Víctor
Ayala Tapia, desaparecido en un Grito
Hercilia Castro
Gatos Pardos
Guerrero, 15 de septiembre. Faltaban unas horas para el
Grito de Independencia, cuando un comando armado llegó a bordo de una camioneta
blanca y cerca de ella una patrulla de la policía municipal cuando entraron a
la fuerza por Víctor Ayala Tapia, en ese entonces, presidente del Frente Libre
Hermenegildo Galeana (FLHG) de Papanoa, municipio de Tecpan. Era el 2010.
Según un reporte
del Colectivo Contra la Tortura y la Impunidad (CCTI) circulado el día 15 de
septiembre, alrededor de las 10:00 de la mañana, seis hombres armados con armas R15 y AK47 que se transportaban en una
camioneta blanca Ford lobo 4x4 doble cabina, llegaron a su casa. Cinco hombres
bajaron y uno se quedó al volante. Le pidieron (a Víctor Ayala) que se
identificara, lo subieron a la fuerza y se lo llevaron con rumbo a San Luis San
Pedro. Se lo llevaron delante de su esposa Yaneth y sus pequeños hijos.
Aún era el gobierno de Zeferino Torreblanca Galindo
cuando el activista desapareció. Y es que Víctor, meses antes, denunció la
irrupción de la marina y el ejército de manera violenta en la comunidad de La
Ola, dónde golpearon a ciudadanos y catearon casas sin órdenes de aprehensión,
esto en 2009.
También, en ese entonces, el ex alcalde Nadín Torralba
Mejía consideraba a Ayala Tapia un incómodo ciudadano, puesto que el FLHG (ex organización campesina) luchaba
para que los hombres del campo pudieran tener apoyos productivos, lo que muchas
veces eran sólo promesas en tiempos electorales.
Papanoa era en 2010 una zona caliente, debido a la
violencia tanto de fuerzas federales como de grupos delictivos y autoridades
negligentes y convenencieras.
Susana Tapia Bahena y Agustín Ayala Tapia padres de
Víctor en su momento señalaron que “aquí no hay más, que es el gobierno el que
está en esto, así que yo exijo que me lo regresen con vida”.
“Se dedicaba a gestionar proyectos, pedía se arreglaran
las carreteras, para todos sus compañeros –y campesinos- a eso se dedicaba y pues no sé si sea delito
eso”, dijo Susana en 2010.
Bajo la denuncia penal GALE/04/328/2010-IX por
desaparición de persona, quedo asentado en el Ministerio Público de Tecpan de
Galeana el hecho violento que sufrió el activista.
“Te va a llevar la chingada” era la frase de las
constantes amenazas que había recibido, o palabras obscenas como “te va a
llevar la chingada” o “te van a chingar en cualquier ratito” eran las amenazas dos meses de que desapareciera Víctor, reveló
su esposa Yaneth Sánchez Regalado.
Javier Monroy Hernández coordinador del Taller de
Desarrollo Comunitario (Tadeco) en su momento criticó que la desaparición de
Ayala Tapia era parte de la criminalización a las organizaciones y activistas,
y la demora de la búsqueda del activista que fue sacado a la fuerza de su hogar
se debió a la burocracia pues fueron días feriados.
Los días y meses, que siguieron fue una pesadilla para
los hijos de Ayala Tapia, pues sus familiares sufrían amenazas, y la hija menor
de Víctor entró en una fuerte depresión según contó Yaneth Sánchez.
“No hemos tenido
ningún resultado por parte de las autoridades desde hace tres años, desde que
se lo llevaron; son tres años que hemos vivido en la desesperación y la
incertidumbre de qué pasa con él. Puras mentiras, puras promesas, pero sin
tener respuesta”, dijo.
Yaneth subraya que la desaparición de Ayala Tapia ha sido
un golpe muy duro para sus hijos: “mi niña no se puede acostumbrar a estar sin
su papá, llora, a veces no come, se me empieza a poner triste”.
A cinco años de su desaparición, nadie sabe nada, ni las
autoridades recuerdan al activista, ni los medios mencionan su nombre. Es, solo
un número más en la estadística de desaparecidos, en la que, vergonzosamente
resalta México.
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