CASI Todos/as son Iguales.
Estamos en las vísperas de la conmemoración oficial de un año más del grito de Independencia en México, un año más en el que se repiten las viejas consignas patrióticas a favor de nuestra identidad de mexicanas/os; quien ocupa el cargo de Presidente de la República dice un discurso acartonado casi siempre, enalteciendo a “los héroes y las heroínas que nos dieron patria” y poco se dice de las posturas transformadoras de esos personajes de la historia nacional, menos se habla de quienes les persiguieron, señalaron, excomulgaron y hasta asesinaron, nada se dice del ala conservadora que trató de cerrar el paso a los independizadores pues pugnaban por mantener una Monarquía; ni de los conservadores aliados a la Iglesia que perseguían por todo el país a Benito Juárez y trataron de impedir las Reformas que hasta la fecha son fundamentales en el contenido mismo de nuestra Constitución Política, los conservadores actuales no reconocen que hasta esta fecha siguen teniendo reticencias con muchas de esas reformas; pretenden dejar en el olvido que los Revolucionarios como Zapata, Villa, Madero, o los Flores Magón, fueron víctimas de sendas traiciones y que la clase política que hoy tiene en la miseria al país es heredera directa de los que traicionaron las causas de la Revolución Mexicana.
Mucho menos se reconoce que el proceso independentista comenzó con la llegada misma de los españoles, que la resistencia la iniciaron los grupos originarios que fueron masacrados por la peste y las armas de fuego y dominados por la religión y el hacinamiento.
Y es que como en la tradición indigenista que enaltecía de manera propagandística Porfirio Díaz, y tenía como política: el indio bueno es el indio muerto, hoy la clase política y quienes les dictan lo que deben hacer, exaltan con mucho ahínco a las/os revolucionarias/os muertas/os, aseguran enorgullecerse de los movimientos insurgentes que permitieron cada uno de los avances en el país, pero satanizan a toda persona que hoy trate de modificar una pizca de su régimen de privilegios, nos señalan, nos persiguen, esperan sigilosamente los momentos de mayor debilidad para aplastarnos, mientras tanto, infiltran los movimientos, tratan de cooptar a eslabones flojos, nos someten a un golpeteo sistemático e intentan por todos los medios que no seamos vistos ni escuchados; por ejemplo cuando Vicente Fox entró al gobierno, su más grande proyecto era el de un nuevo aeropuerto en una zona cercana a la Cd de México; el territorio elegido fue entre los municipios de Texcoco y San Salvador Atenco, ese megaproyecto le habría significado una gran fortuna, pero para su mala suerte, los territorios sobre los que pensaba construir estaban ocupados por población pauperizada cuyo principal ingreso era precisamente su tierra; intentaron a través de una negociación alevosa, comprarles esos terrenos en una miseria, a quienes no aceptaron los amedrentaron, fue ahí cuando surgió el Frente Nacional en Defensa de la Tierra que resistió hasta los últimos meses de su sexenio, hasta que fueron violentamente aplastadas/os por las fuerzas federales en complicidad con el gobierno priista de Enrique Peña Nieto, sí ese que dice encabezar las filas del Nuevo PRI, del PRI democrático, plural, abierto. El resultado fue de 26 mujeres violadas, dos menores de edad asesinados por las fuerzas del “orden” y muchos encarcelamientos por motivos políticos que de no ser por la movilización de organizaciones defensoras de los derechos humanos, estarían en el olvido.
Ese episodio, sin duda el más oscuro de la gris etapa foxista, marcó un precedente negativo para el siguiente proceso, pues a fuerza de botas, balas de gas e impunidad, como lo hicieron sus antecesores priistas, consolidando su actitud claudicante frente a la posible transición democrática. Vicente Fox no solo pasa a la historia como traidor, sino como ineficiente y represor. Y ese nefasto cierre de sexenio nos ayuda para entender la siguiente coyuntura electoral, la nula transparencia, el fraude y los fallidos mecanismos de legitimación de Felipe Calderón que como su antecesor a fuerza de botas, balas de gas y de plomo, impunidad, corrupción y miedo, ha tratado de legitimarse en un puesto que nunca le perteneció; si Fox es claudicante de la transición, Felipe Calderón ha traicionado y herido de muerte a la insípida democracia nacional, y donde no hay democracia y sí balas, se le llama dictadura.
Sembrar pánico en la población ha sido su táctica más redituable, los grupos de poder de esta forma, paralizan la economía, la mueven hacia donde quieren y pretenden legislar para perpetuar su ominoso régimen; a través de opiniones cooptadas por ejemplo, nos dicen que la crisis de seguridad es tan grave que urge se apruebe la Reforma Política para empoderar a la ciudadanía (como si la ciudadanía estuviera en condiciones materiales para competir al sistema de partidos) y que es mejor entonces que exista reelección de los legisladores para evitar a políticos/as “chapulines” y obligarlos/as a que rindan cuentas si es que se quieren reelegir, lo cual me despierta dos dudas: ¿no están obligados desde ahora a dar informes? Y sobre todo con el sistema electoral corrompido, en el que malos funcionarios – véase el caso de Eruviel Ávila por ejemplo – son capaces de comprar votos y brincar de un puesto a otro, ¿qué nos garantiza que quien se reelija de verdad es por haber hecho un buen trabajo y no porque tiene cooptada determinada cantidad de voto duro?
En este complejo sexenio, también hemos sido testigos de la cooptación de dirigentes de izquierda, que cada vez más se muestran “solidarios” con Felipe Calderón y prestos a acordar con el desesperado Partido Acción Nacional, que termina el sexenio muy por debajo en las preferencias electorales y examina las posibles formas de que la entrega de la silla presidencial le perjudique lo menos posible. Y por el otro lado, Calderón consciente de que esa izquierda negociadora necesita de las coaliciones amplias para desplazar a la izquierda – movimiento, amedrenta, chantajea y maneja sus tiempos. Por eso cuando necesitaban de la aprobación de la Ley de Seguridad Nacional (fascista) Felipe dijo que de ninguna manera aceptaría una alianza con Marcelo Ebrard para contender a la Presidencia de la República, ¿cuál fue el resultado? La aprobación en lo general en ambas cámaras de esta Ley por las tres principales fuerzas políticas (PAN, PRI y PRD representado en dos figuras que pertenecen a esa izquierda negociante: Carlos Navarrete en el Senado y Armando Ríos Piter en la de Diputados).
Mientras tanto el PRI, el mismo PRI que traicionó el proceso de socialización de Lázaro Cárdenas, que asesinó estudiantes en el 68 y en el 71, el PRI del FOBAPROA, de la cooptación de los movimientos sindicales, del magisterio, el PRI creador de Elba Esther Gordillo, de los Salinas, de Montiel y su ahijado Peña Nieto; ya se apuntala y se frota las manos pues aseguran que encabezan por un amplísimo margen las preferencias electorales; a pesar de cogobernar con el PAN, se lavan las manos, dicen que el responsable de la crisis nacional es exclusivamente Felipe Calderón, que ellos sí saben cómo contener la potencia del crimen organizado, aunque olvidan mencionar que los estados más violentos del país son precisamente los que ellos gobiernan.
Y es ahí, en los estados de la República, donde aún prevalece el régimen de los Virreyes intocables y autoritarios, donde prevalece el oscurantismo, donde gobiernos sin ideología, ni más proyecto que el de perpetuar sus cotos de poder, aplastan a quien disiente, como en los casos de Chiapas donde el castigo para quien no está con el gobernador es la cárcel, o Veracruz donde acaban de apresar a dos jóvenes twittera y twittero, acusándola/o de terrorismo, o Sonora donde hoy se prenden los focos rojos, pues como en Atenco, el movimiento de resistencia que defiende sus tierras en la región al sur del estado, encabezado por los Yaquis, está siendo asediado por no aceptar la construcción de la presa el Novillo, pues ello implicaría el desplazamiento de la población y arrebatarles los recursos naturales que por siglos han defendido, y si al principio de su sexenio Calderón aseguró que la comunidad Yaqui había desaparecido, es muy probable que al final (insisto como lo hizo Fox con el movimiento en Atenco) implemente un operativo para desaparecerla de verdad.
La misma situación pasa en el Estado de México, con casi mil feminicidios en lo que va del sexenio de Peña Nieto, sin haber resuelto el caso de la represión en San Salvador Atenco y con las cuentas menos transparentes de todo el país, donde están sumergidas/os la miseria más de 5 millones de personas, de las cuales 3 millones no tienen acceso siquiera a la canasta básica. Y aún así, sin saber gobernar, sin un proyecto de nación, siendo claramente títere de Salinas de Gortari y con él de las mafias en el poder; los medios de comunicación oficiales nos venden la idea de que Enrique es el perfil óptimo para gobernar el país.
Desolador panorama de costa a costa en todo el país, justificación suficiente para que la derecha que por dos siglos ha servido a intereses imperiales, permita la entrada de las policías estadounidenses y estos continúen de una forma u otra dictando la política económica, social y de seguridad que debemos implementar en el país, aunque claro, no es para beneficio de las/os mexicanas/os sino del país norteamericano y de sus aliados mexicanos que no son más que un grupúsculo de mafiosos.
Por eso me parece nefasta la actitud de esa izquierda negociante, pues se está entregando al país estado por estado, agotando los recursos naturales para beneficio de una élite, y aquellos/as pactando qué parte del pastel podrido les va a quedar. No es digno, no está bien: la izquierda ante todo debe priorizar el beneficio común sobre los privilegios de unos cuantos.
Por ello en el marco de la Campaña contra el Olvido, es nuestra obligación decir que México no es independiente, que las condiciones de vida de la ciudadanía son precarias y son un grupo minúsculo de mexicanos que obedecen a intereses extranjeros los que determinan el rumbo del país, que estas condiciones de inseguridad, de pavor y de miseria de la inmensa mayoría les benefician a esos. Lo malo para millones de mexicanas/os es bueno para la derecha.
La clase política CASI en su totalidad ha asumido una actitud permisiva, y ello facilita la desesperanza, pero en ese CASI recae precisamente el peso de la historia, porque existe una minoría que por suerte ha demostrado que sabe gobernar y ha sido capaz de mantener una sólida crítica al actual régimen neoliberal, aún habemos quienes sí reconocemos que la prioridad es el beneficio común, que creemos en la posibilidad de cambio y que la riqueza de nuestra nación debe ser para todas/os las/os mexicanas/os.
El peor error de la población, harta de la clase política corrupta y entreguista, es dejar la política, es decir las decisiones que nos conciernen a todas/os en manos de esa misma clase política, que por culpa de toda esa maraña de corruptelas en la que la inmensa mayoría se ha visto inmerso, la población siga diciendo que TODOS SON IGUALES.
Ahí en el grueso de la población, también encontramos el más profundo miedo de estos grupos en el poder: que los resentimientos de la sociedad se vuelvan odio, el odio indignación, la indignación conciencia y que una vez más, la sociedad civil organizada salga a abarrotar las calles a exigir cambios; y con las experiencias de fraudes y derrotas acumuladas, estoy seguro de que esta vez, cuando la sociedad rompa las cadenas del miedo y la apatía nadie impedirá las transformaciones urgentes para el país.
El movimiento independentista inició con la llegada de los españoles y culminará precisamente el día en que la sociedad y las/os políticas/os honestas/os le arrebaten el poder a los mafiosos.
Más temprano que tarde la cómplice apatía dará paso a la dignidad rebelde, insurrecta, transformadora y con sus propias reglas habremos de vencerlos como dice Andrés Manuel, en buena lid, porque este país lo que necesita no es más violencia, ni derramamiento de sangre.
Eder Guevara Martínez @EderGuevaraMtz
No hay comentarios.:
Publicar un comentario