Gatos Pardos

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Discriminación, ese dolor de cabeza en México

Hercilia Castro

Nadie puede hacernos sentir inferiores sin nuestro consentimiento. -Eleanor Rooselvet

Hoy el Día Nacional contra la Discriminación en México, sin embargo, queda lejana la lucha contra este fenómeno que aún sacude nuestro país, así se viva en las urbes como en las comunidades rurales de la provincia.

Como una realidad, el rechazo a lo “diferente” continúa siendo objeto de los mayores estigmas: La Diversidad y Género, la libertad sexual, el ser mujer, tener capacidades diferentes, tener una enfermedad, ser negro, blanco, indígena, provinciano, citadino, iletrado, pobre, migrante, sureño, norteño, obrero, afro mestizo, obeso, flaco, niño, niña, anciano, de izquierda, estudiante, desempleado, nini, creyente, ateo, o prole.

Porque todos discriminamos, o lo hemos hecho, y el que diga que NO, está mintiendo.

Carece nuestro país (y muchas sociedades en América) del respeto hacía el otro, la otra, y se condena a la exclusión del ser, en una sociedad globalizada y llena de falsos moralismos o fanatismos que impiden al ser desarrollarse como tal.

No es de extrañarse que en un país condenado a seguir los estereotipos de la moda que nos venden los medios de comunicación, se haga alarde a que mujeres y hombres deban (por obligación) ser delgados, sanos, vestir bien, tener el último artefacto tecnológico de moda, un estatus cómodo en donde no cabe la imperfección.

Como ejemplo, tenemos aún generaciones que en sus casas enseñan a sus hijos a decir: Pinche maricón, esa es puta, es una zorra, no te juntes con él, te va a pegar el Sida, eso le pasa por joto, es un naco, esa es lesbiana, no dejes entrar al tullido, pinche negro, indio bajado a tamborazos, vieja pendeja, es prole, pinche analfabeta, ella no juega porque es niña, no le hables a la bruja, ese es comunista, ateo tenía que ser, ese es testigo de Jehová, gato asqueroso, pinche perro, es un pendejo, entre otros adjetivos.

Las redes sociales no se salvan como el Facebook o el Twitter, con fotos discriminatorias y hastags o Trended Topics donde el cibernauta refleja su odio, la discriminación, tales como #Frasesdegordas, #Teníaquesernegro, #Sinovestelevisasíguemeytesigo, #EsdeIndígenas  y donde sólo se proyecta la más pura discriminación.

Estoy de acuerdo con la crítica, pero sólo la crítica a aquellos que dicen gobernarnos y viven de nuestro erario y cometen abusos en contra de nuestro México, son figuras públicas que no satisfacen lo que de verdad necesitamos para sobresalir como pueblo: La educación y cultura.

La Comisión Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), creada en 2003, se ha dedicado en pocos años, a documentar los casos de este mal que purga aún nuestra sociedad, sin embargo, poco ha logrado y queda al final como un elefante en blanco cuando en las escuelas no se enseña el respeto al otro, la otra.

De igual forma, la Comisión Nacional de Derechos Humanos no hace nada para erradicar la discriminación hecha por servidores públicos al rechazar en un trabajo a los adultos mayores, o en el caso de las escuelas, que se deja sin derecho a la educación a aquellos niños con capacidades diferentes, o que sufren alguna enfermedad, sea crónica degenerativa, cáncer, o VIH-SIDA u otra.

Habría que analizar cómo es que muchas organizaciones hablan también del respeto a los derechos humanos, sin embargo, se avocan a los problemas inmediatos como la defensa al territorio, los feminicidios, la homofobia, pero se sigue sin impartir una clase o talleres donde se entienda, no somos diferentes.

Mientras siga la cultura de la discriminación en todos los ámbitos, contra todos los grupos vulnerables, el agandalle de estacionarse en los lugares de personas con capacidades diferentes, la falta de respeto a la diversidad sexual, el juzgar a una mujer como “puta” por ejercer su libertad sexual y su derecho a decidir sobre su cuerpo, de nada servirá resaltar que existe un Día Nacional contra la Discriminación en México.

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