Redacción / Zihuatanejo
Soldados del Ejército Mexicano rodearon y retuvieron por varios minutos al corresponsal de El Sur, en Zihuatanejo, mientras un par de jóvenes que viajaban en un motocicleta atrás del convoy del Ejercito huyeron y abandonaron el vehículo en el que viajaban.
Ayer, aproximadamente a las 13 horas, el reportero Noé Aguirre Orozco fue detenido por los militares sobre la avenida Morelos, justo frente al Hospital General; fue retenido e interrogado por fotografiar a soldados del 19 Batallón de Infantería que circulaban en dos camionetas.
El reportero tomó fotografías de las operaciones militares que realizaban los soldados en el centro de Zihuatanejo y cuando se encontraba a mitad de las escaleras del puente peatonal, ubicado a un costado de la entrada del Hospital General, unos metros más adelante del puente, sobre la carretera, se detuvieron las dos camionetas en las que viajaban los soldados, con unos ocho uniformados en cada una.
Los militares bajaron de los vehículos y corriendo en fila regresaron al puente, al mismo tiempo, atrás de la escena, también sobre la avenida, un par de jóvenes que se trasportaban en una motocicleta se detuvieron y al ver que los soldados iban en su dirección, abandonaron la motocicleta para huir corriendo con dirección a la calle del hospital.
El corresponsal optó por subir de nuevo al puente, para tomar otras fotografías sobre los hechos, pero el objetivo de los militares no eran los jóvenes que huían, sino que rodearon al reportero y empezaron a preguntarle en tono hostil por qué les tomaba fotografías.
Los soldados ordenaron al corresponsal que les mostraran las fotografías, pero éste se negó y les dijo que son parte de la cobertura que hace de las operaciones militares en la calle, por lo que dejaron de insistir.
Los soldados, que iban con el rostro cubierto con máscaras negras, le ordenaron que bajara del puente y le insistieron en que no les podía tomar fotografías; le preguntaron para qué eran.
Los pocos testigos que observaron los hechos se encontraban en la esquina del hospital, mientras tanto, el que interrogaba, acompañado de otros cinco militares, le pidió al corresponsal que se acercara más, pero al rehusarse éste, entonce le pidierom una identificación para tomar sus datos, siendo el mismo reportero el que anotó en una hoja de cuaderno su nombre y el periódico en el que labora.
Llamó la atención de los testigos el despliegue que los militares llevaron a cabo, pues se observó claramente la intimidación de la que estaba siendo objeto una sola persona, mientras que metros atrás la moto que fue abandonada por los jóvenes, no mereció atención de las fuerzas armadas.
Luego de unos 10 minutos de haber sido retenido y rodeado y luego de presentar su identificación como corresponsal de este diario, los soldados se retiraron diciendo, “aquí no pasó nada”.
http://www.suracapulco.com.mx/nota1.php?id_nota=73348
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