Los cuatro precandidatos del PRD a la gubernatura del estado, apuntados en la lista oficial, Lázaro Mazón Alonso, David Jiménez Rumbo, Armando Ríos Piter y Cuauhtémoc Sandoval Ramírez ya se reunieron con el gobernador Zeferino Torreblanca Galindo, comieron juntos –lo que parecía difícil en un primer momento–, aparentemente hicieron las paces y hasta platicaron del proceso electoral.
Allí, el gobernador dejó en claro que él no tiene candidato y les sugirió que buscaran el proceso más transparente y consensuado para elegir al abanderado del sol azteca entre todos los aspirantes. Entonces, a quien salga de esa elección, estaría en condiciones de apoyar. Hasta aquí bien se podría decir que en el PRD se está pavimentando el camino hacia Casa Guerrero; sin embargo, habría que hacer un apunte al respecto, y es que, eso fue el miércoles pasado.
Ahora, en el informe de Manuel Añorve Baños, el gobernador volvió a elogiar la administración del alcalde de Acapulco y ambos destacaron su coordinación, acuerdo, entendimiento y una gran amistad. Las loas entre ambos gobernantes ya se habían hecho evidentes aquella ocasión en que el mandatario, exacerbado, gritó vivas para su otrora acérrimo enemigo. En la primera oportunidad, Añorve le respondió en el mismo tono y en el primer acto que tuvo oportunidad también vitoreó al mandatario.
Las piezas empiezan a tomar su lugar. De ser el alcalde porteño el candidato del PRI, al jefe del Ejecutivo local le caería como anillo al dedo. Al contrario, si fuera el senador Ángel Aguirre Rivero, habría cuando menos incomodidad de parte de Torreblanca.
En esa lógica, si el gobernador está pensando en la eventualidad de que el PRD tenga un candidato fuerte que pudiera derrotar al ex gobernador de Ometepec, ese tendría que ser –eminentemente– su ex secretario de Desarrollo Rural, el diputado federal Armando Ríos Piter, quien de hecho, se mueve para ese fin buscando las alianzas necesarias en el estado.
El legislador se sabe con presencia y carisma –baste recordar que fue el único de los candidatos perredistas que ganó la curul entre las nueve que se disputaron en el pasado proceso electoral federal–, tiene el apoyo indiscutible de su amigo el mandatario estatal y por eso busca el respaldo del ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, vía Alejandro Encinas Rodríguez, su compañero y líder legislativo. Y a quien tenga el respaldo de López Obrador, de Torreblanca Galindo y del presidente del Secretariado Nacional perredista, Jesús Ortega Martínez, ya se le podría estar diciendo gobernador.
Pareciera que la suerte le está cambiando al PRD, pareciera que está en su mejor momento. El PRI, en cambio, tendrá que cuidar que no haya una ruptura como la que se evidenció con la ausencia de Aguirre Rivero en el informe del alcalde porteño pues así, no podrá ganar. Sea quien sea el candidato, deberá tener el apoyo de Enrique Peña Nieto, Beatriz Paredes Rangel y Manlio Fabio Beltrones. Un poquito más de empuje y en enero se sabrá quién quedará por ambos partidos en la elección, cuya fecha sólo tiene que fijar la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
http://www.lajornadaguerrero.com.mx/2009/12/20/index.php?section=politica&article=002a1pol
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