martes, 7 de junio de 2011

El Charco, a 13 años de la masacre

Durante la gestión de Ángel Heladio Aguirre Rivero como Gobernador del Estado de Guerrero, la madrugada del 7 de junio de 1998, en una escuela en El Charco, municipio de Ayutla de los Libres, un grupo de elementos del ejército mexicano comandados por el General Alfredo Oropeza Garnica, masacró a 11 indígenas e hirió a 5 mas.

Los indígenas se encontraban durmiendo después de haber participado en una asamblea para tratar temas de producción de sus comunidades.


* Para leer la información completa dé un clic sobre el título del post *

A continuación fragmentos de un informe sobre la masacre de El Charco, realizado por la Liga Mexicana por la Defensa de los Derechos Humanos:

En la comunidad de El Charco, municipio de Ayutla de los Libres, Estado de Guerrero, durante la madrugada del 7 de junio de 1998, elementos del Ejercito Mexicano rodearon la escuela primaria "Caritino Maldonado", en la cual se encontraban dormidos varios indigenas, quienes participaban en una asamblea para tratar asuntos relacionados con proyectos productivos para sus comunidades.

Segun los sobrevivientes el Ejercito Federal rodeo el lugar e irrumpio, disparando y lanzando dos granadas de fragmentacion, lo que provoco 11 muertos y 5 heridos que quedaron detenidos junto con otras 22 personas, quienes fueron trasladadas (contrariamente a lo que establece el derecho) a las instalaciones de la Novena Region Militar, en Cumbres de Llano Largo, lugar donde fueron retenidas y sometidas a tortura por dos dias. Entre las personas se encontraban 5 menores de edad, quienes el 9 de junio fueron trasladados al Albergue Tutelar para Menores Infractores en Chilpancingo, exceptuando un menor que se encontraba herido y permanecio en el hospital naval durante un mes.

Al lugar de los hechos se impidio la entrada de periodistas y de ONGs defensoras de derechos humanos hasta despues de 2 dias; tiempo en el cual las autoridades se encargaron de borrar todas las evidencias de los hechos.



Resalta la declaracion Ministerial de Erika ZAMORA PARDO quien señalo "mi declaracion ante el MPF fue obtenida bajo presion de los agentes de Gobernacion, quienes me obligaron a declarar y a involucrar a personas. Esta declaracion fue firmada bajo tortura, ya que me vendaron los ojos, me desnudaron y me dieron toques electricos en los pies, me inyectaron y me obligaron a ingerir sustancias desconocidas, me amenazaron con desaparecerme, esta declaracion fue filmada y grabada en la zona Militar...el Ejercito fue el primero en disparar, que la gente estaba desarmada y que a pesar de que se rindieron y pidieron perdon los mataron, a algunos heridos les dieron el tiro de gracia". Es importante señalar que en dicha declaracion tambien se le obligo a vincular a dirigentes sociales como Rocio MESINO, dirigente de la Organizacion Campesina de la Sierra del Sur (OCSS) y a Ranferi HERNANDEZ ACEVEDO, es diputado local y exiliado en Francia.



VERSIONES CONSTRASTANTES

La ex alcaldesa de Atoyac, Maria de la Luz NUÑEZ RAMOS, envio al Presidente Ernesto Zedillo una carta en la que señalaba que no es creible la version del "enfrentamiento casual", cuando al mando del mismo estuvo el general Alfredo OROPEZA GARNICA, jefe de la 27 zona Militar, cuyo cuartel esta a mas de 100 km. Recuerda que el general fue victima de una emboscada el 24 de mayo de 1997 en el Guanabano, lo que puede explicar la crueldad y saña con la que decidieron exterminar a los sitiados en El Charco.

De acuerdo a la version del comisario municipal, Panfilo SANTIAGO HERNANDEZ y Julio Leocadio"los agarraron por sorpresa, cuando estaban durmiendo en la escuela, los integrantes del grupo armado fueron masacrados en ese lugar, y tememos por los detenidos y heridos, son personas inocentes, pacificas, de la comunidad, que no tienen vinculos con el EPR".

Version del ERPI dada a conocer en medios de comunicacion. No fue un encuentro casual como lo planteo ya que primero se envio una unidad de fuerzas especiales al mando de kaibiles entrenados en Guatemala, seguidos de 28 batallones de infanteria, ademas de otros soldados, sumando alrededor de un millar de efectivos militares al mando del General OROPEZA GARNICA. Dejando sus vehiculos en la comunidad de Tepuente, caminando en silencio hasta El Charco. Despues ocurrio la masacre, ya que los 4 combatientes que se rindieron fueron asesinados y los otros 7 muertos eran campesinos indefensos, asesinaron a cinco en la escuela y dos en la cancha.



Testimonio de Francisco CRISTINO CRECENCIO. Internado en el Albergue Tutelar para Menores Infractores en Chilpancingo.
Soy indigena mixteco, que a los 13 años de edad, fui herido de bala en el brazo izquierdo el 07 de junio de 1998 en El Charco Ayutla de los Libres. Ahora ya cuento con 14 años. Ese dia estaba yo en uno de los salones de la escuela "Caritino Maldonado", junto con otras personas de diferentes comunidades, lugar en donde nos citaron para escuchar platicas sobre problemas comunitarios comouso de fertilizantes, realizacion de proyectos productivos, etc. Ya estabamos dormidos cuando en la madrugada llegaron los militares, rodearon la escuela ay nos gritaron, pero yo no entendia ya que no hablo bien el español, solo el mixteco, no entendia lo que ellos decian y nos dispararon despues dejaron de disparar y mas tarde continuaron disparando.
Rompiendo las ventanas de los salones con, los disparos y una bala entro fue la que me hirio, en ese momento, con un rozon en el pecho - yo no tenia ninguna arma- , y comence a sangrar y a tener fuerte dolor en la herida; sintiendome muy debil, al grado que estuve tirado en el piso del salon sin poder levantarme.
Horas despues comenzaron a salir con los brazos en alto las personas que estaban conmigo en el salon, yo al no poder salir con los demas entraron los soldados a sacarme y fue cuando vi a varios heridos en el suelo de la cancha de Basquetbol, Despues me llevaron en un helicoptero militar al Hospital Naval Militar de Acapulco donde estuve 7 dias con mucha vigilancia de marinos y solo me lavaban la herida por fuera. No me operaron. De ahi me trasladaron al Hospital General de Acapulco "civil"; donde me tuvieron un mes y 5 dias, me operaron en 3 ocasiones y me pusieron una ferula de yeso. Despues me trasladaron al Albergue Tutelar para MENORES Infractores, estando aqui me han sacado al Hospital "Manuel G-A" en la Ciudad de Medico, donde me hicieron un transplante de "nervios", que me quitaron de los pies. Pero ya fue tarde esta operacion ya que quede semiparalizado de la mano y muñeca izquierda, aun con los ejercicios de rehabilitacion que me realizaron en el DIF, de Chilpancingo.
fuente

En esta otra nota, que describe ampliamente la experiencia de Erika Zamora Pardo en los hechos, se presenta un fragmento de lo acontecido el día de la matanza:

Erika Zamora Pardo terminó sus estudios en el CCH e ingresó a la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Es hija de campesinos hidalguenses y fue presa política durante cuatro años.

En colaboración con la Organización Indígena de Pueblos Mixtecos y Tlapanecos, fue a alfabetizar a Guerrero, donde los indígenas trabajan en pro de su autonomía. Después de una asamblea de comunidades, especialmente mixtecas, en Ayutla, una comunidad más marginada que las comunidades de Chiapas (dicho por los propios indígenas chiapanecos que pasaron por ahí durante la Caravana Zapatista), se quedaron a pernoctar, pues no había energía eléctrica y no había luz de luna para caminar de noche.

Erika durmió en la escuela, durante la madrugada despertó porque oyó gritos e insultos: "¡Salgan, perros, es domingo, les vamos a dar sus chileatole con pan!"

Casi al amanecer, salió un campesino, cuenta Erika, el señor Honorio García Lorenzo. Llegó a la cancha de la escuela. Se entregó, levantando los brazos. Se arrodilló. Fue el primer ejecutado a tiros de la matanza. Erika recuerda haber salido de la escuela y tirarse en el suelo de la cancha, atrás de ella alguien se ahogaba. Mario Chávez García, indígena mixteco, venía herido, con las manos en alto. También lo asesinaron a tiros.

A los sobrevivientes de la masacre, los trasladaron a Cruz Grande, y luego al IX regimiento militar en Acapulco, Guerrero. Cumbres de Llano Largo se llama el lugar.

Sufrieron tortura durante los interrogatorios. Había el clásico esquema del malo y el bueno, cuenta Erika Zamora, haciéndonos recordar Mario y el capitán de Mario Benedetti, pues las torturas en México han sido como las de Argentina, Uruguay, Chile. el mismo estilo.

El malo te golpea, el bueno te dice que digas lo que sabes y ya no te harán nada. La metieron a un baño, ella no veía nada, le vendaron los ojos. La hicieron desnudarse. La sentaron en una silla metálica, esposada. Tiraron agua al piso, conectaron un cable a la energía eléctrica, le dieron toques.

Erika gritó, se retorció de dolor, perdió el conocimiento. Al despertar, continuó el interrogatorio.
Ella contestó: No sabe quiénes son del EPR, ni qué hacen, ni de dónde sacan las armas. Pero la obligaron a firmar "su declaración". Después pudo vestirse. "Firmé porque no quería volver a pasar por lo mismo", confiesa.


 http://mexicodesgraciado.blogspot.com/2007/07/la-masacre-de-el-charco.html
 

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