Denuncian guerra de baja intensidad contra organizaciones sociales en zonas indígenas
Daniel Velázquez
El Estado mantiene una guerra de baja intensidad en las zonas indígenas
para debilitar a los movimientos sociales que luchan por la
reivindicación de sus derechos expresaron ayer representantes de
organismos defensores de derechos humanos en la presentación del libro
Tortura, Pensamiento y Acción del Colectivo Contra la Tortura y la
Impunidad.
Entre los ejemplos que se presentaron como víctimas de esa guerra de
baja intensidad son la región de Ayutla en la Costa Chica y La Montaña,
el Consejo de Ejidos y Comunidades Opositores a la Presa La Parota.
Entre las acciones que mencionaron que lleva a cabo el Estado para
minar la defensa de los pueblos están la persecución, el
encarcelamiento y las operaciones militares en las zonas.
El coordinador de la oficina del Colectivo Contra la Tortura y la
Impunidad, Raymundo Díaz Taboada, señaló que en esta guerra de baja
intensidad que lleva a cabo el Estado “el enemigo es la gente”.
“Para los policías, militares, paramilitares todos los que estamos
aquí, y no estamos uniformados y no somos barberos del gobierno, todos
somos enemigos para ellos, aunque no hagamos nada”, dijo.
En el caso de Ayutla dijo que se mantiene “una guerra de desgaste
integral” y por eso los pueblos indígenas de ese municipio están
sometidos a una “estrategia militar de exterminio”, mientras que en los
pueblos indígenas de La Montaña la estrategia es el nulo desarrollo,
“no hay desarrollo social, no hay respeto a la salud, no hay ejercicio
de los derechos fundamentales económicos, sociales, culturales y
ambientales”.
Añadió además de que el Estado hace una guerra psicológica en la que
“atiborran” de información a los ciudadanos y expresan discursos
triunfalistas y distraen la atención de los “elementos principales”.
Las manifestaciones por falta de agua, vivienda, inundaciones,
inseguridad son ejemplos de que el gobierno no cumple con su labor de
propiciar condiciones de vida digna para los ciudadanos, pero en
respuesta las manifestaciones sufren represión.
“Se persigue a los líderes, a las organizaciones y se criminaliza a las organizaciones”, señaló.
En su intervención el coordinador jurídico del Centro de Derechos
Humanos de la Montaña Tlachinollan, Vidulfo Rosales Sierra, señaló que
las denuncias por tortura no son investigadas de manera diligente y que
hay demora en las averiguaciones o las autoridades no son competentes
para esclarecer esos casos.
Indicó que cuando se denuncia a un militar los casos se remiten a esas
instituciones y con eso se “rompe” la garantía de un juez imparcial
porque la autoridad que juzgará el caso no será imparcial. “El mismo
agente activo del delito no se va a investigar a si mismo”, dijo.
Exigió que el Estado mexicano cumpla con las disposiciones de los
tratados internacionales para que se investiguen los casos de tortura.
En el caso de la guerra de baja intensidad, señaló que el Estado la
hace de manera “subrepticia y gradual para ir minando la organización
de una comunidad”.
Indicó que el entrar a la comunidad con operaciones militares, destruir
siembras, detener a un campesino, ir al arroyo donde lavan la ropa las
mujeres, todas esas son acciones de una guerra de baja intensidad.
“Todos esos actos pequeñitos que van a afectando a la comunidad forman parte de la guerra de baja intensidad”, señaló.
En la ronda de preguntas y respuestas también se abordó el tema de la
violencia producto de la guerra contra el narcotráfico, ahí Vidulfo
Rosales dijo que no se consideran como crímenes de lesa humanidad pero
que el estado debe aclarar y no dejar de lado.
“No nos podemos quedar escépticos ante una serie de asesinatos que se
están llevando a cabo día con día, no podemos acostumbrarnos a mirar
descabezados cada semana por todas partes de nuestro estado”, dijo.
Añadió que el monopolio de la violencia legítima que ejerce el Estado ha sido rebasada por la violencia del crimen organizado.
Díaz Taboada añadió además que los homicidios registrados a partir de
que incrementó la violencia en el país deben de investigarse porque,
esa ola de violencia se aprovechó para cometer esos delitos.
Agregó que las denuncias anónimas en las que se basan el Ejército y la
Marina para justificar sus operaciones militares son una medida que
hace que todos los ciudadanos sean sospechosos y que se desconfíe de la
gente que está a nuestro alrededor.
Por su parte el secretario técnico de la red de Organismos Civiles de
Derechos Humanos del estado de Guerrero Manuel Olivares señaló que fue
el gobierno de México quien auspició la siembra de droga para tener un
motivo para militarizar las regiones del país.
http://www.suracapulco.com.mx/nota1e.php?id_nota=82597
Historias de Casos de Privatización de recursos naturales, Violación a Derechos Humanos, Censura, Guerrillas y Otros... Crónicas de Masacres anunciadas, esa es la historia y el pueblo en marcha siempre...Este es Guerrero en pie de lucha Atte: Hercilia Gato... La relidad segun el GatoNegro
domingo, 20 de junio de 2010
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