viernes, 26 de septiembre de 2008

De la PGR a la CIDH: 12 años de tránsito en la desaparición de Alvarado López


El precursor del Frente Amplio por la Construcción del Movimiento de Liberación Nacional fue arrestado por agentes federales, que operaban al margen del gobierno
De la PGR a la CIDH: 12 años de tránsito en la desaparición de Alvarado López

MARGENA DE LA O ( )

Chilpancingo, 24 de septiembre. A 12 años de su desaparición a manos de presuntos agentes de Gobernación, todavía se desconoce el paradero del profesor Gregorio Alfonso Alvarado López, activista social que apoyó la lucha de los pueblos campesinos de Guerrero y Oaxaca. Su caso ha estado en tránsito entre la PGR y la Procuraduría del estado, y permanece abierto en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Es originario de la zona Mixteca alta de Oaxaca, del pueblo Santos Reyes Tepejillo, del municipio de Juxtlahuaca. Desde su llegada a Guerrero, en 1990, tuvo contacto con el sector democrático, y con los pueblos campesinos e indígenas, como el Consejo Guerrerense 500 años de Resistencia, Indígena, Negra y Popular.

Fue precursor de movimientos de unidad, y como muestras de esas agrupaciones de lucha, integraron el Frente Amplio por la Construcción del Movimiento de Liberación Nacional (FACMLN), pues en el gobierno de Rubén Figueroa se vivió una fuerte represión. Efraín Torres Fierro y Omar Garibay, también fueron desaparecidos por el esfuerzo del frente.

La desaparición

La tarde del jueves 26 de septiembre de 1996, transcurrió normal para la familia Alvarado Valdés, las precauciones de no viajar solo, el acoso, y ser vigilados por gente extraña, ya era normal. Por más de 10 meses fueron perseguidos por gente de Gobernación, vehículos sin placas rodeaban el domicilio que actualmente guarda la familia en la colonia Amelitos, en la periferia de esta ciudad, informó su esposa Norma Lorena Valdés Santos, en una entrevista en el plantón del ex Ineban, pues apoya la lucha del magisterio democrático contra la ACE.

La impuntualidad era algo que Gregorio no conocía, y la demora hizo suponer a su esposa lo peor. Ese día jueves, como cualquier otro que estuviera en Chilpancingo, pasaba por ella al IFE, su lugar de trabajo, en Zaragoza, a las 9:00 de la noche, pero tres horas de espera, confirmó su desaparición.

El último lugar que visitó fueron las oficinas de la organización de 500 años, y la última persona que vio, fue una persona de nombre Florencio, quien fue parte de la mesa directiva de la organización. Más tarde expulsado de la organización porque se descubrió que fue quien proporcionaba información al gobierno del estado.

El parte que las autoridades federales, les hizo saber que Rafael Copaba Balderas y Roberto Vázquez Villanueva, al parecer agentes de CISEN y Seguridad Pública nacional, fueron los que participaron en el proceso de vigilancia, hostigamiento y acoso a la familia, por tanto la detención.

Antonio Lozano García, que en ese entonces formaba parte Seguridad Nacional, informó al gobernador en turno, Angel Aguirre Rivero, que Gregorio había sido detenido por ataque a las vías de comunicación, pero nunca les presentaron una orden de por medio, y las autoridades nunca lo presentaron, “y eso confirma que la autoridad federal fue la que ejecutó la acción”, indicó.

Más tarde se argumentó que había sido una confusión, y que el detenido era Pedro Eligio Cabañas.

Lo que les permitió tener claridad de la desaparición, fue la declaración del secretario de Gobierno de ese entonces, Fermín Alvarado Arroyo, quien en octubre de 1996, informó que había grupos especiales de seguridad al margen del control del gobierno del estado, después lo desmiente pero le cuesta el cargo.

Eso les hace suponer desde entonces que el responsable de la desaparición fue el gobierno federal, encabezado por Ernesto Zedillo. Incluso dijo que Aguirre Rivero le confirmó que nadie de su gobierno llevó a cabo la detención.

Hasta hace tres años la PGR mantenía el caso en reserva (archivado), al parecer se turnó a Procuraduría del estado, “el expediente sólo andaba dando vuelta de un lado a otro”.

Fueron ocho años de trabajo permanente, pidiendo a las instancias estatales y nacionales el seguimiento del caso de Gregorio, pero permanece abierto en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, donde tampoco hay avance.

El haberle denominado el Comandante Hermenegildo del Ejército Popular Revolucionario (EPR), como salió publicado en la revista Proceso, aseguró que, es uno de los argumentos para desviar el origen de su desaparición.

http://www.lajornadaguerrero.com.mx/2008/09/26/index.php?section=sociedad&article=020n1soc

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