MURIÓ EL POETA DECIMISTA GUILELRMO CHÁZARO LAGOS. PROMOTOS INCANSABLE DE LA VERSADA LLANERA.

MURIÓ EL POETA DECIMISTA GUILLERMO CHÁZARO LAGOS. PROMOTOR INCANSABLE DE LA VERSADA LLANERA.

México, DF. Jueves 18 de Marzo

Anoche me preguntó mi Mamá por Cházaro Lagos. Le dije que estaba en el puerto, que estaba hospitalizado, que Guadarrama estaba enviando un informe casi diario sobre su estado de salud. Le dije que estaban coordinándose con el hospital para llevarle versada y fandango. Me dijo que ¡Cómo! que si no le caería mal para su salud el agitarse y el emocionarse. Yo le dije que al contrario, que los médicos decían que eso le reanimaba. Que le caía bién. -Igual que a mi papá- me dijo. ¿Te acuerdas como movía sus manos imitando que tocaba su jarana mientras reposaba escuchando sus sones ya los últimos días?

Hoy en la mañana miro la noticia que envió Ramón Espino que me parte el alma. Inmediatamente la reenvío al Rincón de la décima haciendo memoria y escribiendo un breve pésame para su "familia y a la comunidad decimal que lo consideramos como un Padre y un indiscutible pilar de la décima".

Y es que es de esas personas de trayectoria intachable, a quien no se les encuentra un solo punto negativo en su vida. De esos que te ofrecen una sonrisa cuando te conocen. De esas raras personas que te recuerdan cuando te vuelven a ver. De esas personas que te dan palmaditas en la espalda y que te ofrecen palabras de aliento. De esas personas que siempre te dejan algo bueno y que además de ser toda una institución, todo un centro de atención y que con todo el peso moral que cargan, son capaces todavía, de no guardarse algún sabio consejo que te puedan dar y te lo dan. No se si me explique o no, pero quisiera explicar que entre los recuerdos que tengo de el y en unos instantes, segundos que conversamos, se mostró grande, fuerte, humilde, agradecido y sabio. Me dio las gracias (por unas décimas que yo le dediqué una vez) y me dijo: "la décimas son como las flores, las décimas hay que cultivarlas… como las flores", dos segundos mas tarde subió al foro donde lo esperaban reflectores, reporteros, cámaras y miles de personas.

Siempre que subió al estrado fue para homenajear a alguien, nunca para desacreditar a nadie, ni para hablar mal de nadie. Lo escuché decir también "La décima debe respetarse, nunca degradarse en irreverencias y no se que tantas cosas".

Cuando le aplaudían el realizaba los movimientos precisos de sus manos para repartirlos entre los presentes: "esos aplausos son para ustedes, yo los reparto entre ustedes".

Me llegan a la memoria aquellas palabras que yo no entendía, pero que sonaban tan bien: "En gonzaleño ligero, y un venado de andadura, desciframos la llanura del viento …", algo así decían esas frases que después me enteré que eran décimas. Y también recuerdo "…si pienso que al escribir me tiemblan de amor las manos, llanero en todos los llanos, seré siempre hasta morir".

Y desde luego: "Te digo prenda querida, jarocha de mis desvelos que si me marcho a los cielos no va a ser como una huida…"

Palabras que llevo siempre presentes y que en mucho me siguen animando para intentar escribir algún día versos tan buenos. Palabras que me orillaron a querer hacer décimas, a querer mirar los orígenes familiares. Palabras que me dejan siempre una guía con la que ando por el mundo y que me fueron formando poco a poco hasta poder ofrecerle a los soldados insurgentes: Un rosario con perlitas de la luna.

Un rosario que junto con una amiga, también dediqué a mis amigos y a mis hermanos.

Ayer mi mamá me dijo que cuando le iba a llevar mi libro a Cházaro. Que se lo llevara pronto. Sí se lo voy a levar –le dije-, ahora en semana santa. Según los correos que he visto parece que sigue mejor. Ahora en semana santa que vaya a Tlacotalpan lo paso a ver y se lo entrego.

Solo mi palabra escribo
con lápiz, carbón ó pluma,
cuando siento que se esfuma
mi verso con el olvido.
Ulises Trejo Amador.