La guerrilla del arcoíris
Un arcoíris rebelde rompe la tarde en la Costera de Acapulco.La Marcha Estatal Gay, que reunió a colectivos del estado, de Morelos y el DF, se apresta para la caminata.
Encabeza la columna una manta multicolor de 50 metros de largo por seis de ancho. Un poco más adelante, los dirigentes visibles del movimiento lésbico gay en Guerrero. También llegaron invitados de Ciudad de México y Morelos.
“Esto no es una fiesta, se trata de reivindicar los derechos sexuales”, advierte David Moyao, líder del sector en Chilpancingo, con más de 15 años de activismo.
Con él están la diputada federal perredista Enoé Uranga; Tito Vasconcelos, de la corporación CabareTITO; Marco Polo Rocha (un príncipe de corona, báculo y capa de terciopelo en los 34 grados de la tarde acapulqueña), con la voz de Ixtapa-Zihuatanejo; el coordinador de Letra S, suplemento de La Jornada, el incansable Antonio Medina; por supuesto, también está Francisco Viruel Castillo, del Frente de Personas Afectadas por el VIH (Frenpavih), así como representantes de colectivos en ciernes de Costa Chica y Costa Grande.
Mientras caminan, el contingente, formado sobre todo por jóvenes menores de 25 años, con valentía responde a los pocos gritos agresivos hacia los participantes. En las banquetas de la Costera por donde pasó la marcha fueron repetitivos los comentarios de quienes criticaban la manifestación. “Qué hacen en la calle; si quieren ser putos, en su casa”.
La respuesta que daba el grupo de unas 300 personas era risas, júbilo; la alegría de poder manifestarse contra la discriminación acallaba cualquier cara de burla hacia los travestis, las lesbianas, los gays que caminaban entre baile y ropas multicolores por la principal avenida de Acapulco.
Un grupo de unos seis jóvenes identificados con el PRI buscó meterse en la parte frontal de la marcha, y aunque estuvieron en un tramo, al final se relegaron y desaparecieron. Su manta decía: “no somos gays ni lesbianas, pero los apoyamos”. Por supuesto, no se quedaron hasta el final.
Tres motociclistas escoltaban al grupo, animándolo con sus arrancones. Los manifestantes emanaban más calor que el sol del atardecer. Los moteros fueron detenidos en una de las esquinas del parque Papagayo, porque obstruían la circulación, según dijeron los agentes de la patrulla de Tránsito M-103. Luego se escuchó la consigna “¡Policía, escucha, tu hijo está en la lucha!”. Todos reían y se reivindicaban a gritos: “En cada ventana, una lesbiana; en cada balcón, un maricón”. Besos para los simpatizantes, miradas retadoras para los que se burlaban. Condones y lubricante para todos.
De La Condesa al zócalo son al menos cinco kilómetros. Todos caminaron entre globos de colores y otros del típico tono amarillento de los condones que entrega la Secretaría de Salud, que llevó un par de unidades móviles de reparto.
“Esto no se trata nada más del orgullo de ser gay, es una lucha por los derechos sexuales, contra la discriminación, e incluye a los heterosexuales”, remarca el capitalino David Moyao, con la garganta cansada de gritar.
En el zócalo, durante los discursos, en medio de la sorpresa de porteños y turistas, acostumbrados al show de payasos callejeros que se ofrece por las tardes, se anunció la muerte, ocurrida apenas hacía unas horas, de Carlos Monsiváis, decidido activista de la causa gay -entre muchas otras- y uno de los más notables escritores mexicanos que cruzó del siglo XX al XXI
Entre sudores y sonrisas y dulces quejas por la caminata, todos los dirigentes hicieron sus proclamas por los derechos, por la diversidad.
Al final se ofreció un espectáculo de imitaciones, como las de los bares, que es la cara más conocida del movimiento gay, pero no la única.
Con el show, los curiosos que miraban a la distancia mientras se daban los discursos de los dirigentes, se acercaron; primero tímidos, unos pocos, luego en grupos. Después familias completas. Entre vendedores de fritangas, artesanías y la sorpresa, quizás no escucharon los mensajes políticos, pero tuvieron enfrente lo realmente importante: el movimiento lésbico gay está en las calles y reclama sus espacios.
http://www.lajornadaguerrero.com.mx/2010/06/20/index.php?section=sociedad&article=012n1soc
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