Roberto Garduño y Enrique Méndez
Legisladores de PRI, PRD, PT y Convergencia cuestionaron el festejo, celebrado la noche del martes, de legisladores del PAN en el vestíbulo de la Cámara de Diputados y recordaron que no se trata de un comportamiento aislado.
“Los panistas están habituados a utilizar instalaciones de la Cámara para fiestas, brindis y francachelas”, afirmó el diputado Emilio Ulloa Pérez. En tanto, el legislador petista Silvano Garay recordó que el PAN cuenta con un bar en el cuarto piso del edificio H, con mesas, pantallas de plasma, refrigerador y una barra con diferentes bebidas, que es utilizado sobre todo los jueves por la noche.
La historia reciente de los excesos panistas se remonta a la 58 Legislatura, cuando Felipe Calderón Hinojosa coordinaba la bancada del blanquiazul, como recordó el diputado José Manuel del Río Virgen: “en aquel entonces a los panistas se les ocurrió construir con todo lujo un apartado de oficinas inteligentes en la planta baja del edificio B, donde para sorpresa de todos pretendían instalar un spa, con mesas de masaje, tinas de hidromasaje y un gimnasio que diera servicio a los diputados de ese partido; es más, querían instalar una cafetería para que, una vez terminado su ejercicio o descanso matinal, se abastecieran de energías para su trabajo. Yo lo llamé el diputable”.
Desde la tribuna, y cuando era el único diputado de Convergencia, Del Río Virgen denunció que el PAN avanzaba en las obras. Por aquellos días, Calderón estaba de visita, en encomienda oficial, en Washington. Al ser enterado del escándalo generado en San Lázaro voló de inmediato a la ciudad de México y, ante las críticas que subían de tono, se vio obligado a echar atrás el proyecto. A ese espacio hoy se le conoce como “el spa”.
A todo esto se suma, dijo Emilio Ulloa, “el reventón” que promovió el coordinador panista Héctor Larios la noche del martes para reconocer el trabajo de sus antecesores al frente de las bancadas panistas. “A eso están acostumbrados, a vivir del erario. Mientras los pobres se incrementan todos los días, ellos gozan con manjares y vinos importados. Es la inefable doble moral de este sector político que se ha encargado de llevar al país a una de sus peores crisis, ¡en sólo ocho años en la Presidencia de la República!”
Y es que en la presente legislatura, recordó Silvano Garay, el 13 de septiembre del año pasado Héctor Larios, acompañado de Juan José Rodríguez Prats y Pedro Pulido, entre otros, “nos dieron otro de sus espectáculos: para celebrar la aprobación de la reforma fiscal de Calderón, sin recato y a la vista de todos en el restaurante Los Cristales, iniciaron una parranda hasta el amanecer del 14, que nos costó a los mexicanos casi 18 mil pesos. Es obvio que tienen garganta de princesa, porque iniciaron con copas de coñac, continuaron con brindis de güisqui, pero otros se la pusieron con tinto Pesquera”.
Casi dos meses después se publicó en este diario que los panistas decidieron instalar un bar en el cuarto piso del edificio H, donde colocaron una televisión con pantalla de plasma.
El diputado Samuel Aguilar, del PRI, consideró de mal gusto que el PAN convirtiera el vestíbulo de la Cámara “en una copia de bar lounge”, en momentos en que el país está sumido en una ola de violencia.
Legisladores de PRI, PRD, PT y Convergencia cuestionaron el festejo, celebrado la noche del martes, de legisladores del PAN en el vestíbulo de la Cámara de Diputados y recordaron que no se trata de un comportamiento aislado.
“Los panistas están habituados a utilizar instalaciones de la Cámara para fiestas, brindis y francachelas”, afirmó el diputado Emilio Ulloa Pérez. En tanto, el legislador petista Silvano Garay recordó que el PAN cuenta con un bar en el cuarto piso del edificio H, con mesas, pantallas de plasma, refrigerador y una barra con diferentes bebidas, que es utilizado sobre todo los jueves por la noche.
La historia reciente de los excesos panistas se remonta a la 58 Legislatura, cuando Felipe Calderón Hinojosa coordinaba la bancada del blanquiazul, como recordó el diputado José Manuel del Río Virgen: “en aquel entonces a los panistas se les ocurrió construir con todo lujo un apartado de oficinas inteligentes en la planta baja del edificio B, donde para sorpresa de todos pretendían instalar un spa, con mesas de masaje, tinas de hidromasaje y un gimnasio que diera servicio a los diputados de ese partido; es más, querían instalar una cafetería para que, una vez terminado su ejercicio o descanso matinal, se abastecieran de energías para su trabajo. Yo lo llamé el diputable”.
Desde la tribuna, y cuando era el único diputado de Convergencia, Del Río Virgen denunció que el PAN avanzaba en las obras. Por aquellos días, Calderón estaba de visita, en encomienda oficial, en Washington. Al ser enterado del escándalo generado en San Lázaro voló de inmediato a la ciudad de México y, ante las críticas que subían de tono, se vio obligado a echar atrás el proyecto. A ese espacio hoy se le conoce como “el spa”.
A todo esto se suma, dijo Emilio Ulloa, “el reventón” que promovió el coordinador panista Héctor Larios la noche del martes para reconocer el trabajo de sus antecesores al frente de las bancadas panistas. “A eso están acostumbrados, a vivir del erario. Mientras los pobres se incrementan todos los días, ellos gozan con manjares y vinos importados. Es la inefable doble moral de este sector político que se ha encargado de llevar al país a una de sus peores crisis, ¡en sólo ocho años en la Presidencia de la República!”
Y es que en la presente legislatura, recordó Silvano Garay, el 13 de septiembre del año pasado Héctor Larios, acompañado de Juan José Rodríguez Prats y Pedro Pulido, entre otros, “nos dieron otro de sus espectáculos: para celebrar la aprobación de la reforma fiscal de Calderón, sin recato y a la vista de todos en el restaurante Los Cristales, iniciaron una parranda hasta el amanecer del 14, que nos costó a los mexicanos casi 18 mil pesos. Es obvio que tienen garganta de princesa, porque iniciaron con copas de coñac, continuaron con brindis de güisqui, pero otros se la pusieron con tinto Pesquera”.
Casi dos meses después se publicó en este diario que los panistas decidieron instalar un bar en el cuarto piso del edificio H, donde colocaron una televisión con pantalla de plasma.
El diputado Samuel Aguilar, del PRI, consideró de mal gusto que el PAN convirtiera el vestíbulo de la Cámara “en una copia de bar lounge”, en momentos en que el país está sumido en una ola de violencia.
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