Cinco mujeres que viven en La Morena, en la sierra de Petatlán, cuentan que la madrugada del 13 de noviembre entraron tropas del Ejército y civiles armados, que buscaban armas y a sus esposos, y que maltrataron a los niños y a ellas, se robaron objetos de valor, amenazaron con llevárselas y con matar a todos, mientras apuntaban metralletas hacia las casas.
Vivieron siete horas de terror, hasta que los militares se fueron. Cinco días después llegaron policías del estado, según ellos para investigar la denuncia de las familias, que ya se había publicado.
Las mujeres fueron entrevistadas por visitadores del Colectivo contra la Tortura y la Impunidad, organismo no gubernamental que envió observadores a esa comunidad, y que hará llegar los testimonios y las quejas a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), y proporcionó una copia de las grabaciones a este diario.
Las mujeres entrevistadas piden que los soldados no vuelvan, no quieren sentir más el miedo por ver frente a su casa un vehículo artillado apuntando hacia donde están ellas con los niños, y soldados encapuchados con uniformes camuflados preguntando por los padres de familia de esta comunidad, principalmente los hermanos Javier, Felipe y Alejandro Torres Cruz, y amenazando con meterse a las casas.
Una de las mujeres, de 24 años de edad, Adela Mojica Villa, esposa de Javier Torres Cruz, que está embarazada, tuvo síntomas de peligro de aborto por el miedo que sufrió durante las horas que estuvieron los militares rodeando su casa, y que hizo que el martes 18, cuando oyó otra vez el ruido de carros que se acercaban al pueblo y pensó que eran nuevamente militares, salió corriendo, caminando por el monte con sus cinco hijos, uno de ellos en brazos, para refugiarse en otra comunidad.
Luz María Sánchez, de 22 años, cuenta que los soldados se metieron a su casa supuestamente para buscar armas, y aventaron un colchón con todo y un niño que estaba ahí acostado, que sufrió fuertes golpes al caer al suelo.
No se sabe hasta ahora el motivo de la irrupción de unos 100 efectivos militares la madrugada del jueves 13 de noviembre, que según los testimonios de las mujeres iban acompañados por civiles armados del grupo del ex presidente municipal de Petatlán,
Rogaciano Alba Álvarez.
Pero informan que los soldados preguntaban por armas, y supuestamente las buscaban con un aparato detector, mostraron un uniforme tipo militar y dijeron que lo usan los hombres de la familia Torres, a quienes pretendían llevarse detenidos, pero no los encontraron.
Los Torres de La Morena han aparecido en publicaciones en los medios, por denuncias que han hecho contra militares y contra Rogaciano Alba Álvarez, a quien acusan del asesinato de dos de los hermanos.
En septiembre de 2007, Javier Torres Cruz y su tío Isaías Torres Rosas presentaron en la Procuraduría General de Justicia del DF una denuncia con base en el relato de uno de los pistoleros de Rogaciano Alba quien dijo que él envió a tres sicarios que mataron a la abogada Digna Ochoa en la ciudad de México el 19 de octubre de 2001. Con esta denuncia la Procuraduría del DF reabrió el expediente y según información publicada en medios naionales citará a Rogaciano Alba.
Desde que se informó de esa denuncia, los Torres de La Morena han recibido amenazas de que Rogaciano Alba reunió a sicarios para acabar con las familias de este poblado.
Pero entre las mujeres de esta comunidad prevalece la idea de que Rogaciano Alba contrató a los soldados para que fueran a detener o a matar a los hombres, y que el fondo del conflicto es que los Torres son ecologistas que defienden los bosques, y no se someten a los dictados de Rogaciano Alba, quien ha sido señalado por sus vínculos con el narcotráfico.
Por otra parte, en el periódico La Jornada se publicó este domingo que según informes oficiales del gobierno estatal, los militares entraron a La Morena en operaciones contra la guerrilla, supuestamente en busca del comandante Ramiro del Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI).
Me pusieron la ametralladora enfrente de mi casa
Martha Elba Cruz Márquez, de 50 años, madre de los jóvenes a quienes buscaban los soldados, contó que los soldados llegaron antes del amanecer del jueves 13, unos soldados llegaron caminando, y 15 minutos después llegaron los carros.
“Eran las 5 de la mañana cuando llegó el gobierno aquí, tenían las casas rodeadas, aluzándonos por encima de las tejas, por encima de las paredes. Llegaron con ocho carros, me pisieron la ametralladora enfrente de mi casa, enfrente de la puerta, y los soldados queriéndose meter a mi casa.
“Unos venían encapuchados, otros no; otros traían capucha como de franela y otros de tela delgadita verde, nada más con los puros ojos destapados y unas rajaditas en las narices, y uno de esos se quería meter a mi casa a la fuerza, que si no me quitaba
de la puerta me iba a golpear para materse a mi casa, y ya cunado quisimos nosotros salir vimos que andaban adentro de las casas que están solas, se metieron sin avisar.
“Porque un día antes fuimos a cobrar Oportunidades (el programa federal de asistencia a las familias pobres), y por eso se quedaron todas las mujeres y los niños en una casa, por eso cuando fueron a ver a su casa, ya los soldados habían hecho tiradero, les robaron sus documentos personales, una motosierra, calzado, dinero, alhajas, ropa de bebé, me quitaron a mí un chalequito de un bebé, que era mi nietito, y se lo llevaron”.
“Y yo hablé con el mayor Rojas Méndez, y me dijo que si yo ponía la demanda me iba a ir más mal a mí que a él.
“Yo les pedí que me entregaran los documentos personales, que sacaron de las casas de los vecinos, les robaron sus boletas de nacimiento, actas de matrimonio, el papel del seguro, todos esos papeles les robaron”.
–¿Cómo eran los efectivos que usted vio? –le pregunta el entrevistador del Colectivo contra la Tortura.
–Era gobierno verde y era un gobierno vestio de negro y gentes civiles, porque traían una camioneta pickup llena de gente armada porque es conocida la gente sierreña, pura gente de Rogaciano traían ahí, y traían una mujer güera, pelo rubio, se quedó con el carro con la ametralladora aquí enfrente de mi casa con un soldado.
"El jueves cayeron los militares, yo pienso que era como unos 40 de verde y de negro como unos 15 y de los civiles venía llena la camionetita, eran como unos 10 gentes armadas.
“ Nos rodearon la casa, no nos dejaban un espacio para ir a hacer el baño, estaban rodeadas las casas, con puras mujeres y niños adentro. Agarraron a un niño, que mandé a que fuera a soltar un becerrito, de 8 años, me lo agarraron de la mano queriéndoselo llevar, espantando a los niños, que nos iban a matar, que por eso venían con ametralladoras. Y los niños se asustaron y las mujeres, una mujer embarazada quería abortar porque se asustó, tiene dolores porque dice que se espantó mucho, y los culpables son ellos porque llegaron cuando estaba oscuro y asustando a la gente, todos los niños gritando de miedo, muchos carros y mucho gobierno, los niños decían que los guachos (soldados) nos van a llevar. Y las mujeres nos espantamos, y diciendo que nos iban a llevar a todas, preguntando por los esposos, por mis hijos, y por mi esposo”.
Según la información difundida por la familia Torres, al día siguiente regresaron los civiles armados. Martha Elba Cruz dice que ya no los vio pero los oía. “Al siguiente día vinieron más. Nos dio miedo y por eso nos los vimos, nada más oíamos los pasos y los golpes en las puertas donde se metieron. Era mucha gente encapuchada, tal vez se quedaron los civiles que llegaron un día antes con los soldados. Ya lo que hicimos, atrancamos las puertas y nos quedamos serios”.
–¿El martes 18 vinieron nuevamente?
–Volvieron a venir, dijeron que era policía del estado y que venían a resguardarnos, que los mandó el gobernador Zeferino Torreblanca. No nos maltrataron nada. De aquí llegaron a la casa de Anselmo Torres, entonces con sus nueras me mandó llamar,
y me dijo que les ensañara las casas donde se metió el gobierno, y le enseñé las casas, todas desbaratadas, todo el tiradero y todos los papeles que se llevaron, alhajas, dinero, calzado, ropa, motosierra. Vino el coordinador operativo de la Costa Grande, capitán Dario de la Rosa Segura”.
–Qué buscaban los militares?
–Me dijeron que iban a estar viniendo seguido hasta que encontraran a los dueños de las casas, que hasta entoces se iban a retirar de aquí. Entonces yo lo que pido es que no venga el gobierno, porque los niños se espantan, al oír que preguntaban por
su papá. No queremos ya que venga el gobierno, porque el gobierno nos ponía las armas enfrente, que si no salían los hombres que nos iban a tirar, que nos iban a tirar un granadazo para dentro de la casa, por eso aluzaban, yo me asustaba porque el señor le movía y le movía, yo ya esperaba que nos despedazaran a todos con los niños, era una ametralladora que traen arriba de un carro, y su ristra de tiros. Y tratándonos mal a nosotros, nos humillaban, que nos iban a llevar, que si no les entregaba a mis hijos que me iban a llevar a mí”.
–¿Porqué cree qusted que buscan a sus hijos?
–Los persiguen porque ellos defienden los bosques, porque ellos son ecologistas, y por eso los persigue el gobierno y Rogaciano, por ese mismo motivo que son ecologistas.
Se llevaron todos los documentos de la familia
Adela Mojica Villa, de 24 años, madre de cinco niños, esposa de Javier Torres Cruz, enuncia que el 13 de noviembre “cayó el gobierno, nos amenazaron, aluzaron a las casas y robaron cosas, y yo no quería salir pero se llevaron todos mis documentos,
todos los de mis hijos, boletas de bautismo, actas de nacimiento, registros, mi papel del seguro mío y de mi esposo y de mis hijos.
“Era el gobierno militar. Venían pintos, con capuchas, con chalecos y nos ponían los carros con ametralladoras enfrente de las puertas y los niños lloraban y querían correr, y con miedo, nos atemorizaron”.
–¿Qué buscaban?
–Me preguntaron por mi esposo, Javier Torres. Él se dedica a cuidar los montes. (presentó en la Procuraduría del DF la denuncia contra Rogaciano Alba por el asesinato de la abogada Digna Ochoa).
“A mí me robaron una motosierra marca Stil, número 6500, una cámara con tres rollos tomados, papel de baño, tres cargadores de celular, un botiquín, papeles, tenía una caja de ampolletas, botes de melox, se llevaron una anestecia para entumir, unas
botas de mi esposo”.
El martes 18 de noviembre, cuando llegaron policías del estado, Adela Mojica se atemorizó y huyó con sus cinco hijos. “Yo estaba en el río lavando, yo me fui a correr con mis niños. Yo pienso que me pueden agarrar a los niños, porque han dicho que si no agarran a mi esposo que me van a agarrar a mí o algún niño. Tengo ocho meses de embarazo, me empezó a doler mi estómago, me duelen las caderas, porque corrí con mi niño en brazos, como mis hijos no pueden caminar recio porque están chiquitos, tuve miedo de que nos agarraran en el camino”.
Buscaban armas con un detector
Bertha Ortiz Valdovinos, de 27 años, madre de cinco niños, cuenta que los soldados “llegaron rodeando las casas, nosotros nos asustamos, esperamos a que amaneciera bien para poder abrir las puertas, nomás oíamos que los perros ladraban.
“Cuando amaneció llegaron a la casas a preguntar que si teníamos armas, pasaban con una cosa, unos fierros, por fuera de la casa, en el patio, decían que ese fierro marcaba armas, que se las entregara. Yo le dije que no teníamos armas, que qué les iba a entregar, y ellos estaban pide y pide las armas. Ellos dijeron que sí tenémos y que teníamos a los maridos escondidos en las casas, debajo de las camas.
“Preguntaban por mi esposo, que sí estaba, que no lo quería entregar. Les dije que si querían meterse que se metieran, que nomás me entregaran la orden de caeo. Ahí siguieron. Me dijeron que si no entregábams algo, del delito que fuera, que nos iba a ir mal y que hasta se podían llevar a una de todas, y que ellos lo sentían por los niños, a guevo querían que le entregara armas o lo que hubiera. Yo les dije, cómo quieren que les entregue armas si no tenemos. Tomaron fotos a la casa. Tardaron como una hora y media en mi casa”.
Traían un uniforme como de soldado y decían que esos los usaban los esposos de nosotras.
Luz María Sánchez Santos, de 22 años, con cuatro hijos, cueta que el 13 a las 5 de la madrugada vinieron los militares, el Ejército mexicano y nos asustaron mucho, y rodearon las casas y se oía que cerrojeaban las armas y los niños adentro todos asustados lloraban, y nos decían que si ya nos iba a matar o qué iba a pasar. Cerrojeaban los rifles, los perros ladraban fierísimo y se oía que golpeaban algo afuera, se oyó que empujaron la puerta de un cartito que está solo. Oíamos que llegaban carros y carros.
“Esperamos a que amaneciera y vimos que eran soldados, casi todos venían tapados de la cara, y había unos que traían paño. Y nosotros le poníamos cuidado a la cara y nos decían groserías, que bajáramos la vista, que no teníamos porqué verlos a la cara.
“Después nos preguntaban dónde estaban los maridos. No estaban. Nos decían que no se hagan pendejas, hablaban muy mal, les dijimos que si querían ver que se metieran, nomás que nos enseñaran la orden. Y sí se metieron, y traían un uniforme como de
soldado, y decían que esos uniformes los usaban los esposos de nosotros. Yo nunca había visto una ropa de esas en mi casa, ellos la traían y decían que ellos aquí la usaban y que tenían armas, y no es cierto.
“Nos asustaron, nos amenazaban que si no entregábamos armas y todas las cosas que nos iban a llevar. Uno me dio un empujón porque yo le dije que no había nada. Se metieron y estaba un niño en la cama, y decían que debajo de los colchones de la cama podía haber armas, y aventaron el colchón al suelo con todo y niño, y ya pero no encontraron nada”.
Amenazaban de que se iban a llevar a los niños
Antonia Villa Valle, de 30 años, con 7 hijos, dijo que “vino el gobierno, llegó a las 5 de la madrugada, asustando a los niños, cerrojeando las armas, nos hablaban golpeado, que dónde estaban los maridos, que estaban allá adentro. Y traían un aparato, que para sacar armas de las casas, que les entregáramos las armas si no nos iban a llevar a nosotras y asustando a los niños y les decían que se los iban a llevar. Venían de verde, encapuchados, con trajes pintos”.
“Pedimos que el gobierno ya no venga a perjudicar y a espantar a la gente de los pueblos. No sé por qué buscan a mi esposo, él no es culpabe de nada”.
(Maribel Gutiérrez. El Sur de Acapulco)
Historias de Casos de Privatización de recursos naturales, Violación a Derechos Humanos, Censura, Guerrillas y Otros... Crónicas de Masacres anunciadas, esa es la historia y el pueblo en marcha siempre...Este es Guerrero en pie de lucha Atte: Hercilia Gato... La relidad segun el GatoNegro
martes, 25 de noviembre de 2008
Ametralladoras apuntando a las casas, soldados cerrojeando rifles, amenazas de llevarse a los niños, en La Morena, Guerrero.
Etiquetas:
gobiernos perredistas,
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militarización,
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