domingo, 1 de julio de 2018

Documento de CLETA "Gane quien gane"

¡Gane quien gane!

En noviembre de 2016 el CLETA UNAM emitimos un documento donde expusimos nuestra posición sobre el proceso electoral que se realizará en 2018 y en esencia va en cuatro líneas:
1.- Creemos en todas las formas de lucha aplicando en cada momento las que creemos convenientes. Esto depende del momento histórico.
2.- Aunque la lucha electoral la ejercemos poco, lo hacemos cuando se dan ciertas condiciones históricas (pusimos de ejemplo la lucha electoral de la COCEI en Juchitán en 1981 en que CLETA UNAM participó acertadamente), pero dejamos claro que no creemos que solamente con este método se pueda cambiar de raíz el capitalismo y logar la instauración de una sociedad comunitaria, colectiva, comunista.
3.- Caracterizamos los momentos actuales y consideramos que ante el proceso electoral de 2018 había que moverse bajo las siguientes tácticas: 

a) Apoyar la iniciativa del EZLN y la CNI para impulsar una vocera del Consejo Indígena de Gobierno (todavía no designaban a Marichuy) y el proceso organizativo que esto conlleva. 

b) Apoyar, crítica pero fraternalmente, las iniciativas honestas fundamentalmente las de Morena..

c) Aprovechar estas tácticas, para a nivel de base, tratar de acercar a militantes de Morena y la “sexta” que llegaban a afirmar que el EZLN era una construcción gubernamental (los de Morena) y a compas cercanos al zapatismo, que dogmáticamente se manifestaban contra toda acción de los morenistas.
4.- Independientemente de estas tácticas nuestra estrategia no cambia y se resume en seguir construyendo al CLETA (CLETA-UNAM), impulsando la estructura nacional e internacional de nuestra organización cultural que hace política, con los objetivos de construir “poder popular” e ir controlando territorio de manera autogestora.
A un año y medio de distancia emitimos este segundo documento que pretende guiar nuestras acciones tácticas para los próximos meses (después del 1° de julio) y lo hacemos público antes de las elecciones, pues no somos de los oportunistas que “nos subimos a la cargada” de los acontecimientos para no quedarse fuera de las limosnas y puestos que se llegan a generar, ni somos los dogmáticos que aplicamos etiquetas a los compañeros con quienes tenemos algunas discrepancias.

¡Gane quien gane!

Para el CLETA UNAM que Morena u otras agrupaciones ganen en algunas instancias de poder dentro del aparato burgués (ya sean federales, estatales o municipales), lo máximo que se logra es generar coyunturas para que podamos conseguir nuestros objetivos con menos riesgos y si laboramos acertadamente, quizá en menos tiempos. Sobre todo para aquellos que nos manifestamos por la transformación radical de la sociedad, que somos antiimperialistas, antisistémicos, antipatriarcales, luchamos por el socialismo, y que reivindicamos todas las corrientes de pensamiento que nos lleven al triunfo popular (incluyendo el marxismo).
Esto no está exento de riesgos, ya que como sucedió cuando el “cuauhtemismo” ganó posiciones, a partir de 1988 trajo consigo la mediatización y desaparición de muchas organizaciones que se planteaban hacer la revolución. En esto jugó un papel definitivo el nacimiento del Partido de la Revolución Democrática (PRD), con el requisito de la afiliación individual y la destrucción de valiosos procesos de organización popular, cultural y política. Algunas de estas agrupaciones que se disolvieron siguieron manteniendo cierta estructura dentro del PRD, que finalmente derivó, en la mayoría de los casos, en las llamadas “tribus” cuyo objetivo dentro de ese frente (que no partido), fue el conseguir puestos para sus afiliados y con ellos canonjías y prebendas… aunque hay excepciones pues conocemos en el PRD compañeros consecuentes, pero son los menos.
Caracterizamos que el resultado de las próximas elecciones, sea cual sea, no desaparece ni aminora la lucha de clases, que a nivel mundial está en momentos de grandes contradicciones, en el marco de una profunda crisis estructural del sistema capitalista.
Creemos que estamos en momentos semejantes a los acontecimientos previos que se dieron en 1968 en que la reconstrucción de la postguerra le dio al capitalismo una fuerza en que se apoyaba para aumentar la represión y la explotación. Sin embargo, la “liebre le saltó” en Francia con una de las huelgas más numerosas de la historia y la insurrección de grupos sociales, sobre todo de los jóvenes, muchos de ellos estudiantes. Como en cascada las acciones populares se sucedieron en todo el mundo
¿Dónde va a saltar ahora la liebre? ¿En Brasil con el golpe judicial que han dado los neoliberales para usurpar el poder? ¿En Estados Unidos donde los supremacistas guiados por Trump pretenden aplastar a todos los que no se plieguen a sus políticas? ¿En México donde después de que realicen uno de sus ya conocidos fraudes electorales les puede crecer la insurrección popular? ¿Dónde?
El triunfo de grupos que consideran que la raíz de la problemática es la corrupción y que no la ven como una consecuencia de la explotación capitalista, no garantiza ningún cambio estructural, pero si ahondará contradicciones interburguesas dando espacios para que avancen planteamientos más radicales. Y si siguen los mismos de hace 90 años en el poder, además de incrementarse la represión también crecerá la respuesta popular. Por ello gane quien gane la lucha contra la opresión seguirá en cualquiera de estos escenarios.

¿A qué le llamamos que se genere coyuntura?

Que suceda algo semejante a lo que pasó en la Ciudad de México en 1997 cuando ganó el “cuauhtemismo”, que más allá de que el oportunismo copó la mayoría de los espacios de poder formal, se presentó la oportunidad de que gente organizada y probada utilizara espacios, respondiendo a proyectos colectivos y no a ambiciones personales; pero hay que reconocer que también de 1997 a la fecha derivó en nuevos bribones que utilizaron esos espacios para corromperse y enriquecerse. Esta descomposición llegó hasta a organizaciones que con el pretexto de ser autogestionarias cayeron en el changarrerismo para resolver sus necesidades individuales por sobre de las del movimiento social.
Coyuntura es que por al menos al principio, se frene la represión despiadada que vivimos en este momento, en contra los luchadores sociales. Coyuntura es que temporalmente se puedan liberar espacios en beneficio de quienes luchan por un cambio radical. Coyuntura es que si se hace una buena labor se puedan ir radicalizando sectores y personas que entenderán que no basta con tener un puesto de poder, para que la clase dominante acceda a las justas demandas del pueblo. En fin, si ganan esos sectores progresistas, nacionalistas, democráticos y hasta de “buena fe”, habrá estas y otras coyunturas, y si no, habrá que prepararse para una lucha más frontal, más radical, más decidida. Pero gane quien gane, la lucha de clases seguirá, ya sea en una fase de mayores contradicciones o en otra, en que baje la represión pero que habrá que enfrentar otros fenómenos como la mediatización y la traición.


Sobre los tiempos inmediatos

En lo inmediato (segundo semestre de 2018) no habrá más cambios substanciales más que los que logremos imponer mediante la movilización y la acción popular.

No hay que olvidar que el cambio del poder formal es hasta el mes de diciembre, lo que derivará en que si lo pierden los PRIISTAS-PANISTAS (y los dirigentes deshonestos del PRD), utilizarán el tiempo que les queda para “amarrar” sus reformas estructurales tratando de que los que vienen no puedan hacer cambios profundos en su Reforma Punitiva (que ellos llama educativa); en la entrega del territorio a las mineras y todos los mega proyectos imperialistas (incluyendo la destrucción del vaso del Lago de Texcoco y toda la zona, con su aeropuerto de la muerte).Terminarán de sentar las bases para privatizar el agua de todo el país; terminarán de rematar la riqueza petrolera; tomarán medidas para poder aplicar el “semestre de Hidalgo” (pendejo el que deje algo); amarrarán acuerdos para que no se pueda hacer justicia cuando se descubran todas sus fechorías, etc., etc.

Con estas perspectivas, este semestre debe de ser de “dignidad, lucha y resistencia”, empujando para defender a nuestros militantes, incluyendo aquellos que tienen una incidencia social por su consecuencia y su tenacidad. Habrá que aprovechar cualquier resquicio para avanzar, impidiendo que el enemigo tenga pretextos para criminalizar a las organizaciones consecuentes y a sus integrantes.

También hay que aprovechar para aumentar los niveles organizativos y de unidad, como el ejemplo que nos están poniendo los integrantes del Consejo Nacional Indígena, la UPVA y la CNTE con sus movilizaciones tendientes a elevar los niveles de conciencia del pueblo y de organización.

Donde haya fraude electoral hay que aprovechar las contradicciones para avanzar y organizar desenmascarando al estado y a sus personeros antipatrióticos, detectando a aquellos que con una posición más radical están dispuestos a comprometerse más, no solo por tener un espacio en la estructura del poder, sino principalmente, a los que comprenden que esas contradicciones son producto de un sistema capitalista en decadencia.

Sobre los tiempos de Mediano Plazo

En caso de que mediante un fraude se impongan los de siempre, no cambiaremos la táctica esbozada para el segundo semestre de 2018, esta continuará de manera indefinida: “dignidad, lucha y resistencia”
Si hay cambios substanciales en la correlación de fuerzas políticas, entrando al poder los que pregonan como bandera máxima la lucha contra la corrupción, políticamente debemos de “tejer fino”, de lo contrario, corremos el riesgo de caer en posiciones de “radicalismo verbal” que nos aíslen de los trabajadores y no nos permitan cumplir objetivos estratégicos como contribuir a la toma de conciencia de clase de los explotados.

Además, es necesario establecer una política de alianzas (tácticas y estratégicas) que enfrente la posible mediatización de los integrantes de la organización, pues la necesidades económicas personales y el bajo nivel de conciencia, se traducen en lo que sucedió con un sector importante de integrantes del PRD de 1989 a la fecha: los oportunistas metieron su aserrín en las cabezas de luchadores sociales que terminaron mediatizados y luchando contra los principios revolucionarios.
En este marco es vital la formación ideológica de los militantes del CLETA y en general de quienes colaboren, simpaticen o aspiren a ser cuadros de nuestra organización (incluyendo los que ya lo son).

En cualquiera de los dos casos, gane quien gane, es fundamental que sigamos avanzando en la reconstrucción nacional mediante las CCLETA´s (Células Culturales de Lucha Emancipación, Transformación y Arte), que permitan la construcción de nuevas áreas culturales, además de las que ya tenemos, a saber: arte, educación con equidad de género, propaganda, agroecología y decrecimiento, salud popular (incluye medicina tradicional), gestoría y promotoría cultural, cultura f{isica y economía solidaria.
Igualmente, “gane quien gane”, seguiremos laborando en reconstruir e incrementar nuestra presencia nacional e internacional con la construcción de CCLETAS Internacionales y de proyectos en los que participa nuestra organización, asistiendo a festivales, conferencias, simposios, etc.
También es muy importante que “gane quien gane” sigamos siendo una organización autogestionaria e incrementemos las escuelas en las áreas que laboramos, que nos permita “competir” con calidad en cualquier terreno. Esto no con la intención de ganar premios, sino con el objetivo de motivar a nuestros hermanos de clase a sumarse a la lucha.
“Gane quien gane” es fundamental la formación ideológica de todos los cletos y compañeros que se acerquen a la organización. No buscamos artistas que sienten vergüenza cuando les llaman trabajadores del arte, tampoco agroecólogos de escritorio que no se ensucian las manos sembrando y luchando. Tampoco luchadores de género que no pueden ser consecuentes en sus acciones personales, y así en cada área. Para enfrentar los tiempos que vienen debemos de estar preparados y que la consecuencia no se limite a asistir a marchas, sino que necesitamos hombres y mujeres nuevos y nuevas, con una formación integral y muy completa. Esta la debe tener lo mismo un estudiante, un catedrático, que un campesino que haga la revolución sembrando y luchando por defender nuestro maíz de la invasión de transgénicos.

A Largo Plazo

En CLETA UNAM afortunadamente tenemos compañeros que han vivido toda la historia de la organización y reconocemos y valoramos su experiencia. Igualmente lo hacemos con los que aunque ya no militen en CLETA los reconocemos y se reivindican como “cletos históricos”: Nosotros no discriminamos a los viejos, los valoramos como lo hacen en nuestras culturas ancestrales.

Pero las determinaciones de la organización siempre se han tomado en colectivo. Por ello en los últimos tres años hemos realizado reuniones nacionales y la primera parte del XI Congreso del CLETA, entre otras instancias de toma de decisiones.

Lo que sigue en el largo plazo se particularizará en la segunda parte de nuestro XI Congreso Nacional que realizaremos en 2018 y en el XII Encuentro Internacional del CLETA que efectuaremos en 2019.

Por lo pronto hemos avanzado en algunas resoluciones importantes como son:
1.- Revocamos el acuerdo de que el CLETA es una organización política y nos definimos como una organización cultural que hace política, como lo fuimos desde 1973 hasta el año 2007.

2.- La estructura organizativa y de crecimiento nacional e internacional del CLETA se sustentará en las Células Culturales de Lucha, Emancipación Transformación y Arte (CCLETA´s) del CLETA.

3.- Se avanzará nacionalmente en la organización de las CCLETA´s ya existentes en varias partes de la república mexicana y la promoción de otras células mediante el siguiente procedimiento: donde haya una sola persona trabajando se le considerará un promotor, pero ya dos, conformarán una célula (una CCLETA) y donde se tenga un espacio autónomo será un Centro del CLETA.

4.- Junto con esta reconstrucción del CLETA Nacional se está impulsando la recuperación de los derechos históricos y la infraestructura del CLETA que ha sido abandonada o desvirtuada. Esto se hará siguiendo nuestro método tradicional de mostrar, con trabajo, que tenemos razón.

5.- Las CCLETAS´s y los centros del CLETA no se circunscribirán a las tres áreas de, arte, educación y propaganda que nos han definido hasta ahora, sino que será un proceso abierto donde además de otras áreas en las que ya estamos trabajando como salud popular, promotoría cultural, agroecología, lucha de género, diálogos ecosistémicos, artes marciales, entre otros, los CCLETA´s se abrirán a nuevas propuestas siempre y cuando caigan en la definición de células culturales de lucha, emancipación, trabajo y arte.

6.- El articulador de este proceso será el periódico El Machete.

Fraternalmente

CLETA

23 de junio de 2018

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