martes, 2 de marzo de 2010

Esparcirán en la sierra guerrerense parte de la cenizas de Carlos Montemayor

Esparcirán en la sierra guerrerense parte de la cenizas de Carlos Montemayor



Tal como fue su deseo, el poeta, académico, escritor, traductor, activista social, defensor de los pueblos indígenas y cantante de ópera mexicano Carlos Montemayor, fue despedido en la sede de la Academia Mexicana de la Lengua, de la que formaba parte y a la que consideraba su casa, sin protocolo ni homenajes oficiales.
Las cenizas de Montemayor, quien falleció a las 3:35 horas de este domingo en el Hospital de Cancerología, arribaron a la sede de la Academia al filo de las 20 horas, en una urna que llevaba en brazos su viuda, Susana de la Garza, acompañada por sus hijos Emilio, Alejandra, Jimena y Victoria, así como su nieto Emilio.
En la casona de las calles de Liverpool, en la colonia Juárez, se dieron cita familiares, amigos, admiradores, Consuelo Sáizar, presidenta de Conaculta; Fernando Serrano Migallón, secretario Cultural y Artístico de Conaculta; miembros de la Academia Mexicana de la Lengua y escritores como la astrónoma Julieta Fierro, Jaime Labastida, Miguel Ángel Granados Chapa, Margo Glantz, Juan Gelman, Vicente Quirarte, Gonzalo Celorio, Jorge Volpi, y Joaquín Díez-Canedo, director general del Fondo de Cultura Económica, entre otros.
Entrevistada luego de haber montado guardia frente a la urna que contenía las cenizas del escritor nacido en Parral, Chihuahua, hace 62 años, Consuelo Sáizar señaló que fue la privilegiada editora de un hombre formidable que hizo de la literatura su pasión de vida, que era la lucha social y la defensa de los indígenas; un hombre que llenó de música y pasión cada una de sus actividades.
“Fui interlocutora de un hombre de grandes ideas; fui también una devota lectora de su obra y ahora vengo a rendir homenaje a un hombre joven, con muchas páginas por escribir todavía, con mucho que aportar a este país que fue su pasión y por el que luchó de manera tan cercana y tan inteligente. La Academia Mexicana fue el lugar donde, acompañado por el enorme Alí Chumacero, analizó el idioma y lo llenó todos los días de nuevos significados, impregnados de pasión e inteligencia. Fue un hombre que hizo de la palabra su voz y de la pasión su lucha”.
Tras recordar que la última vez que lo vio fue cuando recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes 2009, en diciembre pasado, agregó que lo rescatable de momentos como estos, llenos de tristeza ante la pérdida de hombres enormes que como él que regaron el país con su pasión y con sus proyectos, es que la gente puede venir a rendirles tributo y demostrarles una vez más su enorme admiración.
Sobre si habrá alguna actividad oficial en memoria de Carlos Montemayor, la presidenta de Conaculta señaló que en 15 días más, el Instituto Nacional de Bellas Artes le rendirá un homenaje absoluta y totalmente merecido.
Poco antes de la primera guardia ante las cenizas de Montemayor, a nombre de los académicos y de la familia, el poeta Jaime Labastida indicó que fue su deseo que la ceremonia luctuosa se realizara en la Academia, su casa, y por esa razón, sus integrantes harían guardias escalonadas.
En tanto, su hijo Emilio, comentó que desde que su padre se enteró de la enfermedad hace cuatro meses, siempre quiso mantener informados a su esposa, hijos y hermanos, lo que les permitió convivir y acompañarlo en su lucha. Agradeció a la Academia Mexicana de la Lengua haber permitido cumplir el deseo que el homenajeado expresó, de tener una despedida informal, afectuosa y amable.
A su vez, Alejandra, su hija menor, hizo un llamado a todos los que tuvieron contacto ya fuera personal o a través de los textos e ideas de Carlos Montemayor, colaboren a hacer crecer todas las semillas que su padre plantó por muchos lados, seguir su lucha por cambiar este país.
Por su parte, Susana de la Garza, viuda de Montemayor, informó que conforme a los deseos de su esposo, parte de las cenizas del poeta, novelista y traductor serán esparcidas en Parral, Chihuahua, mientras que el resto serán esparcidas en los pueblos donde se desarrollaron algunas de sus novelas históricas, en la sierra de Guerrero.
Cabe mencionar como uno de los acontecimientos más emotivos de esta despedida a Carlos Montemayor, en la sede de la Academia Mexicana de la Lengua, el momento en que el tenor José Luis Ordóñez se aproximó a la urna con las cenizas, para brindarle la interpretación a capella de la aria E’ lucevan l’ estelle, de la ópera Tosca, de Puccini.
Joaquín Díez-Canedo, director del Fondo de Cultura Económica (FCE), comentó que esa casa editorial inició la publicación de la Obra reunida de Carlos Montemayor, de la que ya se publicó un primer volumen de sus novelas y está por entrar a prensa el segundo, al que le seguirá un tercero con sus relatos.
Recordó que previamente se publicó La huida, novela breve que es parte de este conjunto de textos que hablan sobre las circunstancias de la lucha armada en México.
Asimismo, trascendió que el próximo martes está previsto el lanzamiento de un nuevo libro de Montemayor, titulado La violencia de estado en México, bajo el sello de la editorial Debate.
Carlos Montemayor fue miembro de número de la Academia Mexicana de la Lengua, así como de la Real Academia Española y de la Asociación de Escritores en Lenguas Indígenas.
Dominó el inglés, italiano, francés, griego arcaico, clásico y vulgar, además del latín en todas sus formas, se caracterizó por su activismo social, sobre todo en favor de los grupos más vulnerables de México. (Conaculta).


Montemayor esclareció a la sociedad el fenómeno de la guerrilla: Salvador Castañeda

La contribución del escritor, poeta, investigador y ensayista chihuahuense Carlos Montemayor (fallecido el 28 de febrero pasado debido a un cáncer en el estómago, a los 62 años de edad) en cuanto a las luchas armadas en el país, “es muy meritoria porque esclareció muchas cosas y puso al alcance de grandes sectores de la población información de ese fenómeno”.
Así lo recuerda Salvador Castañeda, cofundador del grupo guerrillero Movimiento de Acción Revolucionaria (MAR) en los años sesenta en Coahuila, y también escritor. Además, destacó que “es aplaudible que el autor de Los informes secretos y Las armas del alba se ocupara de ese movimiento de carácter armado de México de los setentas, que se elude siempre en los comentarios públicos”.
–Con este tópico, ¿aportó algo nuevo?
–Desde mi perspectiva, sí: contribuyó con las denuncias abiertas en contra de la represión. Es interesante que se haya ocupado meticulosamente de esos movimientos armados de entonces.
–¿Qué opina de su libro Guerra en el paraíso?
–Es un documento preponderante dentro de todo lo que se ha publicado respecto de ese fenómeno. Carlos Montemayor era un helenista y tenía muchas herramientas para trabajar. Abordó excelentemente la guerrilla desde el punto de vista literario y testimonial.
Guerra en el paraíso, editado por Diana en 1991 y luego por Seix Barral en 1997, es un relato trágico de los hechos violentos que se vivieron en México a principios de los años setenta, durante la guerra sucia, especialmente sobre la guerrilla de Lucio Cabañas en el estado de Guerrero.
–Y este volumen, ¿qué ofreció de nuevo sobre Lucio Cabañas?
–Hay muchas cosas que se explican allí, y es un punto de vista muy objetivo de todo ese movimiento, sobre todo de ese grupo en la sierra y la repercusión en todo el país.
Castañeda, autor de ¿Por qué no dijiste todo? y Los diques del tiempo, rememoró que intercambió documentos cuando fue el coordinador del Centro de Investigaciones Históricas de los Movimientos Armados con Montemayor:
“Me pasó algunas grabaciones de Lucio, sobretodo de las emboscadas, porque las registraba Lucio, y yo le pasé documentos de la guerrilla de Chihuahua de 1965, precisamente una bitácora que escribió Ramón Mendoza, que es el personaje de su novela Las armas del alba”, dijo.
Joaquín Mortiz lanzó en 2003 Las armas del alba, la cual narra el levantamiento del 23 de septiembre de 1965 en el pueblo de Madera, en la sierra de Chihuahua, por un grupo de jóvenes campesinos, estudiantes y profesores que atacó el cuartel militar. Desde entonces se sucedieron por diversas zonas urbanas y rurales de México numerosos movimientos guerrilleros.
Castañeda subrayó que en los anteriores volúmenes y Los informes secretos, Montemayor profundizó en una nueva forma de novelar.
–¿Por qué todavía no se habla a fondo de las guerrillas del país?
–Los intelectuales sólo llegan al movimiento del 68 y después, para ellos, ya no pasó nada, y eso que en la guerrilla de los setenta hubo miles de muertos, quizá por eso Montemayor concientizó a un amplio sector interesado por ese tipo de movimientos sociales en el país. También hay que reconocerle que analizó el surgimiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional y simpatizó con algunas de las actividades organizadas por el subcomandante Marcos.
“Montemayor es un personaje insustituible en cuanto a toda esa gama de actividades e intereses que tenía, no sólo por la cultura sino por la sociedad en su conjunto, por la transformación social, por todos los luchadores que participamos por tratar de transformar las condiciones del país”, añadió.
También escribió Chiapas: La rebelión indígena de México.
–¿Qué opina de su papel que tuvo como vocero en la Comisión de Mediación entre el gobierno federal y el Partido Democrático Popular Revolucionario-Ejército Popular Revolucionario?
–Es algo más que hay que reconocerle. Fue el vocero y eso no es gratuito. Eso responde a su gran compromiso con este asunto. Como vocero estuvo siempre con una posición muy consecuente y firme. Naturalmente, algunos sectores del Estado, por su posición, comentarios y trabajos analíticos de la guerrilla, no lo aceptaban del todo por la consigna de no dar a luz ese tipo de cosas. (Columba Vértiz de la Fuente / Agencia Proceso / Ciudad de México). 


http://www.suracapulco.com.mx/nota1.php?id_nota=76007

No hay comentarios.:

Piden hospital de tercer nivel trabajadores de Azul Ixtapa

  Piden hospital de tercer nivel trabajadores de Azul Ixtapa   Hercilia Castro   Zihuatanejo, 1 de mayo de 2024. Trabajadores de los...