, sin dramatismo, amenazan de
muerte a editores de medios. El contenido se refiere al “daño” causado
por el ejército. Algunos publican esta información; quién puede
culparles, si cada vez más procuradores y gobernadores recomiendan a
directivos de medios que publiquen y no se arriesguen.
La marcha de narcotraficantes salió a las calles de Zacatecas. Esposas,
hijos y hermanos de los delincuentes caminaron exigiendo su derecho “a
una vida en paz”. Los vecinos distinguieron las camionetas blindadas
con placas sobrepuestas, reconocieron a líderes narcomenudistas, a
cuatro ex policías judiciales despedidos. Y como en un teatro del
absurdo, la marcha pasó ante el pueblo y las autoridades. Las pancartas
pedían que salgan los militares. La esposa de un famoso sicario llevaba
el lema “no más niños muertos, fuera el ejército”.
Lo cierto es que estamos ante un reto mayúsculo. Nadie la tiene fácil;
ni los medios, ni la sociedad, ni las autoridades. En varios estados
periodistas y vecinos distinguen a las numerosas familias que viven del
narcotráfico y la delincuencia organizada (en sus negocios legales e
ilegales), pero también es cierto que cada vez más personas se han
resignado a vivir en un país en que la narcoeconomía ha resuelto los
problemas de pobreza y desempleo. Para mucha gente de provincia, desde
Chiapas hasta Chihuahua, el dilema no es si entrar o no en las
narcoempresas, sino con qué Cártel conviene hacerlo. Millones de
personas no están de acuerdo con esta visión.
Este problema tiene muchas ramificaciones pero aquí me ocuparé de una:
la incapacidad del presidente Calderón para aliarse con las
organizaciones civiles (OSCs) críticas y profesionales que desde hace
décadas trabajan en sus comunidades contra la violencia, la corrupción
y por los derechos humanos. Estas, que no pertenecen a las élites
convocadas al Diálogo por la Seguridad, llevan años haciendo
diagnósticos locales que permiten entender la compleja realidad. Son
sus activistas quienes han creado redes sociales de prevención y
educación. Y sí, también han documentado los casos de violaciones
graves del ejército y autoridades, y son críticas del sistema, sin
embargo su trabajo está centrado en la dignidad de las personas y son
herramienta para desahogar posibles estallidos sociales. Fortalecer a
las organizaciones civiles en este momento puede ser la jugada más
importante del gobierno federal. Son ellas quienes conocen a quienes
marchan, gobiernan y escriben por el país y a los que lo hacen para
defender intereses oscuros. Un diálogo estratégico que respete las
diferencias y se alíe en las coincidencias es herramienta contra el
narcocinismo. Calderón necesita entender quiénes son sus verdaderos
enemigos.
http://www.suracapulco.com.mx/opinion02.php?id_nota=6825
Historias de Casos de Privatización de recursos naturales, Violación a Derechos Humanos, Censura, Guerrillas y Otros... Crónicas de Masacres anunciadas, esa es la historia y el pueblo en marcha siempre...Este es Guerrero en pie de lucha Atte: Hercilia Gato... La relidad segun el GatoNegro
jueves, 26 de agosto de 2010
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