Sin analizar los siete dictámenes de la reforma energética, y mucho menos debatirlos, la triada PAN-PRI-Partido Verde en la Cámara de Diputados aprobó por mayoría –ignorando todo argumento del Frente Amplio Progresista (FAP) y sin modificar una coma– el paquete que envió el Senado apenas el jueves pasado.
En escasas cuatro horas con 40 minutos se desahogó completa la minuta, lo cual implicó la ruptura del acuerdo asumido la víspera en la mesa directiva de la Comisión de Energía: por iniciativa del panista Jorge Nordhausen se había determinado aprobar cinco dictámenes ayer y los dos restantes mañana.
El albazo propició que los diputados del FAP (a excepción de Nueva Izquierda, NI) abandonaran la sesión, emitiendo gritos de ¡traidores! y ¡vendepatrias! contra los panistas.
Con una coordinación impecable, PAN, PRI y Partido Verde dejaron exponer sin objeciones los argumentos emitidos por los diputados del PRD, Convergencia y PT durante la presentación de los primeros cinco dictámenes.
En el mismo sentido, David Mendoza, enviado por Ruth Zavaleta y René Arce, propuso que para ahorrar tiempo –y con ello concretar el albazo en la Comisión de Energía– se obviara la lectura de los textos, para simplemente dar entrada a una discusión hasta ese momento inexistente.
Para el mediodía ya se vislumbraba la posibilidad de que ocurriera una ruptura en la comisión legislativa, porque el priísta Ascención Orihuela adelantaba a los reporteros la posibilidad de concluir todo en una sola jornada: “venimos dispuestos a trabajar hasta agotar todo. Aprobamos ayer y propusimos que nos declaráramos en sesión permanente; nuestra intención es trabajar todo lo que sea necesario. Si es conveniente trabajar hoy todo el día y dictaminar los siete proyectos, de una vez hacerlo”.
Aval a mayoriteo
Incluso, David Mendoza se comunicaba antes de la hora de la comida con el dirigente nacional del PRD, Guadalupe Acosta Naranjo –como confió el subsecretario de Enlace Legislativo de la Secretaría de Gobernación, Cuauhtémoc Cardona–, con el fin de solicitarle autorización para proseguir en caso de que se rompiera el acuerdo referido, y de esa forma aprobar el paquete completo de dictámenes. Y así fue, el diputado incondicional de Zavaleta y Arce, junto a Moisés Dagdug, avalaron el mayoriteo.
Con la determinación de concluir ayer la aprobación del paquete, asumida implícitamente por PAN, PRI, Partido Verde y los dos perredistas, siguió la reunión.
Fue el ex dirigente electricista José Antonio Almazán quien se opuso a la incondicionalidad de Mendoza, que insistía en que no se leyeran los dictámenes. “Nosotros iniciamos con un procedimiento legislativo; la lectura no es innecesaria porque forma parte del procedimiento de reflexión. No es un asunto menor, no quiero balconear a nadie; es un asunto de cuidado legislativo, seamos escrupulosos; yo entiendo que hay algunas prisas”.
Mendoza trató de revirar a su compañero de bancada. “No se trata de prisas, se trata de una práctica parlamentaria; supongo que ya fueron leídas las minutas, simple y llanamente lo que estoy planteando es dispensar la lectura”, aseveró.
A las dos y media de la tarde ya se habían aprobado tres dictámenes, sin debate. Para sorpresa de los diputados del FAP, y dada la rapidez con que se daba el trámite de aprobación, pues restaría una hora para concluir la sesión y esperar hasta mañana, con objeto de abordar dos dictámenes (el de la Ley Reglamentaria del Artículo 27 Constitucional y el de la Ley de Petróleos Mexicanos), David Maldonado, presidente de la Comisión de Energía, decretó un receso para comer.
Dos horas con 20 minutos más tarde se reinició la sesión con un tema fundamental: la omisión que afectaría la industria nuclear mexicana al aprobar una reforma al artículo 33 de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal. En dicho precepto –contenido en la minuta del Senado– se considera simplemente como efecto de protección del Estado los minerales radioactivos, pero debería incluir (a petición del Sindicato Único de Trabajadores de la Industria Nuclear) la energía nuclear, además de los minerales mencionados.
Sobre el particular el PRI, a través de Marco Antonio Bernal, manifestó honda preocupación, y con objeto de subsanar el gazapo, propuso a José Antonio Almazán que se adicionara la aclaración en la exposición de motivos.
La ruptura
Pero nada sucedió: PAN, PRI y Partido Verde rechazaron cualquier cambio, incluida la exposición de motivos, y al agotarse el número de dictámenes a discutir, el panista Juan José Rodríguez Prats emprendió el albazo:
“Señor presidente, sí ya están listos los otros dos dictámenes, ¡y sí la tarde es joven, pues sigamos!”
De inmediato, Cuauhtémoc Velasco, de Convergencia, replicó: “la propuesta de Rodríguez Prats es violatoria del acuerdo adoptado por la mesa directiva de la comisión. Hay tiempo suficiente para que el lunes se voten los dos restantes. Hubo un acuerdo explícito y su comportamiento, perdone la expresión, significaría agandallarse en esta comisión”.
En defensa del panista, el priísta Mariano González Zarur expuso: “si estamos en sesión permanente, la propuesta de Rodríguez Prats no es en el sentido de violentar ni de agandallarse”.
El ambiente, hasta entonces distendido, comenzó a opacarse. El perredista Rafael Sánchez Cabrales replicó: “me extraña, lamento este tipo de propuestas, porque ya había un acuerdo previo; he estado notando que algunos compañeros diputados ya han expresado que hoy se aprobarán todos los dictámenes, y la propuesta de Rodríguez Prats rompe el acuerdo”.
A su vez, el perredista Ramón Pacheco reveló que provino del PAN la iniciativa de discutir en dos sesiones la minuta. “La propuesta fue del diputado Nordhausen, y lo que no puedo admitir es que el acuerdo de la mesa directiva se eche para atrás”.
En ese momento la conducción de la reunión se le salió de las manos al panista David Maldonado. Entre manoteos, Marco Bernal y Cuauhtémoc Velasco se enfrascaron en un tú a tú: “¡Sí hubo acuerdo!” reclamaba el legislador por Convergencia, y la repuesta era tajante: “¡no hubo acuerdo! ¡Eso es mentira!”
Para entonces Maldonado había elaborado una lista de oradores en pro y en contra de discutir si hubo acuerdo en la mesa directiva, mientras el salón de protocolo de San Lázaro era escenario de gritos y reclamos. Con dureza, Almazán reclamó a quien encabezaba la sesión por aceptar que el pleno podría cambiar la determinación asumida un día antes:
“Estamos solicitando un receso. ¡Vergüenza te debería dar, presidente! Incumpliste tu palabra y atropellas las decisiones de los diputados. Esto es una farsa. Son gandallas y vendepatrias. No es a tu gusto, y estás validando la palabra de aquel vendepatrias (señaló a Rodríguez Prats)”.
Desde su lugar Rodríguez Prats manoteaba en desaprobación de los señalamientos en su contra, y de paso ordenaba a Maldonado que no decretara receso: “¡No, señor. Debe seguir la sesión!”
A pesar de la orden, el presidente de la comisión decretó receso de cinco minutos. Mónica Fernández, Rafael Sánchez Cabrales, Ramón Pacheco, Joaquín Vela, Cuauhtémoc Velasco y Almazán, del FAP, abandonaron el salón, elevando el tono: “¡vendepatrias! ¡El pueblo se los va a cobrar!”
Tras los cinco minutos se reinició la sesión, y en otros cinco minutos la triada PAN-PRI-Partido Verde aprobó los dictámenes más polémicos de la minuta enviada por el Senado, concretándose el fulminante albazo.
Aún así, David Mendoza terminó por dar la bienvenida a la aprobación fast trak: “Este amplio sector de la izquierda (NI) se considera satisfecho; es importante para México que se haya logrado la reforma”.
En escasas cuatro horas con 40 minutos se desahogó completa la minuta, lo cual implicó la ruptura del acuerdo asumido la víspera en la mesa directiva de la Comisión de Energía: por iniciativa del panista Jorge Nordhausen se había determinado aprobar cinco dictámenes ayer y los dos restantes mañana.
El albazo propició que los diputados del FAP (a excepción de Nueva Izquierda, NI) abandonaran la sesión, emitiendo gritos de ¡traidores! y ¡vendepatrias! contra los panistas.
Con una coordinación impecable, PAN, PRI y Partido Verde dejaron exponer sin objeciones los argumentos emitidos por los diputados del PRD, Convergencia y PT durante la presentación de los primeros cinco dictámenes.
En el mismo sentido, David Mendoza, enviado por Ruth Zavaleta y René Arce, propuso que para ahorrar tiempo –y con ello concretar el albazo en la Comisión de Energía– se obviara la lectura de los textos, para simplemente dar entrada a una discusión hasta ese momento inexistente.
Para el mediodía ya se vislumbraba la posibilidad de que ocurriera una ruptura en la comisión legislativa, porque el priísta Ascención Orihuela adelantaba a los reporteros la posibilidad de concluir todo en una sola jornada: “venimos dispuestos a trabajar hasta agotar todo. Aprobamos ayer y propusimos que nos declaráramos en sesión permanente; nuestra intención es trabajar todo lo que sea necesario. Si es conveniente trabajar hoy todo el día y dictaminar los siete proyectos, de una vez hacerlo”.
Aval a mayoriteo
Incluso, David Mendoza se comunicaba antes de la hora de la comida con el dirigente nacional del PRD, Guadalupe Acosta Naranjo –como confió el subsecretario de Enlace Legislativo de la Secretaría de Gobernación, Cuauhtémoc Cardona–, con el fin de solicitarle autorización para proseguir en caso de que se rompiera el acuerdo referido, y de esa forma aprobar el paquete completo de dictámenes. Y así fue, el diputado incondicional de Zavaleta y Arce, junto a Moisés Dagdug, avalaron el mayoriteo.
Con la determinación de concluir ayer la aprobación del paquete, asumida implícitamente por PAN, PRI, Partido Verde y los dos perredistas, siguió la reunión.
Fue el ex dirigente electricista José Antonio Almazán quien se opuso a la incondicionalidad de Mendoza, que insistía en que no se leyeran los dictámenes. “Nosotros iniciamos con un procedimiento legislativo; la lectura no es innecesaria porque forma parte del procedimiento de reflexión. No es un asunto menor, no quiero balconear a nadie; es un asunto de cuidado legislativo, seamos escrupulosos; yo entiendo que hay algunas prisas”.
Mendoza trató de revirar a su compañero de bancada. “No se trata de prisas, se trata de una práctica parlamentaria; supongo que ya fueron leídas las minutas, simple y llanamente lo que estoy planteando es dispensar la lectura”, aseveró.
A las dos y media de la tarde ya se habían aprobado tres dictámenes, sin debate. Para sorpresa de los diputados del FAP, y dada la rapidez con que se daba el trámite de aprobación, pues restaría una hora para concluir la sesión y esperar hasta mañana, con objeto de abordar dos dictámenes (el de la Ley Reglamentaria del Artículo 27 Constitucional y el de la Ley de Petróleos Mexicanos), David Maldonado, presidente de la Comisión de Energía, decretó un receso para comer.
Dos horas con 20 minutos más tarde se reinició la sesión con un tema fundamental: la omisión que afectaría la industria nuclear mexicana al aprobar una reforma al artículo 33 de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal. En dicho precepto –contenido en la minuta del Senado– se considera simplemente como efecto de protección del Estado los minerales radioactivos, pero debería incluir (a petición del Sindicato Único de Trabajadores de la Industria Nuclear) la energía nuclear, además de los minerales mencionados.
Sobre el particular el PRI, a través de Marco Antonio Bernal, manifestó honda preocupación, y con objeto de subsanar el gazapo, propuso a José Antonio Almazán que se adicionara la aclaración en la exposición de motivos.
La ruptura
Pero nada sucedió: PAN, PRI y Partido Verde rechazaron cualquier cambio, incluida la exposición de motivos, y al agotarse el número de dictámenes a discutir, el panista Juan José Rodríguez Prats emprendió el albazo:
“Señor presidente, sí ya están listos los otros dos dictámenes, ¡y sí la tarde es joven, pues sigamos!”
De inmediato, Cuauhtémoc Velasco, de Convergencia, replicó: “la propuesta de Rodríguez Prats es violatoria del acuerdo adoptado por la mesa directiva de la comisión. Hay tiempo suficiente para que el lunes se voten los dos restantes. Hubo un acuerdo explícito y su comportamiento, perdone la expresión, significaría agandallarse en esta comisión”.
En defensa del panista, el priísta Mariano González Zarur expuso: “si estamos en sesión permanente, la propuesta de Rodríguez Prats no es en el sentido de violentar ni de agandallarse”.
El ambiente, hasta entonces distendido, comenzó a opacarse. El perredista Rafael Sánchez Cabrales replicó: “me extraña, lamento este tipo de propuestas, porque ya había un acuerdo previo; he estado notando que algunos compañeros diputados ya han expresado que hoy se aprobarán todos los dictámenes, y la propuesta de Rodríguez Prats rompe el acuerdo”.
A su vez, el perredista Ramón Pacheco reveló que provino del PAN la iniciativa de discutir en dos sesiones la minuta. “La propuesta fue del diputado Nordhausen, y lo que no puedo admitir es que el acuerdo de la mesa directiva se eche para atrás”.
En ese momento la conducción de la reunión se le salió de las manos al panista David Maldonado. Entre manoteos, Marco Bernal y Cuauhtémoc Velasco se enfrascaron en un tú a tú: “¡Sí hubo acuerdo!” reclamaba el legislador por Convergencia, y la repuesta era tajante: “¡no hubo acuerdo! ¡Eso es mentira!”
Para entonces Maldonado había elaborado una lista de oradores en pro y en contra de discutir si hubo acuerdo en la mesa directiva, mientras el salón de protocolo de San Lázaro era escenario de gritos y reclamos. Con dureza, Almazán reclamó a quien encabezaba la sesión por aceptar que el pleno podría cambiar la determinación asumida un día antes:
“Estamos solicitando un receso. ¡Vergüenza te debería dar, presidente! Incumpliste tu palabra y atropellas las decisiones de los diputados. Esto es una farsa. Son gandallas y vendepatrias. No es a tu gusto, y estás validando la palabra de aquel vendepatrias (señaló a Rodríguez Prats)”.
Desde su lugar Rodríguez Prats manoteaba en desaprobación de los señalamientos en su contra, y de paso ordenaba a Maldonado que no decretara receso: “¡No, señor. Debe seguir la sesión!”
A pesar de la orden, el presidente de la comisión decretó receso de cinco minutos. Mónica Fernández, Rafael Sánchez Cabrales, Ramón Pacheco, Joaquín Vela, Cuauhtémoc Velasco y Almazán, del FAP, abandonaron el salón, elevando el tono: “¡vendepatrias! ¡El pueblo se los va a cobrar!”
Tras los cinco minutos se reinició la sesión, y en otros cinco minutos la triada PAN-PRI-Partido Verde aprobó los dictámenes más polémicos de la minuta enviada por el Senado, concretándose el fulminante albazo.
Aún así, David Mendoza terminó por dar la bienvenida a la aprobación fast trak: “Este amplio sector de la izquierda (NI) se considera satisfecho; es importante para México que se haya logrado la reforma”.
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