martes, 24 de agosto de 2010






Eduardo Gómez – Salió del closet



Fuente: APIAVirtual, por Dagoberto Márquez

No es fácil explicarlo pero debe intentarse. Lo que ocurre en Guerrero en materia electoral trae a medio mundo nervioso. Toda vez que el proceso al que me refiero culmina con la renovación de la gubernatura, los actores políticos se mueven, desde hace tiempo realmente, yendo a la disputa haciendo presión, hablando, declarando, reuniéndose con otros, con más gente, dejándonos ver simpatías y aspiraciones al tiempo que cortedad y carencias. Hablo en lo general, por respeto al proceso.

Si entráramos en particularidades habría que referirse a los precandidatos, a cada uno, a los que no lo son todavía, a las personas que disputan las candidaturas y a quienes disputarán la gubernatura y no es sencillo, puede Usted creerlo. En un momento en que se disputa la acción futura de gobierno, las circunstancias no son óptimas, no realmente. Con un ex aspirante acribillado y muerto en 2009 y cambios múltiples de escenario, la gubernatura de sólo 4 años y medio a disputar en enero de 2011 imprime un dinámico pero también un alterado ritmo donde puede ocurrir cualquier cosa, todo al parejo de lo que se tenía previsto hace cierto tiempo. Me refiero -en parte- a la no postulación de Ángel Aguirre por parte del Partido Revolucionario Institucional lo cual tiene y seguirá teniendo sus consecuencias. Me refiero al viraje, al brusco cambio de perspectiva, aquella en que se encontraban las cosas hasta hace no mucho. Todo deviene de la ansiedad por el control de muchos asuntos próximamente. De la legal y legítima posibilidad de hacerse gobierno. De la posibilidad que tienen tanto unos como otros en la ruta política vía la cual se enfilan a la elección de enero próximo. Sí, me refiero al proceso electoral presente.


Estimado lector, Fina lectora, ignoro cuáles son sus simpatías ideológico partidistas pero si me lo permite, doy para Usted una opinión, una bastante personal en relación a lo que vemos y ante lo que ocurre. Una opinión en relación al proceso, acontecimiento político insólito porque de entrada es parte de otro más, del que se refiere a la homologación de las elecciones, al de las estatales con las federales lo cual ha modificado varias cosas. De ahí deriva lo de la gubernatura de “sólo” poco más de 4 años. Bueno, digamos que siguiendo con el tema, lo que observamos es extraordinario. Mucho, porque aunque lo que se disputa no es un período completo, las ganas por ser gobernador del estado trae a varios “en chinga”, desgarrándose algunos inclusive, yendo a la disputa con fuerza (aunque) acompañados de intolerancia, de arrogancia, de necedad por así decirlo. Algo medio raro porque de que no es un proceso típico pues no lo es y tal cosa trae a mucha gente confundida, poco o mucho, como Usted quiera verlo. Como decíamos hace cierto tiempo, en Guerrero hay dos fuerzas políticas principales: el PRI, y la Izquierda. La izquierda está compuesta por el PRD mayoritariamente pero el Partido Convergencia y el Partido del Trabajo también cuentan. Ese escenario permitía, dadas las condiciones, predecir la ruta que seguirían los acontecimientos, digamos que hasta éstas alturas e incluso hasta un poco más adelante. Había una lógica y… ¿Sabe qué…?, es la misma, sólo que aquí sí qué, como se dice coloquialmente, con los elementos “un tanto revolcados”.

Decíamos que en opinión nuestra el gobernador siguiente saldría de entre Ángel Aguirre, Héctor Vicario, Luis Walton Aburto y Armando Ríos Píter. Lo decíamos a propósito de otras cosas, en otro orden de ideas así como en la revisión de otro asunto. También, hablando con diversas personas, afirmábamos que Manuel Añorve, dadas ciertas circunstancias, podría colarse, y había razones. Y se está cumpliendo, todo prácticamente. Es cosa de observar nada más, de examinar correctamente. Bien, decíamos que el proceso es insólito. Lo es porque más allá de cómo fueron las cosas hace 6 años, el proceso es de alto grado de dificultad nuevamente. ¿Porqué? Por la sencilla razón de que es, además de diferente, uno donde confluyen intereses de distinta índole, legítimos, e ilegítimos, acendrados y desmedidos (algunos) por una crispada y dura atmósfera la cual se relaciona con (intereses) impregnados de amargura.

Legítimos y políticos porque, al margen de que hay cosas que la ley no impide, lo que sí lo hace es la política, la política misma. Me refiero al caso de Ángel Aguirre, por supuesto. Es cosa de entender. Ángel Aguirre es un buen político sin embargo y seguirá adelante, no hay duda, no para este opinante. Decíamos que el próximo gobernador saldría de un proceso atípico e incluso adelantado. Se infería -entonces- que este opinante no daba probabilidades a los no citados. Y había razones, siempre las hay cuando se habla en serio. Sin embargo, como las ciencias políticas no son ciencias exactas y en consecuencia hay factores, las cosas se alteran, se modifican, generalmente, de un momento a otro incluso, llevándonos a todos (a veces) a escenarios kafkaianos, surrealistas e inverosímiles.

Estimado lector, Fina lectora, los acuerdos políticos forman parte de los estatutos de algunos partidos. Me refiero al método de selección ante la designación de uno o varios candidatos. El acuerdo político no es antidemocrático ante el método porque supone la cohesión del partido sin prestarse al juego de la bien llamada ultra democracia. Es verdad que ir a las urnas en los partidos puede ser una opción saludable pero de alguna manera es también jugar a la nociva y socarrona ultra democracia porque la democracia como tal se refleja en la jornada electoral, en la constitucional, en la que así ha de ser por razones legales determinantes y eminentes. Hacerlo en elecciones internas divide a los partidos y la ley no lo obliga, no a los mismos. No lo obliga porque eso es cosa de los propios institutos, uno de los varios métodos en que descansa la praxis política aquí en México. El acuerdo entonces es legal y el acuerdo, dadas las circunstancias en Guerrero, es correcto, en unos y en otros, es cosa de revisar todo solamente. Es decir, si por un acuerdo político amalgamado, es posible ir unidos, debe hacerse, puede hacerse, no importando que haya pequeñas minorías provocadoras, reticentes, equivocadas o incluso recalcitrantes. Y no importa porque las minorías a que me refiero son sólo aquellas que encabezan a grupos y corrientes mirando sólo en su beneficio, no siendo lo mismo si hablamos de las bases, de las bases de los partidos políticos. Esto quiere decir que tanto en el PRI como en la Izquierda tienen el problema y la fórmula de solución política en sus manos. Es cosa de examinar, de hacerlo bien, honestamente. Se trata de que vayan los mejores hombres, las mejores mujeres si hay que decirlo de esa forma. Se trata de que vaya gente confiable, consciente, no gente improvisada, no gente convenenciera, no gente de cortedades ni gente corrupta. Ese es el punto.

Pero el mar de nervios puede descomponer todo, irremediablemente si no se frenan codicias y ambiciones. Posiciones sin ética que más que presentarse como alternativas, se presentan como resultado de inercias, de inercias políticas lógicamente. ¿Un escenario posible?. ¿Para qué?… Si todo es claro. El proceso va y va bien aunque haya cosas extrañas, elementos nuevos y ciertas tensiones. El PRI ha tomado un acuerdo y como tal puede retomarlo si desea, está en su derecho. La izquierda hará lo mismo porque la designación del candidato será eso, una designación, un acto derivado de la toma de un acuerdo porque la Izquierda nombrará un candidato coaligado y este no va a salir de ningún juego ultra democrático ni de ningunas urnas internas. Luis Walton no pertenece al PRD pero, aunque diferente dado su origen, es el hombre fuerte de la Izquierda aunque ahora podría estar declinando. Me refiero a la Izquierda política en su conjunto aquí en Guerrero. Subsiguientemente y justo sea decirlo, Armando Ríos Píter y Lázaro Mazón son los precandidatos mejor posicionados aunque ni por asomo mejores ni con más experiencia que Walton. Finalmente, aclarado está que Héctor Vicario ha declinado y que hará proselitismo por Manuel Añorve, la cuestión es (entonces) determinar cómo irán a la contienda y quiénes van a hacerlo. Me refiero a la elección, a la extraordinaria y constitucional de enero próximo. Hacerlo es un imperativo porque permite un escenario, previsiones, cosas de las decisiones de la gente. El voto es muy importante y aunque la recta final del actual período de gobierno no empieza todavía, los ánimos se calentaron desde el principio, desde hace tiempo, desde que con calentura política se habló de transición vía un gobierno distinto, diferente. Una realidad venidera donde bien pudo haber gobierno interino y de ahí una mejor plataforma donde el escenario podría ser otro, más acorde con los propósitos primarios, uno menos calamitoso por lo menos.

Posted: Agosto 24th, 2010

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