A 15 años de Aguas Blancas, llaman a unirse contra la represión y hostigamiento del gobierno de Zeferino

A 15 años de Aguas Blancas, llaman a unirse contra la represión y hostigamiento del gobierno de Zeferino



Karina Contreras

Aguas Blancas / Coyuca de Benítez

Bajo la consigna de “ni perdón ni olvido, castigo a los asesinos” cerca de mil personas de diversas organizaciones sociales marcharon para conmemorar los 15 años de la masacre de 17 campesinos en el vado de Aguas Blancas en Coyuca de Benítez.
En la marcha, convocaron a la unidad para enfrentar la represión y hostigamiento del gobernador Zeferino Torreblanca Galindo contra los luchadores sociales e insistieron en el castigo para el ex gobernador Rubén Figueroa Alcocer y el diputado local Héctor Vicario Castrejón a quienes señalan como los responsables directos de la masacre del 28 de junio de 1995.
Con una marcha de más de una hora y un evento político de dos horas, los diversos representantes de las organizaciones sociales y las viudas dieron a conocer sus posiciones y coincidieron que no son los tiempos de dar la lucha de manera aislada sino que “con un puño cerrado se pega más fuerte”. Al frente de la marcha iban varias mujeres portando 17 banderas de México con la leyenda del centenario y bicentenario.
Durante la marcha los oradores exhortaban a un acto unitario y solidario que “los fortalezca como organizaciones sociales” y no faltaron los reclamos para el gobierno de Torreblanca Galindo a quien acusaron de proteger a Figueroa Alcocer y que engañó al pueblo de Guerrero con falsas promesas que nunca cumplió.
Recordaron que han pasado 15 años desde la masacre de los campesinos en Aguas Blancas y es el momento que no se ha dado justicia para los familiares de los caídos.
Los oradores de la marcha manifestaron que ante la equivocación de votar por Torreblanca Galindo, las organizaciones deben cerrar filas y no luchar separadas, “no lucrar con el dolor de los familiares de los caídos y al contrario dar muestras de solidaridad y seguir exigiendo justicia para los asesinatos y desapariciones que se han dado en el actual gobierno”.
La marcha partió a las 11 de la mañana del poblado de Aguas Blancas, encabezada por la bandera de México. En una segunda línea iban algunas viudas, y luego los integrantes de las fracciones en que se dividió la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS), a la cual pertenecían los campesinos asesinados el 28 de junio de 1995 por policías del estado y por cuya matanza Rubén Figueroa Alcocer tuvo que dejar la gubernatura.
Las consignas no se dejaron esperar y a una sola voz que se escuchaba bajo el cielo medio nublado decían: “28 de junio no se olvida”, “Esta marcha no es de fiesta, es de lucha y protesta”, “Porque el color de la sangre no se olvida, la masacre será vengada por un pueblo organizado”, “Lucha, lucha, no dejes de luchar, por un gobierno justo, democrático y popular”, “Cabañas vive, la lucha sigue”, “Aguas Blancas no se olvida, es de lucha combativa” y “Ni perdón ni olvido, castigo a los asesinos”.
También portaban mantas donde se podía leer: “Aguas Blancas 15 años de impunidad”; otra con el rostro del fallecido escritor Carlos Monsiváis que decía “Hasta nunca Monsiváis” o “Figueroa y Vicario asesinos”.
La primera en tomar la palabra fue una de las viudas, Minerva Adame Mondragón, quien en nombre de éstas dijo que no pierden la esperanza que algún día se castigue al “chacal de Rubén Figueroa”, quien asesinó a sus esposos, no perdemos –dijo– la esperanza de que algún día llegue la justicia para las familias de los campesinos masacrados.
Luego tocó el turno a la dirigente de una de las fracciones de la OCSS, Rocío Mesino Mesino, quien recordó que a 15 años de la masacre de los campesinos lo único que ha habido es impunidad, pero una intensa lucha para lograr el castigo para Rubén Figueroa Alcocer, Héctor Vicario Castrejón, Esteban Mendoza Ramos y Mario Acosta Chaparro, quienes “mancillaron los cuerpos de los campesinos y dieron el tiro de gracia cuando su único delito fue exigir apoyos e insumos para el campo y exigir la presentación con vida de Gilberto Romero Vázquez”.
Acusó que el actual senador Ángel Aguirre Rivero, en su carácter de gobernador interino y por consigna de Figueroa Alcocer “persiguió a todos los luchadores sociales que participamos activamente en la lucha por justicia, fue así que fuimos objeto de una persecución sin escrúpulos donde hubo compañeros asesinados, encarcelados, perseguidos, asesinados y donde la OCSS fue la más golpeada”.
Dijo que Torreblanca ha llamado a los luchadores sociales transgresores de la ley y se preguntó que a lo que hizo Rubén Figueroa contra los campesinos cómo se le puede llamar y por ello, “exigimos que se reabra el caso de Aguas Blancas para que se enjuicie a todos los culpables, porque Aguas Blancas fue un crimen de estado. Adelantó que el caso Aguas Blancas será llevado a la Corte Interamericana de Derechos Humanos porque “queremos castigo para nuestros enemigos que gozan de total impunidad”.
Mientras que el abogado José Sánchez Sánchez manifestó que a 15 años de la masacre el “balance jurídico es desastroso” y coincidió que el caso de la masacre de los campesinos debe ir a la Corte Interamericana de Derechos Humanos; también convocó a las organizaciones sociales para unificarse en una sola fuerza.
Lo mismo dijo el dirigente del Movimiento Social de Izquierda, Ranferi Hernández Acevedo, quien precisó que nadie por si solo podrá vencer el sistema de injusticia que se tiene porque solo con la “unidad saldríamos triunfalistas”.
Por su parte el dirigente de la Unión Campesina Emiliano Zapata, Arturo Hernández Carmona, acusó a Torreblanca Galindo de ser “amigo” de Rubén Figueoa Alcocer, Acosta Chaparro y de Rogaciano Alba, quienes han cometidos delitos graves, mientras que contra las organizaciones sociales los ha hostigado y ha gestado una ola de represión contra los luchadores sociales. Coincidió que es el momento de unificarse porque se vive en un “estado de represión”.
El dirigente del Consejo de Ejidos y Comunidades Opositores al Proyecto La Parota (Cecop), Felipe Flores Hernández, también exhortó a la unidad porque es el momento de ésta para resistir los embates del gobierno zeferinista. También estuvo como oradora la integrante de Mujeres Solidarias, Rosario Merlín.
En su intervención el dirigente del Frente de Organizaciones Democráticas del Estado de Guerrero (Fodeg), y quien el 23 de junio en la madrugada fue detenido por varias horas, Bertoldo Martínez Cruz, también hizo un resumen del caso de Aguas Blancas en donde dijo que gracias a la unidad de las organizaciones durante nueve meses lograron la caída de Figueroa Alcocer porque “lógico, éramos más cabrones, pero divididos somos más mensos”.
Recordó que ni un día durante esos meses se dejó de hacer manifestaciones en las diferentes regiones del estado hasta que cayó el gobernador. Durante su discurso Martínez Cruz dijo que le mandaba un mensaje al gobernador Zeferino Torreblanca, de quien dijo está “enfermó de odio, está enfermo de poder y necesita un sicoterapeuta; yo me ofrezco para ver si sana para que ya no nos tenga tanto odio porque somos pobres. Y yo que siempre he sido altruista no le voy a cobrar ningún peso”.
No pudo dejar del lado la sucesión gubernamental de la que dijo: “para acabarla de chingar, todavía después de que se va (Torreblanca Galindo) nos quiere dejar a su jaguar, bueno se oye y se dice que es el candidato de Zeferino Torreblanca y de Rogaciano Alba, o sea, me refiero al ese mentado Ríos Piter, entonces hay que estar pendiente de todas esas cosas compañeros”. Pidió la unidad “para que nos defendamos como organizaciones hermanas”.
Entre los contingentes se pudo ver a los integrantes de la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE), sección 22 de Oaxaca y sección 14 de Guerrero; a los comuneros del Cecop, los estudiantes de la escuela rural de Ayotzinapa, el frente Lucio Cabañas, el Movimiento Democrático, los Mineros de Taxco, los integrantes de la Asamblea Popular de los Pueblos de Guerrero (APPG), e integrantes de la Liga Mexicana por los derechos Humanos, entre otros. 

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