POR LOS CAMINOS DEL SUR

MANÚ DORNBIERER
POR LOS CAMINOS DEL SUR

LOS CANDIDATOS: FALTA DE VISIÓN

La elección de Acapulco es hoy por hoy la más importante para los partidos. Están como perros tras la presa. El PRI desde luego no se aguanta, pero también el PRD –sección Chucherías, que es el que hoy priva en el estado empanizado por Torreblanca desde hace rato–, está con las uñas de fuera. Y como a la auténtica izquierda, que es la que gusta a los guerrerenses, le volaron el partido con el amable reconocimiento del gritón Acosta Naranjo por el “imparcial” Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, en obvia preparación para las elecciones de 2009, el FAP escogió a Convergencia para darle cauce a su proyecto. Y los partidotes desde el DF y toda la República son los que están arrancándose aquí el hueso del poder. Los acapulqueños apenas y cuentan y son tratados como ganado partidario. A ricos y pobres los corporativizan las “estrellas políticas”. El senador Navarrete que no tiene la menor idea de cómo es este trópico, el Güero Garza que expide un sudor a servilismo que hay que ver. Beatriz Paredes que ha venido a asolearse en lo nublado, nada menos que tres veces, para ver si la pelan porque los que cuentan son otros que desdibujan al “nuevo PRI “en lontananza con sus detestables y antiguadas figuras, ellos, sí los mismos de siempre, Don Beltrone y de La Gran Boa.

La paradoja es que la muy importante presa política que es Acapulco ha sufrido tal retroceso que se convirtió en “pueblo rabón”, no en “una gran ciudad con playa”, como dice Zeferino, el miope, al que “no le interesa el mar” y tiene cerrada la Casa de la Cultura ¡literalmente! En lo que a servicios se refiere, los candidatos, que hoy se están disputando la corta presidencia municipal de tres años, no ven más allá de sus narices. Sólo pueden pensar en servicios primarios, como el agua que debería ser problema resuelto si no hubieran sido los gobiernos priístas tan sinvergüenzas –¿o no, Manuel?– y si no se la hubieran pasado Zeferino y Félix peleándose por CAPAMA en este periodo.

Y la sucia política partidaria ha degenerado a tales grados que los acapulqueños deben enterarse con el asco debido que los dos gobernadores más indecentes del país (ambos del PRI) que hacen lo que quieren porque apoyaron el fraude contra AMLO, Mario Marín, de Puebla, protector de pederastas y él mismo pedófilo, así como el asesino de Oaxaca, Ulises Ruiz, también protector de degenerados del mismo tipo por las pruebas que hay de su atroz solapamiento a colegios preescolares como el Guadalupe, llamado Del Santísimo Sacramento en Ocotitlán de Morelos, Oaxaca. Tres padres de familia que denunciaron a la escuela católica por pedofilia y pornografía infantil (Milenio/2-9-08), fueron después ellos mismos acusados, inculpados por el poder y llevados a prisión. ¿Qué dice de esto el metiche arzobispo de Acapulco oriundo de Jalisco, Aguirre Franco?

Los gobernadores citados se están haciendo cargo de la campaña del PRI en los distritos 13 y 18 en Renacimiento. Ellos son los que dan la lana para comprar votos para el PRI. ¿Y qué pedirán a cambio? ¿Querrán implantar como en su casa la pedofilia como política de estado? Ojo que ya bastantes riesgos y hasta horrores hay para los niños aquí.

A nadie le importa “el mejor proyecto para Acapulco” sino la inmediatez de obtener votos a como dé lugar y de robarse unos a otros los partidarios porque los partidos les exigen cuotas políticas. Y si como decíamos, si de lo que se trata es de resolver si va o no va a haber agua en las colonias porque los pleitos del gobernador con el actual alcalde han bloqueado a CAPAMA, pues los candidatos no hablan de otra cosa sino de las jícaras que se necesitan para un baño o de lo que cuestan las pipas. Naturalmente el horizonte es muy chato. Los que se interesan verdaderamente por la elección son los que van a hacer negocios con el que salga. Y el acapulqueño común que no tiene un pelo de tonto te dice tranquilamente que “todos son lo mismo” y “nadie va a hacer nada” y que “ya para qué votan, que ya se cansaron de los mismo”. El Hospital General tiene dos meses sin caldera y el quirófano trabaja a paso de tortuga porque la ropa de los heróicos médicos no está lista para entrar en el ambiente de la sala de operaciones. Y uno se pregunta ¿Cuánto están gastando los candidatos en tanta estupidez? ¿Qué tal si tienen un gesto de humanidad y dan el dinero para salvar al hospital general? ¿Cuál de ellos se ha dado una vuelta por allá?

Pero no sólo se dejan fuera los proyectos humanitarios indispensables para la elemental salud del sufrido pueblo acapulqueño. También los necesarios, los prácticos para que Acapulco tenga futuro y sobre todo presente. Los del tránsito por ejemplo, cuyo desbarajuste ya se equipara al del DF. El tránsito desalienta al turismo más natural del puerto, los chilangos. No, no quiero ir a Acapulco. Me la paso en el Periférico y no quiero allá ir allá para lo mismo en la Costera o varado en la Escénica, dicen con razón.

Y ya que se toca el tema de los turistas naturales ¿con qué derecho el Secretario de Turismo Federal, El Negro Elizondo se permite decir que “Hay que entender que Acapulco es un lugar para el turismo nacional al que no hay que despreciar”. Nadie desprecia a ningún turista aquí, pero él sí desprecia a Acapulco al no considerarlo ya digno del interés internacional. Pero a que no dice: La Sectur les va a hacer un proyecto de lo que es una avenida Costera moderna y de lo que es un puerto turístico de hoy. Elizondo entre copa y copa en ningún momento toma en cuenta aportar soluciones y no sólo críticas al que es el destino turístico que puso el nombre de México en el mapa mundial.

Una comunicación más fluida en el puerto lo haría de nuevo muy atractivo. Pero para lograrlo aparte de dinero y buenos proyectos que brillan por su ausencia , se requeriría la desaparición de los autobuses vacíos, propiedad de los politicotes locales, que congestionan la Costera y una férrea reglamentación de los miles de taxis abusivos, así como la creación de parques de estacionamiento de los grandes autobuses foráneos que se plantan en donde les da la gana. Asimismo, es urgente la construcción de un anillo periférico en lo alto, al pie del El Veladero, alrededor de la bahía antes de que se construya más y más en terrenos protegidos, que por cierto están vendiendo descaradamente. Indispensable es también la construcción del anunciado túnel entre la bahía y puerto Marqués , además de terminar de arreglar los bulevares malhechotes del Acapulco Diamante.

Hace sexenios que el gobierno no hace realmente nada por Acapulco. Como si quisiera que estuviera cada vez peor, para que otros destinos nuevos en los que los políticos han puesto su dinero lo desbanquen totalmente.

Y hay algo que aquí parece prohibido y que en todas las bahías del mundo es la solución más bonita y barata: el tránsito marítimo de taxis y “camiones acuáticos”, no forzosamente caros transbordadores, aunque unos cuantos solucionarían muchos problemas de cuajo. Si para ir de la Base al Malecón uno puede tomar un vehículo marino con un ticket barato, todo sería diferente. No es necesario tirar casas, abrir calles, tender concreto o asfalto . Las carreteras del mar no cuestan. En la bahía de Acapulco, como lo hay en todas las bahías del mundo, es indispensable el transporte marítimo. Pero como todos quieren medrar, como los sindicatos los amedrentan, como los políticos son dueños de autobuses y taxis… pues no dejan que funcione esa única solución rápida y barata.

De La Parota ninguno parece saber gran cosa. Sólo ven el problema de los comuneros. Menos mal que ellos son serios y valientes. Pero ¿por qué no se informan los políticos de otros aspectos del asunto? A nivel internacional interesa el tema y la oposición es formal y constante, por los problemas ambientales y telúricos del proyecto.

Y finalmente ¿cuál de ellos tiene la agallas para decirle al gobierno federal y estatal que no se claven los 35 millones de dólares que dio “haiga sido como haiga sido” la vicepresidenta de España PARA LA BAHIA? Ya les echó el guante la muy connotada sinvergüenza que es la Conagua. ¿Por qué no se crea un comité de ciudadanos acapulqueños que vigile ese dinero que donó España a Acapulco y para que se aplique a la brevedad, por ejemplo salvando a las playas de la contaminación con la construcción de tubos bajo la arena que saquen las aguas de los arroyos hasta donde la corriente se las lleve, como en todos los puertos, en lugar de desaguar en la playa misma. Plantas de tratamiento, claro pero la conducción de las aguas sucias lejos de las playas es también es importantísima.

Y lo que es más importante que todo es que los que aquí vivimos entendamos que una vez terminada la elección, la vigilancia popular de los elegidos y la exigencia de que cumplan, es lo único que puede regenerar al puerto. Si no la hay, servirá como siempre la elección para enriquecer a unos cuantos y para miles de absurdos discursos. Ya no, ya basta. Es ahora o nunca.

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