sábado, 18 de abril de 2009

“Desmantelar coacción externa favorece políticas realistas.”

(tomado de Radio Progreso-Miami)

Desde La Habana

La libertad de viajar: punto de no retorno
---- “Desmantelar coacción externa favorece políticas realistas.”
--- “La reconciliación ha avanzado mucho más de lo que se cree.”


Por Manuel Alberto Ramy


El politólogo Rafael Hernández es uno de los más lúcidos pensadores
cubanos. Analista profundo, concilia perfectamente su visión integral
de la realidad con una excelente capacidad didáctica. No por gusto ha
sido profesor invitado de diferentes universidades de primera línea,
incluyendo la de Harvard. Amable me recibe en el 5to piso del
Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), sede de
la revista Temas, publicación cultural e ideológica que dirige
Hernández. La cita fue concertada para el martes 13 de abril, pero
como él ni yo somos supersticiosos, y todo indica que el gobierno del
presidente Obama anunciará importantes decisiones, comenzamos un
diálogo que aterriza suavemente en una importante entrevista. Aquí les
reproduzco una versión de la grabación que fue radiada el miércoles 15.

Manuel Alberto Ramy: Profesor, dentro de unos días se celebrara en
Trinidad-Tobago la 5ta Cumbre de las Américas. Cuba es el único país
del continente que no estará presente en esta cumbre, sin embargo
parece que de alguna manera está destinada a estar.

Recientemente el secretario general de la OEA, José Miguel Insulsa,
declaró que no se debía forzar el tema de Cuba en esa cumbre. ¿Cuál
usted cree que será la reacción o las posibles reacciones de los
diferentes países que participan en este conclave?


Rafael Hernández: Es un hecho, todo el mundo sabe que la mayor parte
de los países de América latina y el Caribe han estado del lado del
levantamiento del bloqueo durante muchos años incluso aquellos que han
tenido desavenencias con Cuba, como es el caso de México, por ejemplo.
Estamos viviendo un momento de las relaciones internacionales de Cuba
muy especial. Cuba tiene como nunca antes las más estrechas relaciones
con el hemisferio, incluidos países como Costa Rica, que recientemente
tomó la acelerada decisión de restablecer las relaciones con Cuba,
quizás acelerada por factores externos a Costa Rica.


Esta es una Cumbre en un país del Caribe y esto no es poco importante
para esos países -- como Trinidad y Tobago, Jamaica, Barbados,
Guyana-- que fueron los primeros del Caribe en restablecer relaciones
con Cuba en 1972-1973, cuando empezó el deshielo. Esos países han
acompañado a Cuba durante todos estos años y mas allá de las
diferencias ideológicas o políticas existentes en relación con Cuba,
esta ha sido siempre una posición común; de manera que no es una
noticia que, número uno, la mayor parte de estos países tienen el tema
de Cuba como parte de la agenda interamericana con Estados Unidos y,
número dos, hoy Cuba está más cerca del resto del hemisferio que nunca
antes, no solamente de estas islas del Caribe, sino de países como
Brasil, como Argentina, para no hablar de Venezuela y Bolivia. Es en
este contexto hemisférico que hay que analizar las relaciones de Cuba,
y en un contexto internacional en el que la Unión Europea ha cambiado
su política de hace cinco años con Cuba, en que estamos de nuevo muy
cerca en las relaciones con Rusia, que se enfriaron después de la
caída del socialismo, y también con China. A nivel global, para no
dejar fuera las relaciones con África, que después de las retiradas de
las tropas cubanas de ese continente siguen siendo muy estrechas, la
cooperación ha precedido, ha pasado a ocupar un lugar central en las
relaciones de Cuba, sobre todo con los países del Tercer Mundo. Es en
ese contexto donde tiene lugar esta Cumbre. Pienso que eso es algo
diferente y la concertación inter-hemisférica es un plano que no pasa
por la OEA (Organización de Estados Americanos).


La OEA es una organización del sistema interamericano en la que no se
solucionan muchísimos problemas importantes de la región, sino que se
hace al margen de la OEA; de manera que a Cuba le interesa mucho tener
una presencia en los organismos de concertación, pero no hace de la
presencia en la OEA un asunto prioritario. Lo que no es prioritario
para Cuba es ser parte de la OEA, porque la OEA no es el espacio
obligatorio por el cual pueden y deben pasar las relaciones de Cuba
con el resto del hemisferio, cosa que más que nunca se prueba en este
momento. Digo esto en relación con las declaraciones de José Miguel
Insulsa, muy lógicas desde el ángulo del secretario de la OEA, que es
una más entre las organizaciones de concertación, no la más importante
ni la más decisiva y con muchísimo menos peso especifico del que
tenía hace casi 50 años cuando el gobierno de Cuba fue expulsado.


El tema de Cuba inevitablemente está presente, el tema de Cuba es
parte de la agenda interamericana no solamente de los países más
estrechamente aliados de Cuba, sino de los países del Caribe, que
incluyen a países no tan cercanos a Cuba. A raíz de la elección de
Obama, el presidente del CARICOM (Comunidad de Países del Caribe)
declaró que esperaba que Cuba fuera considerada por EEUU como uno de
los temas que se esperaba como parte de la nueva política de Obama en
la región; o sea que si hay una expectativa de que Obama va a cambiar,
independientemente de que eso esté formal o informalmente en la agenda
de todos los países latinoamericanos, porque el consenso --no en
relación con el conflicto entre Cuba y los EEUU-- es que la política
norteamericana debe cambiar hacia Cuba como parte de un cambio hacia
Latinoamérica. Es algo que inevitablemente va a estar presente. Otra
cosa es lo que Obama va a llevar a esa reunión y la capacidad que no
va a tener de ofrecerle a Latinoamérica y el Caribe una nueva
propuesta de política. Eso yo creo que no va a pasar no hacia Cuba,
hacia América Latina. Es muy probable que entre las pocas cosas nuevas
que Obama pueda anunciar en relación con la política Latinoamericana
de Estados Unidos, esté el anuncio reciente de que va a permitir a los
ciudadanos cubanos que viven en Estados Unidos viajar libremente a su
país y enviar remesas libremente, como hacen los ciudadanos de
cualquier otra parte del mundo. El gobierno de Obama va a normalizar
su trato con los cubano-americanos residentes en Estados Unidos que
están sometidos a las restricciones del bloqueo.


Ramy: Esa liberación de los viajes que acaba de anunciar el presidente
Obama, ¿usted cree que satisfaga las posiciones del conjunto de los
países latinoamericanos que están procurando un acercamiento más a fondo?


Hernandez: Yo creo que una cosa es responder a los electores de la
Florida que votaron por Obama y a sus promesas electorales de
facilitar el encuentro y los derechos de los ciudadanos
cubano-americanos con su país de origen, y otra cosa es el embargo,
las leyes del bloqueo y todo el andamiaje que intenta aislar a Cuba
del mundo y que es una barrera en las relaciones entre Cuba y Estados
Unidos, y entre Cuba y la sociedad civil y la economía norteamericana,
por decirlo de alguna manera. Sin embargo, aún cuando una cosa no
implica la otra de ninguna manera y, por ejemplo, para que se elimine
el bloqueo tendría que existir un dialogo establecido entre Cuba y
EEUU, no se nos ocurriría que eso va a pasar sin que se inicie alguna
conversación entre Cuba y EEUU. Para dejar que los cubanos-americanos
viajen no hace falta que haya dialogo ninguno y eso es lo que acaba de
pasar. Ahora bien eso no significa que esta reciente medida no tenga
una significación.

Ramy: ¿Por qué tiene significación?


Hernandez: Pues porque poder enviar remesas sin límites y visitar su
país cuantas veces quieran es un hueco en el bloqueo. No es solamente
un reconocimiento de los derechos civiles de los cubano-americanos, si
no es un hueco objetivo en el bloqueo. Las remesas, en el caso de
Cuba, son un componente importante del ingreso nacional, igual que en
México, igual que en República Dominicana, igual que en muchos países
de esta región. En este sentido estamos más cerca de otros países de
la región de lo que estábamos hace 15 ó 20 años, puesto que ese
fenómeno de la emigración que vive afuera mandando dinero a su casa es
un fenómeno generalizado. Cuba es más caribeño y más latinoamericano
de lo que era en ese sentido hace unos años. Ahora bien, el efecto que
eso puede y debe tener no solamente en el bloqueo, no solamente el
efecto económico mismo, es algo que todavía no constituye un hueco
mortal en la trampa del bloqueo. Lo que pasa es que a mi juicio pone
sobre el tapete y eleva a primera prioridad ahora el derecho de los
ciudadanos norteamericanos a viajar a Cuba.


Ramy: Ese es un punto interesante, el derecho de los ciudadanos
norteamericanos, y se habla también de que perspectivamente pudiera
abrirse un espacio --un hueco, como dice usted--, una ventana para el
intercambio académico, cultural y deportivo. Me gustaría su opinión
sobre este punto.


Hernandez: Bueno, precisamente por eso decía que quizás Obama está en
más capacidad de ofrecerle a Latinoamérica cambios en relación con
Cuba que cambios en la agenda latinoamericana de EEUU, que son temas
muy gruesos --problemas como la migración, el narcotráfico, seguridad
internacional, como los problemas del libre comercio. Son problemas
muchísimo más complicados, muchísimo más difíciles de resolver y más
lejos de tener una solución dentro de la política norteamericana
actual que hacer estos cambios con Cuba de los cuales estamos
hablando. Además del cambio de dejar a los cubano-americanos viajar y
enviar remesas, el derecho que protege la Primera Enmienda de la
Constitución de Estados Unidos, “freedom to travel” (libertad de
viajar), aparece limitado porque pueden viajar a Cuba, pero no pueden
gastar dinero, lo que es lo mismo que decir que no pueden viajar. De
manera que para tomar esta decisión, para aprobar una medida tanto por
el ejecutivo como por el Congreso --y quizá sea más fácil que sea el
Congreso el que lo apruebe --, no es necesario ni siquiera tener una
política de diálogo con Cuba, ni siquiera estar sentado en una mesa de
conversaciones, puesto que se está respondiendo a un asunto que atañe
a los derechos civiles de los norteamericanos que viven en Estados
Unidos. Naturalmente, el cabildo derechista cubano-americano sabe lo
que significa la libertad de viajar, lo sabe la Fundación Nacional
Cubano-Americana. La libertad de viajar es el eslabón más débil y el
punto de no retorno del conteo regresivo del bloqueo, porque significa
turismo norteamericano. ¿Cuál es la primera industria de este país? No
es el azúcar, no es el níquel, no es la biotecnología. Es el turismo,
y ese turismo norteamericano abriría un boquete tan grande en esa
pared del bloqueo que, si bien la pared puede seguir ahí, a través del
agujero que tiene la pared ya se mete absolutamente todo.


Es decir uno se puede dar la mano a través del hueco que se va a abrir
a partir de ese momento. Yo diría que la significación de la libertad
de viajar tiene una importancia más política que económica, porque va
a significar que cualquier norteamericano puede venir a ver por sí
mismo lo que pasa y no pasa en Cuba y en mi experiencia cuando alguien
de Estados Unidos viene a Cuba, en primer lugar se encuentra cosas
que no esperaba, se encuentra realidades que no son las que tenía en
mente, viene con preguntas que se da cuenta que algunas no tienen
sentido en Cuba, sino que otras tienen respuestas muy evidentes y va
haciéndose otras preguntas. Cambian sus preguntas en relación con
Cuba, pero lo que ha cambiado sobre todo es la idea de ¿Por qué rayos
no tenemos relaciones normales con este país? Aunque piensen que esto
es una dictadura, aunque piensen que esto es un sistema
antidemocrático ¿Por qué no podemos hablarnos directamente cubanos y
norteamericanos? ¿Por qué no es posible viajar a Cuba?


Y eso es precisamente lo que teme ese cabildo de derecha que ha tenido
una influencia tan grande en la política norteamericana, yo diría que
ese impacto político inevitablemente llevará a mediano plazo, y quizás
más rápido de lo que pudiéramos pensar, al desmoronamiento de ese muro
del bloqueo, que yo no espero que se derrumbe en una noche ni a
mandarriazos, como el Muro de Berlín, sino que se derrumbará porque se
le van a empezar a caer grandes pedazos, y este es un gran pedazo que
se le va a caer en nombre de la libertad de los ciudadanos
norteamericanos -- “freedom to travel”-- y luego “free trade”
(comercio libre). Nada de eso tiene que ver con el marxismo-leninismo
ni con la ideología ni con Fidel Castro, eso tiene que ver con los
valores norteamericanos, y de eso se trata de hacer que eso sea válido.


Ramy: La decisión del presidente Obama de liberar de todas las trabas
a los viajes de los cubano-americanos a la Isla es una decisión
absolutamente unilateral, sin embargo, ¿pudiéramos estar
aproximándonos a un juego de sobrentendidos?


Hernandez: Yo creo que todo relajamiento en las relaciones entre Cuba
y Estados Unidos, toda medida que tienda a reducir o a desmantelar los
mecanismos externos de coacción, favorecen políticas más realistas,
políticas más convenientes, políticas más dirigidas a beneficiar a
los cubanos que viven en Cuba y a los que viven fuera de Cuba. Me
parece impensable que, si se produce un relajamiento del antagonismo
entre Cuba y EEUU, eso no tuviera también un efecto, porque crea un
clima más favorable para hacer todo tipo de nuevas políticas, las
facilitaría, no porque formen parte de una negociación con EEUU (y yo
creo que sería un error negociar cambios políticos internos en una
mesa con EEUU), ni explicita ni implícitamente. Pero objetivamente, la
reducción de esa presión externa que significa la política de presión
hostil de Estados Unidos sobre la Revolución y sobre la sociedad
cubana en su conjunto, eso sería favorable, beneficioso para
descompresionar internamente muchos temas dentro de Cuba. Por otra
parte, opino que el tema de la reconciliación es un tema en el cual
los cubanos de afuera y los de adentro han avanzado mucho más de lo
que se cree y las políticas deben responder a eso, deben ser
coherentes con ese nivel de diálogo, de un diálogo respetuoso de los
cubanos de adentro y los de afuera, que tienen ideas políticas
diferentes, porque hay muchos que no tienen ideas políticas
diferentes, y tienen en estos momentos un diálogo que sería un buen
modelo para que los dos gobiernos se pudieran entender.


Manuel Alberto Ramy es jefe de la corresponsalía de Radio Progreso
Alternativa en La Habana y editor de la versión en español de Progreso
Weekly/Semanal. 

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