Se
la pasa borracho…el guacho
Hercilia
Castro
Todos los días es igual para él, levantarse, lavarse la
cara, ponerse la camisa a rayas que le gusta y casi no lava. Apenas y toma un
café de olla, si le da tiempo, y si no se va con su botella de mezcal de
Vallecitos que compra cuando va de visita. Se la pasa borracho.
Su rostro moreno ya está curtido por el sol, andará en
los 60 años, pero el ejercicio y la disciplina lo hicieron fuerte, duro, y
solitario. Ahora se dedica a pescar, alguna vez fue teniente y ahora sólo vive
del mar.
El mar lo abstrae, le hipnotiza, pero no puede quitarse
de la cabeza esas imágenes, eso que lo hizo mandar lejos al mundo, eso que se
llama miedo, remordimiento.
Gamaliel llega a platicar con él cada que anda cerca de
BuenaVista:
-¿Qué pasó mi soldado?, ¿pescaste hoy o ya andas tomado?
-No, ya pesqué ora´ vamos a tomar, te invito.
-No, gracias soldado, ya sabe que no tomo.
Los recuerdos atormentan al soldado y el alcohol lo hace
hablar: Sabes, Gamaliel, esto es una mierda. Yo fui guacho todo el tiempo,
desde soldado raso. Y nos mandaban a la Sierra, a ver que no hubiera
guerrilleros.
Pero la consigna era otra, confiesa: Nos mandaban a los
pueblos a violar todo lo que encontráramos, y si no lo hacíamos era traición.
Entrabamos a los pueblos a destrozar, dizque buscando la
guerrilla, y la orden era golpear, violar. Niñas, a los ancianos los dejábamos
casi muertos, embarazadas, se mataba a los hombres, muchas veces ni
preguntamos. Y no te podías negar porque era orden de arriba y era traición si no
lo hacías.
Sus ojos se pierden y agarra valor empinándose la botella
de mezcal: Eso es una mierda.
Pero ahora ganas bien, soldado, pescas, te la pasas
borracho.
El guacho ya no responde, sus ojos están vidriosos entre
el efecto del alcohol y de lo que pareciera, lágrimas.
Hubo una vez que entramos a un pueblo, la orden era
desaparecer a los hombres, pero todos se fueron contra las mujeres, acorralaron
a una embarazada y la empezaron a violar, yo sólo veía. Pero uno de los más
jóvenes no quiso violar a la mujer. Se encabronaron y lo acusaron de traidor,
era mi amigo. Lo acorralaron y entre todos lo violaron. No pude hacer nada.
Luego fuimos a otro pueblo, y había una maestra bonita,
bonita la muchacha. Pero la violamos, nos formamos, yo, no quería pero tuve miedo
de que me pasara lo mismo que a mi mejor amigo. Nunca he podido olvidarlo.
Gamaliel calla, y sólo atina a decir que eso ya pasó,
ahora vive bien, gana dinero con su pesca, puede emborracharse, buscarse una
mujer y tener una familia. Bueno, luego paso a visitarte, soldado.
Pero el soldado sabe que no será así, que el
remordimiento de las violaciones y lo que hizo en su labor patriótica no lo
dejará dormir. No tiene mujer, no tiene hijos, sólo el mar y su mezcal, por eso
se la pasa borracho, aunque ni el alcohol le quite la culpa.
Se la pasa borracho el guacho by Hercilia Silviana Castro Balderas is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International License.
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