En nuestro país se están
recrudeciendo las condiciones de miseria y desigualdad que han generado desde
hace varias décadas los gobiernos que responden a intereses del gran capital.
En este contexto se enmarcan las reformas estructurales que se pretenden implementar
durante este sexenio, las cuales representan una violenta embestida para el
proletariado en su conjunto.
La reforma laboral por su parte
legitima la súper explotación del trabajo legalizando condiciones infrahumanas
que ya se venían dando en campo laboral. La reforma educativa pretende despojar
de estabilidad laboral a los profesores así como convertir a la educación en
una mercancía y formar obreros capacitados que respondan a las necesidades del
mercado.
En este mismo sentido van las
reformas educativas al interior de la UNAM, particularmente a los planes y
programas de estudio en los colegios de ciencias y humanidades, los llamados 12
puntos. Los cuales atentan contra la esencia de los Colegios de Ciencia y
Humanidades despojándolos del sentido crítico y humanístico que los
caracteriza. Dentro de estos planes para “renovar” las escuelas de la UNAM se
encuentra también el modelo de seguridad recomendado por la Asociación Nacional
de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), que la
rectoría de la UNAM ha desechado públicamente, pero que sigilosamente esta
implementado en la FES, ENP y CCH´s. Estas recomendaciones, se han
materializado en cámaras, torniquetes, credencialización digital y la
restricción del acceso al pueblo que mantiene la universidad.
En torno a estas medidas que se
pretenden imponer en la UNAM, ha surgido una efervescencia que se ha
manifestado en asambleas estudiantiles y brigadeos informativos que despertaron
poco a poco el interés de la comunidad estudiantil en dichas reformas y a la
par de la crítica y el análisis, el rechazo. En febrero de este año, las
autoridades universitarias asestaron un golpe contra la efervescencia
estudiantil que definió el rumbo de la lucha, pues inventaron un montaje contra
estudiantes organizados del CCH Naucalpan, expulsándolos, deslegitimándolos,
señalándolos y ridiculizándoles ante la opinión pública, las autoridades
universitarias fueron apoyadas por la prensa más reaccionaria del país.
Ante esta problemática la
Coordinadora General de los CCH´s apoyada por otras organizaciones
estudiantiles políticas y sociales, el 6 de febrero ocupa las instalaciones de
la Dirección General de los CCH´s ante este hecho la directora Lucia Laura
Muñoz Corona no cede en ninguna de las exigencias, dejando el descontento
latente.
Ante esta cerrazón de las
autoridades y la negativa de escuchar las demandas estudiantiles, los
estudiantes deciden continuar la movilización: marchas, mítines, brigadeos
informativos. Y dicha movilización culmina con la ocupación de una parte del
edificio de la rectoría el viernes 19 de abril. Esta medida responde a la
desesperación de los compañeros por la nula capacidad de diálogo y respuesta de
la rectoría de la UNAM (quienes respondieron cerrando las puertas del edificio
y apagando las luces al llegar la movilización).
El plantón sostenido dentro de
rectoría en un principio genero una antipatía casi generalizada de la comunidad
universitaria. Sin embargo a medida que las asambleas de las facultades de
Ciudad Universitaria se han acercado a dialogar con los estudiantes que se
encuentran en el plantón, estas, las asambleas, han hecho suya la toma,
dotándola de legitimidad. Las demandas que sostienen esta toma son:
1.-Garantizar que no habrá
represalias a los que integran este plantón.
2.-Desistimiento de toda acción
penal, que interpuso y las que puedan interponer las autoridades de la UNAM.
3.-La reinstalación de los
estudiantes.
¿Por qué decir NO a la decisión
del rector José Narro, de que entre la Policía Federal a la UNAM?
Ante este panorama de
movilización estudiantil, el rector José Narro Robles levanto demandas (el
viernes 19 de abril) ante la Procuraduría General de la República quien tiene
la decisión de ordenar la intervención de la Policía Federal para desalojar a
los ocupantes de rectoría. Esto es sumamente preocupante, que en un recinto
donde se promueve el dialogo, el análisis y la crítica se pretenda resolver un
conflicto mediante el uso de la fuerza del Estado.
Cabe mencionar que Manuel
Mondragón y Kalb (Comisionado Nacional de Seguridad Pública) fue parte de la
organización del operativo policiaco del 3 y 4 de mayo del 2006 en San Salvador
Atenco y que dejo como saldo más de 40 mujeres torturadas sexualmente, dos
asesinatos y más de doscientos detenidos los cuales fueron torturados física y
psicológicamente. Mondragón también estuvo al frente de los operativos durante
las protestas en contra de la toma de posesión de Enrique Peña Nieto, y que
resulto en un sin número de irregularidades según la propia Comisión Nacional
de los Derechos Humanos del Distrito Federal. Estos antecedentes nos dan una
idea de las formas con las que se manejan y la manera en que particularmente
desalojarían rectoría con el respaldo de las autoridades universitarias.
Las asambleas de diversas
escuelas y facultades de la UNAM y de otras instituciones educativas se han
pronunciado contra esta medida y anunciaron que si entra la Policía, ¡Narro se
va!
Colectivo estudiantil Revuelta
Abril del 2013
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